Identifican proteínas que ayudarían a revertir la pérdida de audición

Un grupo de proteínas que intervienen en el desarrollo de las células pilosas en el oído interno –cuyo deterioro provoca sordera– puede ayudar a regenerar dichas células, y a recuperar así la capacidad auditiva.
Revertir la pérdida de audición

07/08/2019

Se estima que el 90% de la pérdida de audición de origen genético está provocada por daños en las células pilosas o los nervios auditivos que las conectan, e incluso la hipoacusia que se produce a consecuencia de infecciones o de la exposición a ruidos intensos se debe al daño que sufren estas células, que además no se regeneran en el caso de los seres humanos, lo que conlleva que la pérdida auditiva sea permanente.

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Ahora, científicos de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, han identificado un par de proteínas que controlan el desarrollo de estas células pilosas y podrían contribuir a la creación de futuras terapias para restaurar la capacidad de oír en personas con sordera irreversible, según han explicado en un artículo publicado en eLife.

Los resultados del estudio tienen importantes aplicaciones en el tratamiento de la sordera causada por daños en las células pilosas

Para que los mamíferos puedan oír es necesario que las vibraciones del sonido viajen a través de una estructura del oído interno denominada cóclea, que contiene dos tipos de células pilosas –internas y externas– que detectan el sonido y lo convierten en información para el cerebro. Angelika Doetzlhofer, profesora asociada de neurociencia en la Johns Hopkins, afirma que conocer a fondo el desarrollo de estas células –que comienza en la parte más externa de la cóclea– permitirá encontrar estrategias para reemplazar las que estén deterioradas.

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Dos proteínas clave en la organización de la cóclea

Los autores del trabajo han identificado dos proteínas, la Activina A, que aumentaba en las zonas donde las células precursoras se transforman en pilosas, y la folistatina, cuyos niveles eran más bajos en la parte externa de la cóclea cuando las células precursoras comenzaban a transformarse en células pilosas, y más elevada en el interior de la espiral coclear cuando estas células precursoras no habían comenzado aún su transformación.

Doetzlhofer ha explicado que ya se sabía que en la naturaleza estas proteínas funcionan de forma opuesta para regular las células, y ha añadido que sus hallazgos muestran que en el oído “ejercen un equilibrio sobre las células precursoras para controlar la formación ordenada de las células pilosas a lo largo de la espiral coclear”.

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Para llegar a estas conclusiones los investigadores analizaron por separado los efectos de ambas proteínas. Primero incrementaron los niveles de Activina A en las cócleas de ratones sanos, y observaron que las células precursoras se transformaban rápidamente en células pilosas, provocando que estas aparecieran prematuramente en la espiral coclear. En los animales diseñados para producir un exceso de folistatina, o no producir nada de Activina, por el contrario, las células pilosas se formaron de forma desorganizada y más tardíamente, y se dividían con más frecuencia.

Según Doetzlhofer, la acción de las dos proteínas es tan específica durante el desarrollo de estas células que cualquier alteración puede afectar negativamente a la organización de la cóclea, algo similar a lo que ocurriría si en la construcción de un edificio fallaran los cimientos.

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La experta afirma también que los resultados del estudio tienen importantes aplicaciones en el tratamiento de la sordera causada por daños en las células pilosas, y que tienen intención de utilizar sus descubrimientos para mejorar o desarrollar nuevas estrategias terapéuticas para revertir la pérdida auditiva.

Actualizado: 4 de mayo de 2023

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