Otoscopia
La otoscopia sirve para examinar el oído en su porción más externa: desde la oreja hasta el tímpano. Permite detectar infecciones y otras patologías del oído de una forma fácil y sencilla, sin molestias para el paciente.

Cómo se hace una otoscopia

David Saceda

Por: David Saceda Corralo

Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología

Actualizado: 29 de julio de 2022

Cuando llegues a la consulta del médico para realizarte una otoscopia, éste te realizará unas preguntas generales sobre tu estado de salud y sobre las molestias por las que consultas. Cuando haya terminado empezará a explorarte parte por parte del cuerpo. Si tu molestia se centra en los oídos pasará directamente a explorarlos. Primero palpará la oreja y los alrededores del conducto auditivo, si son dolorosos podrían indicar una infección local.

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Después utilizará el otoscopio para explorarte el conducto y el oído medio. A veces es necesario que el médico apague la luz de la consulta para que la única luz que reciba sea la del otoscopio y se enfoque correctamente el oído. Introducirá el extremo del cabezal a través del orificio de la oreja, mientras tirará suavemente de la oreja hacia arriba y hacia atrás, así el conducto auditivo se endereza y se puede explorar más cómodamente. Puede que sea un poco molesto, pero no notarás dolor a no ser que tengas una infección local.

Lo primero que mirará el médico es el aspecto del conducto auditivo. Lo normal es que esté recubierto de una piel rosada, con algunos pelos finos y restos de cerumen. Si hay una infección la piel estará más enrojecida, inflamada y habrá más cantidad de cerumen. Si hay un tapón de cera no se verá más allá de él, y si hay un insecto u otro objeto se verá directamente.

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Después explorará el tímpano, que es la parte más delicada de la exploración. Tendrá que comprobar que no está abombado, enrojecido ni inflamado. El médico se asegurará de que las estructuras se mantienen en su posición correcta, las más importantes son: el cono de luz (donde se refleja la luz), el mango del martillo (donde se inserta la cadena de huesecillos) y la parte flácida (una parte más delgada que se inflama fácilmente).

Una vez visto un oído el médico sacará el otoscopio y lo limpiará, luego se pondrá a explorar el otro oído para comparar. Repetirá la misma exploración de forma meticulosa y cuando termine ya podrá dejar apartado el otoscopio. Será entonces cuando te dirá si ve algo sospechoso o que le preocupe. Si se puede te diagnosticará de alguna enfermedad y te propondrá un tratamiento. Si la patología es más compleja podrá solicitar más pruebas o te derivará al otorrinolaringólogo para un tratamiento quirúrgico u otras opciones.

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Complicaciones de la otoscopia

Las complicaciones graves en la otoscopia no son muy frecuentes. Algunas que pueden ocurrir vez son:

  • Irritación del conducto auditivo con dolor, que suele ocurrir cuando hay una infección local.
  • Contagio de la infección de un oído a otro, que se evita al limpiar el otoscopio correctamente.
  • Perforación del tímpano, que es infrecuente porque el extremo del cabezal es muy corto.

Creado: 18 de agosto de 2014

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