Revelan cómo afecta el síndrome de fatiga crónica a la sangre de los pacientes

23/06/2025
El síndrome de fatiga crónica provoca un cansancio extremo que no está asociado a un esfuerzo previo y que no se alivia con el descanso e impide a los afectados desenvolverse con normalidad en sus actividades cotidianas, ya que también influye negativamente en las capacidades cognitivas. Se estima que entre el 0,3% y el 0,5% de la población sufre este trastorno1, por lo que en España afecta a entre 120.000 y 200.000 personas.
Existen una serie de criterios aceptados a nivel internacional para diagnosticar EM/SFC (encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica), y se realizan diversas pruebas para determinar que se trata de esta afección y no de otras que puedan cursar con síntomas similares. Ahora, el mayor estudio biológico realizado hasta la fecha sobre EM/SFC ha identificado en estos pacientes significativas diferencias sanguíneas asociadas con inflamación crónica, resistencia a la insulina y enfermedad hepática, lo que puede contribuir a un diagnóstico más fiable de esta enfermedad.
La investigación ha sido liderada por científicos del Instituto de Genética y Cáncer de la Universidad de Edimburgo2, con apoyo de expertos en matemáticas e informática, y uno de los aspectos más importantes del trabajo es que estas diferencias en la sangre no se explican simplemente por la baja actividad física de los pacientes —algo que en ocasiones puede enmascarar los signos de enfermedad—, lo que refuerza la idea de que estos cambios están directamente vinculados al EM/SFC.
Signos en la sangre que diferencian a las personas con EM/SFC de las sanas
El rasgo más característico del EM/SFC es el llamado “malestar post-esfuerzo”, una fuerte recaída en los síntomas tras realizar incluso pequeñas actividades físicas. A esto se suman otros síntomas como dolor, niebla mental y una fatiga extrema que no mejora con el descanso. Se desconoce la causa de esta afección, y actualmente no existen pruebas diagnósticas ni tratamientos curativos.
Los investigadores analizaron datos del Biobanco del Reino Unido —una base de datos con información de salud de más de medio millón de personas— comparando los perfiles sanguíneos de 1.455 personas con EM/SFC frente a los de 131.000 personas sanas. En total, se estudiaron más de 3.000 biomarcadores y se utilizaron modelos estadísticos avanzados para eliminar el efecto de variables como la edad, el sexo o el nivel de actividad física.
"Durante mucho tiempo, a las personas con EM/SFC se les ha dicho que todo está en su cabeza. No es así: vemos la EM/SFC en la sangre. La evidencia de que existe una gran cantidad de biomarcadores sanguíneos replicados y diversos que diferencian entre casos de EM/SFC y controles debería disipar la idea persistente de que la EM/SFC se debe al desacondicionamiento físico y a la intolerancia al ejercicio", ha declarado el profesor Chris Ponting, Presidente de Bioinformática Médica e Investigador Principal de la Unidad de Genética Humana del MRC, Instituto de Genética y Cáncer y uno de los autores del estudio, en una nota publicada por la universidad.
"Durante mucho tiempo, a las personas con EM/SFC se les ha dicho que todo está en su cabeza. No es así: vemos la EM/SFC en la sangre"
Los hallazgos se validaron posteriormente con datos obtenidos en EE. UU., confirmando que cientos de biomarcadores diferencian a los pacientes con EM/SFC de las personas sanas. En total, se hallaron 116 alteraciones significativas comunes a hombres y mujeres, lo cual es relevante dado que la enfermedad puede manifestarse de forma distinta según el sexo.
Además, las mayores diferencias se detectaron en pacientes que manifestaban síntomas compatibles con el malestar post-esfuerzo, lo que refuerza la importancia de este síntoma como núcleo de la enfermedad. Según los investigadores, es probable que estos cambios en los biomarcadores sean una consecuencia del EM/SFC, más que la causa original, y destacan que la cantidad y consistencia de los biomarcadores encontrados respalda el objetivo de largo plazo de desarrollar un análisis de sangre que facilite el diagnóstico de la enfermedad.
El estudio se ha publicado en la revista EMBO Molecular Medicine3 y fue realizado en colaboración con la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard. Sus autores destacan el valor del enfoque interdisciplinar. Según el doctor Sjoerd Beentjes, del área de Matemáticas, su análisis estadístico avanzando ha permitido demostrar que los cambios en la sangre no se deben simplemente a la inactividad física. La doctora Ava Khamseh, experta en inteligencia artificial biomédica, subraya que este trabajo ha combinado herramientas de estadística, aprendizaje automático y biomedicina para responder a uno de los grandes retos de la investigación sobre EM/SFC.
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- 1Joaquim Fernández Solà. «¿Qué Es La Fatiga Crónica? | Síndrome De Fatiga Crónica | PortalCLÍNIC». Clínic Barcelona, https://www.clinicbarcelona.org/asistencia/enfermedades/sindrome-de-fatiga-cronica.
- 2
“Scale of How ME/CFS Affects Blood Revealed.” The University of Edinburgh, 20 June 2025, https://www.ed.ac.uk/news/scale-of-how-mecfs-affects-blood-revealed.
- 3Sjoerd Viktor Beentjes, Artur Miralles Méharon, Julia Kaczmarczyk, Amanda Cassar, y Gemma Louise Samms. «Replicated Blood-Based Biomarkers for Myalgic Encephalomyelitis Not Explicable by Inactivity». EMBO Molecular Medicine, Springer Science and Business Media LLC, 2025, doi:10.1038/s44321-025-00258-8.
Actualizado: 23 de junio de 2025