Así pueden contribuir los virus y bacterias a la aparición del cáncer

Las infecciones por virus y bacterias son responsables de entre el 15 y el 20 % de todos los casos de cáncer, y muchas veces se pueden prevenir. El Doctor Javier Velasco Montes explica esta relación y destaca la importancia de los programas de prevención.
Vista microscópica de la bacteria Helicobacter pylori

Javier Velasco Montes

Profesor Asociado. Facultad de Ciencias de la Salud

Universidad de La Rioja

Contenido original publicado en:

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The Conversation

Actualizado: 20 de mayo de 2025

Como es bien sabido, el cáncer se inicia por una serie de cambios en los genes y su actividad que alteran el crecimiento y supervivencia normal de las células1, pero debemos tener en cuenta que más de un tercio de los casos se producen por causas que podemos modificar. Entre las más conocidas se encuentran el tabaco, el alcohol, la obesidad, la inactividad física, el consumo escaso de frutas y verduras y el sexo sin protección.

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Y en ese grupo de causas modificables juegan un papel destacado las bacterias y los virus2, responsables de entre el 15 y el 20 % de todos los diagnósticos. Sus infecciones se pueden producir por varias vías, como la oral, la aérea o tras un contacto sexual.

Relación entre las bacterias y el cáncer

En el cáncer, las células crecen de forma descontrolada, proceso que puede ser facilitado por las bacterias después de una infección prolongada o al evitar la respuesta inmunitaria. Incluso los pacientes con un sistema inmunitario normal están en riesgo.

En algunas ocasiones las infecciones que producen estos microorganismos se pueden curar con antibióticos. Otras veces, sin embargo, su empleo produce una alteración en la microbiota normal del paciente (disbiosis), lo que facilita la aparición de otras infecciones oportunistas.

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Por desgracia, algunas personas no consiguen eliminar la infección que sufren, y esto hace que aumente el riesgo de contraer algún tipo de cáncer pasado un tiempo. Tanto los genes como las condiciones ambientales influyen en las diferentes respuestas que generan los pacientes3.

El ejemplo más conocido de bacteria relacionada con las enfermedades oncológicas es Helicobacter pylori4, que favorece la aparición de diferentes tipos de cáncer de estómago, como el adenocarcinoma y el linfoma gástrico. H. pylori pone en marcha una inflamación en la mucosa del estómago que puede acabar generando esas patologías.

No obstante, solo una minoría de los pacientes infectados llegan a ese extremo. Algunos desarrollan una úlcera de duodeno, mientras que en la mayoría no se producen síntomas. Todavía se continúan investigando los motivos por los que suceden estas diferencias.

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Otra amenaza bacteriana en el ámbito de la oncología son las infecciones que pueden surgir durante el tratamiento. Aunque la mortalidad por cáncer ha disminuido en los últimos años, las infecciones todavía son una importante causa de fallecimiento en este grupo de pacientes5.

En las personas aquejadas de cáncer, los antibióticos deben emplearse con mucha frecuencia. Y esto genera otros problemas, como la aparición de resistencias a la medicación o alteración de la microbiota. Para evitar dichas resistencias hay que intentar evitar las infecciones, optimizar el empleo de los antibióticos y estar atentos al descubrimiento de nuevos bactericidas más específicos.

Los virus también están implicados

Las infecciones producidas por los virus también pueden producir cáncer en algunos pacientes, pero afortunadamente contamos en este caso con las vacunas, que son baratas y producen grandes beneficios en la salud pública.

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Un enemigo temible es el virus del papiloma humano (VPH), principal responsable para el desarrollo de cáncer cervical, ya que se detecta –sobre todo los subtipos 16 y 18– en la gran mayoría de los casos6. Debemos tener en cuenta que es el cuarto cáncer más frecuente entre las mujeres7.

El virus del papiloma se puede prevenir mediante la vacuna si se administra antes de que el individuo se infecte con el patógeno. Por eso, los médicos recomiendan aplicarla a una edad temprana, entre 11 y 12 años, aunque puede administrarse desde los 9 hasta los 26. En algunos casos, podría ser útil también para personas mayores.

Esta inmunización no solo es muy eficaz para prevenir los tipos de infección por VPH que causan cáncer de cuello uterino y vaginal, sino que también puede reducir el riesgo de desarrollar otro tipo de tumores.

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También hay que tener en cuenta que los preservativos no protegen completamente contra el VPH. Esto se debe a que el virus puede vivir en la piel que no está cubierta por la profilaxis. Sin embargo, siguen siendo un método importante para protegerse contra otras enfermedades de transmisión sexual.

Por último, otros virus susceptibles de producir cáncer son los causantes de la hepatitis B y C, enfermedades que pueden dañar gravemente el hígado. Se contagian cuando los fluidos corporales de las personas entran en contacto, por ejemplo, al tener relaciones sexuales o compartir agujas para drogas.

Actualmente solo existe vacuna contra la hepatitis B, que reduce el riesgo de contraer cáncer de hígado cuando se cronifica la enfermedad. No obstante, existen fármacos antivirales por vía oral que han demostrado ser seguros, bien tolerados y muy eficaces en el tratamiento de la hepatitis C. Cuando esta se consigue curar, se reduce la morbilidad y mejora la calidad de vida en la gran mayoría de los pacientes.

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La importancia de los programas de prevención

Aunque todavía queda mucho por descubrir sobre la relación entre infecciones y cáncer, la buena noticia8 es que disponemos de estrategias para evitar la transmisión, vacunas (papiloma y hepatitis B) y tratamientos muy eficaces (H. pylori, hepatitis C) que ayudan a evitar ese desenlace.

En países con pocos ingresos, la falta de acceso a vacunas y programas de cribado hace que un alto porcentaje de los casos oncológicos tengan que ver con infecciones de virus o bacterias. Por eso, es necesario destinar más recursos9 a programas de prevención en poblaciones de alto riesgo.

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    Javier Velasco Montes. «La Mitad De La población Está Infectada Por ‘Helicobacter pylori’: ¿podemos Evitar Su transmisión?». The Conversation, vol. 12, n.º 11, Centers for Disease Control and Prevention (CDC), pp. 1701–1708+, http://theconversation.com/la-mitad-de-la-poblacion-esta-infectada-por-helicobacter-pylori-podemos-evitar-su-transmision-217597.
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    de Martel C, Georges D, Bray F, Ferlay J, y Clifford GM. «Global Burden of Cancer Attributable to Infections in 2018: A Worldwide Incidence Analysis». The Lancet. Global Health, vol. 8, n.º 2, Elsevier BV, 2020, pp. e180-e190+, doi:10.1016/S2214-109X(19)30488-7.

Creado: 20 de mayo de 2025

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