Giardiasis
La giardiasis es una parasitosis intestinal muy frecuente en todo el mundo que puede producir cuadros diarreicos agudos y a veces de muy larga duración. Te contamos cómo se transmite esta infección y cómo se trata.

Síntomas de la giardiasis

Por: Dra. Sari Arponen

Doctora en Medicina, especialista en Medicina Interna y experta en microbiota

Actualizado: 5 de diciembre de 2022

Desde que se ingieren los quistes de Giardia hasta que aparecen los síntomas de giardiasis hay un período de incubación de 1-3 semanas, aunque a veces puede llegar a ser de varios meses. Más del 60% de los infectados están asintomáticos. Incluso los pacientes con síntomas pueden llegar a eliminar la infección de forma espontánea, pero en otras ocasiones se cronifica. También los pacientes asintomáticos pueden quedarse como portadores crónicos y eliminar quistes de Giardia de forma prolongada.

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La giardiasis sintomática se caracteriza sobre todo por la diarrea de aparición repentina. La diarrea se acompaña por otros síntomas como dolor abdominal de tipo cólico y flatulencias. También aparecen náuseas, malestar general y disminución del apetito y de la ingesta de alimentos. El paciente puede notar que sus eructos tienen sabor a azufre. De forma menos frecuente pueden aparecer fiebre, vómitos o tenesmo (la sensación de no haber terminado de evacuar del todo después de hacer deposición).

Al principio la diarrea puede consistir en heces abundantes y acuosas, pero en la evolución acaban siendo más bien escasas, amarillentas, grasientas y muy malolientes, además de flotantes. No suelen contener sangre, moco ni pus. El paciente con diarrea aguda por Giardia suele perder peso. Otros síntomas posibles son los picores en la piel, la artritis reactiva, la afectación de la vía biliar o la infección del estómago.

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Si se desarrolla una diarrea crónica el empeoramiento clínico es la norma. El malestar y la debilidad van aumentando. Los dolores abdominales se hacen más intensos y frecuentes y aumentan con la ingesta de alimentos. Suele haber pérdida de peso progresiva, las heces son grasas y malolientes o espumosas y son de pequeño tamaño aunque las deposiciones sean muy frecuentes. Alguna vez la diarrea puede alternar con períodos de estreñimiento. Esta diarrea puede durar meses hasta que se resuelve sola o se trata.

Adicionalmente es posible que aparezca un síndrome de malabsorción con deficiencias de vitaminas como A y B12, proteínas, o hierro. También se suele acompañar de intolerancia a la lactosa por pérdida de la actividad de la enzima que la descompone. En los niños se puede provocar un retraso del crecimiento en peso y estatura o incluso reducción de la función cognitiva por déficit de nutrientes en esta fase tan crítica en el desarrollo del ser humano.

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