Cáncer de cuello de útero
El cáncer de cuello de útero es el segundo más común en mujeres entre 15 y 44 años en Europa, y se ha observado que afecta a mujeres cada vez más jóvenes. La citología permite detectar la enfermedad en estadios iniciales.

Tratamiento del cáncer de cuello de útero

Por: María Dolores Tuñón

Médico Residente de Medicina Familiar y Comunitaria

Actualizado: 28 de junio de 2022

En función del grado de cáncer de útero del paciente, se disponen de varias opciones de tratamiento (quimioterapia, radioterapia y distintos tipos de cirugía), que será seleccionado por su oncólogo o especialista para obtener los mejores resultados:

Quimioterapia

Tiene distintas indicaciones según el tipo y la extensión del carcinoma. Normalmente se emplea en estadios avanzados, o bien antes de la cirugía para intentar reducir al máximo el tamaño del tumor y facilitar así la operación. En los últimos años se utiliza asociada a radioterapia en casos de mal pronóstico. Ver más sobre la quimioterapia

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Radioterapia

En el cáncer de útero se usa en dos formas: externa y de contacto (también llamada curieterapia o braquiterapia). La braquiterapia tiene por objeto la destrucción del tumor primario, y se emplea principalmente cuando el cáncer no se ha diseminado hacia otros órganos o hacia los ganglios linfáticos. Consiste en colocar unos aplicadores dentro del útero, que se conectan a un recipiente blindado que contiene cesio-137. Este tipo de radiación localizada permite un tratamiento más individualizado y, por ello, más útil, al mismo tiempo que protege a los órganos no afectados por el cáncer frente a la radiación.

La radioterapia externa va dirigida a la afectación ganglionar. Consiste en la aplicación terapéutica de rayos X. Puede tener algunas complicaciones como la formación de fístulas rectales y vesicales, y alteraciones digestivas.

Tratamiento del cáncer de cuello de útero: cirugía

Ver más sobre la radioterapia

Cirugía

Puede ser conservadora (conización, criocoagulación, electrodiatermia, o láser de CO2) o radical (histerectomía). A continuación detallamos en qué consiste cada una de estas técnicas:

Electrodiatermia

Mediante la aplicación de corrientes de alta frecuencia se destruye la zona afectada. Este método precisa anestesia. Puede destruir hasta una profundidad de 10 mm.

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Criocoagulación

Se destruye la lesión mediante el frío. Puede llevarse a cabo sin anestesia. La profundidad de acción es de 4 mm. Las ventajas de este método son la rapidez, que es indoloro y que no deja secuelas.

Láser de CO2

Si se realiza adecuadamente el daño a los tejidos adyacentes es mínimo y no presenta efectos secundarios.

Conización

Se extirpa un pedazo de cerviz en forma de cono. La base del mismo corresponde a la zona tumoral completa.

Histerectomía

Es la extirpación del útero completo. En la mayoría de los casos se acompaña de la extracción de los ganglios. En casos muy avanzados puede ser necesario incluir los ovarios. Esta técnica se usa solo para casos en los que el cáncer está muy extendido o en mujeres mayores.

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Creado: 3 de enero de 2011

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