La mayor fuente de contagio de legionella lo constituyen los sistemas de agua y aire acondicionado de los grandes edificios como oficinas, hospitales, hoteles, centros comerciales... Descubre sus síntomas y cómo detenerla.
Aunque cualquier persona puede infectarse con la bacteria de la legionella, hay ciertos factores de riesgo individuales y ambientales que incrementan las posibilidades de contraer la enfermedad y que, además, complican el pronóstico y dificultan el tratamiento.
Entre los factores de riesgo individuales para padecer legionela destacan:
Fumar (cualquier paciente que haya contraído la legionella debe dejar de fumar inmediatamente).
Los hombres son más propensos que las mujeres a contraer la infección.
Los factores ambientales determinantes para la adquisición de la legionelosis son:
La exposición a aerosoles o duchas de centros sanitarios o grandes edificios como hoteles.
La infección de material sanitario como sondas nasogástricas, equipos de respiradores hospitalarios, material sanitario infectado que se utiliza para lavados de pacientes o de sus heridas…
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Infección de fuentes de refrigeración, aires acondicionados, saunas, fuentes ornamentales, riegos por aspersión, etcétera.
Por otro lado, es extremadamente raro que tras haber superado la enfermedad dicha persona pueda ser contagiada una segunda vez por la legionella. Al parecer, la primera infección podría proporcionar una cierta inmunidad contra un hipotético segundo contagio.