Síntomas de la fiebre amarilla

Actualizado: 23 de enero de 2020
La fiebre amarilla debe su nombre a dos de los síntomas más frecuentes de la enfermedad: la fiebre y la coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia). Algunos casos son asintomáticos, mientras que en otras personas, tras sufrir la picadura del mosquito, suele existir un período de incubación de entre tres y seis días hasta que los síntomas se manifiestan. La infección puede presentarse de dos maneras:
En la mayoría de los pacientes la fiebre amarilla puede pasar desapercibida, ya que los síntomas que experimentan –y que duran tres o cuatro días y se suelen resolver de manera espontánea– son similares a los de un síndrome gripal:
- Fiebre.
- Dolores musculares (sobre todo de espalda).
- Dolor de cabeza.
- Congestión nasal.
- Pérdida de apetito.
- Náuseas o vómitos.
El otro tipo de manifestación de la fiebre amarilla, mucho más agresiva, lo presentan entre el 15% y el 25% de los pacientes a las 24-48 horas de la remisión de la primera fase, y recibe el nombre de fiebre hemorrágica. Además de fiebre, escalofríos, cefalea y dolores musculares, la fiebre hemorrágica se caracteriza por:
- Hemorragias internas, y también sagrados nasales, orales u oculares.
- Vómitos de sangre coagulada y de color negro (hematemesis).
- Fiebre muy alta.
- Orina de color oscuro.
- Dolor abdominal con vómitos.
- Daño de órganos vitales como el hígado, causando su inflamación, lo que produce un aumento de la bilirrubina que se deposita en la piel y mucosas, un fenómeno que se conoce como ictericia o coloración amarillenta.
- Fallo renal. Los riñones comienzan a fallar, disminuyendo la eliminación de sustancias tóxicas a través de la orina, y finalmente se produce un shock o colapso del sistema circulatorio.
Según estimaciones de la OMS el 50% de los pacientes que llegan a esta fase de la enfermedad fallece en un plazo de siete a diez días, mientras que el otro 50% logra recuperarse.
Creado: 23 de abril de 2012