Hallan clave para diagnosticar COVID persistente en sangre de afectados

Científicos suizos han identificado un patrón en las proteínas sanguíneas de pacientes con COVID persistente que indica daños en varias células del organismo y ayudará a mejorar el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.
Enfermero extrayendo una muestra de sangre a una pacience con COVID persistente

19/01/2024

Las personas con COVID persistente o Long COVID experimentan una serie de síntomas –dificultades respiratorias, fatiga sin esfuerzo previo, problemas de memoria o concentración, trastornos del sueño, cefalea…– que interfieren en sus actividades cotidianas y reducen su calidad de vida. Descubrir las causas por las que esta sintomatología se cronifica es fundamental para desarrollar terapias eficaces.

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Ahora, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Zúrich y del Hospital Universitario de Zúrich ha descubierto que el origen del problema se encuentra en parte en el sistema del complemento que forma parte de la respuesta inmune del cuerpo. Además, han identificado un patrón en las proteínas sanguíneas que permitirá mejorar el diagnóstico y tal vez también el tratamiento dirigido del COVID persistente. Los resultados se han publicado en Science.

Riesgos de una activación prolongada del sistema inmunitario

Onur Boyman, profesor de inmunología de la Universidad de Zúrich (UZH) y director del Departamento de Inmunología del Hospital Universitario de Zúrich (USZ) ha liderado al equipo de investigadores que ha demostrado que el sistema del complemento desempeña un papel importante en el Long Covid. Es parte del sistema inmunitario innato y normalmente ayuda a combatir las infecciones y a eliminar las células del cuerpo dañadas e infectadas. “En los pacientes con Long COVID el sistema de complemento ya no vuelve a su estado basal, sino que permanece activado y, por lo tanto, también daña las células sanas del cuerpo”, dice Boyman.

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Los investigadores siguieron a 113 pacientes que contrajeron COVID-19 hasta un año después de su infección aguda por SARS-CoV-2 y los compararon con 39 individuos sanos. Al cabo de seis meses, 40 pacientes tenían enfermedad activa de Long Covid. Más de 6.500 proteínas en la sangre de los participantes fueron analizadas tanto durante la infección aguda, como seis meses después.

“Los análisis de las proteínas que fueron alteradas en COVID prolongado confirmaron la actividad excesiva del sistema del complemento. Los pacientes con enfermedad activa por COVID persistente también tenían niveles elevados en sangre que indicaban daños a varias células del cuerpo, incluyendo glóbulos rojos, plaquetas y vasos sanguíneos”, ha explicado Carlo Cervia-Hasler, investigador postdoctoral en el equipo de Boyman y primer autor del estudio.

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Los cambios mensurables en las proteínas sanguíneas en COVID persistente activo indican una interacción entre las proteínas del sistema del complemento, que intervienen en la coagulación de la sangre y la reparación del daño tisular y la inflamación. En contraste, los niveles en sangre de los pacientes con Long Covid que se recuperaron de la enfermedad volvieron a la normalidad en un plazo de seis meses.

“Los pacientes con COVID persistente tenían niveles elevados en sangre que indicaban daños a varias células del cuerpo, incluyendo glóbulos rojos, plaquetas y vasos sanguíneos”

El COVID persistente activo se caracteriza por el patrón de proteínas en la sangre. Los marcadores sanguíneos fueron descubiertos empleando métodos bioinformáticos en colaboración con Karsten Borgwardt durante su tiempo como profesor en ETH Zurich. “Nuestro trabajo no sólo sienta las bases para un mejor diagnóstico, sino que también apoya la investigación clínica sobre sustancias que podrían utilizarse para regular el sistema del complemento. Esto abre nuevas vías para el desarrollo de terapias más específicas para pacientes con Long Covid”, concluye Onur Boyman.

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Jeremy Nicholson, catedrático de Medicina y director del Australian National Phenome Center de la Universidad Murdoch, que no ha participado en el presente estudio, opina que “ayuda a identificar algunas alteraciones inmunitarias fundamentales que nos ayudan a comprender los efectos tromboinflamatorios (que afectan al revestimiento de los vasos sanguíneos, por ejemplo) que pueden dar lugar a problemas sistémicos más generalizados (todos los órganos tienen vasos sanguíneos)”, pero que aunque “aporta nuevos conocimientos sobre las perturbaciones de las proteínas del complemento, sigue sin explicar la diversidad de los síntomas de covid persistente ni su expresión diferencial entre individuos”, según ha declarado a Science Media Centre Australia.

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También en declaraciones al mismo medio, David Lynn, catedrático de Inmunología de Sistemas en la Universidad Flinders y en el South Australian Health and Medical Research Institute (SAHMRI) ha señalado que “si bien estos hallazgos son emocionantes e importantes, es importante señalar que esta publicación es una de varias publicaciones de alto perfil publicadas en el último año o dos que muestran que diferentes aspectos del sistema inmunitario están desregulados en la covid persistente. Queda mucho trabajo por hacer para unificar los distintos mecanismos que se han propuesto en estos diferentes estudios y, lo que es más importante, para desarrollar tratamientos novedosos basados en estos hallazgos para los pacientes que padecen esta enfermedad crónica debilitante”.

Actualizado: 19 de enero de 2024

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