Síndrome de pies ardientes, ‘fuego’ en las extremidades

El síndrome de Grierson-Gopalan o de pies ardientes provoca una intensa sensación de calor, hormigueo o pinchazos en estas extremidades, sobre todo por la noche. Conoce sus causas y el tratamiento más indicado para aliviarlo.
Síndrome de pies ardientes
Caridad Ruiz, periodista

Por: Caridad Ruiz

Periodista especializada en salud y nutrición

Actualizado: 2 de marzo de 2023

Tener los pies calientes por la noche puede parecer una banalidad, pero quienes sufren el síndrome de Grierson-Gopalan, popularmente conocido como síndrome de pies ardientes, saben bien que se trata de algo muy serio. En estas personas, es tal la sensación de ardor en la planta de los pies que les impide dormir, y el enfermo se ve obligado a sacarlos de la cama y ponerlos sobre el frío suelo para experimentar algo de alivio. A veces, además de experimentar ese fuego, también puede notar una molesta sensación de pinchazos o agujas clavándose en sus pies.

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Síntomas del síndrome de pies ardientes

Una de las peculiaridades de este trastorno es que los síntomas “empeoran por la noche y suelen mejorar durante el día”, nos comenta la doctora Candelaria Martín González, del servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario de Canarias (Tenerife) y profesora asociada de la Universidad de La Laguna (Tenerife). Sus manifestaciones más habituales son:

  • Sensación de calor o ardor en los pies: habitualmente, “se percibe solo en la planta de los pies, pero puede también notarse en el dorso, tobillos y en la cara posterior de la pierna”, aclara la doctora Martín González. Es una sensación de ardor en los pies, que puede ser desde leve hasta intensamente dolorosa. A menudo, esta sensación se describe como si los pies estuvieran en llamas.
  • Hormigueo: algunos pacientes describen “sensación de hormigueo o de ‘pinchazos de agujas’ en las extremidades inferiores”, explica la experta. 
  • Calor: los pies pueden sentirse inusualmente calientes al tacto, a pesar de no tener una temperatura exterior elevada.
  • Dolor: puede haber dolor en los pies, que varía en intensidad. Algunas personas experimentan un dolor agudo, mientras que otras describen un dolor sordo y constante.

  • Aumento o disminución de la sensibilidad: los pies pueden volverse extremadamente sensibles al tacto, a la temperatura o a la presión. Incluso la ropa de cama puede causar incomodidad.Paradojalmente, algunas personas pueden experimentar una disminución de la sensibilidad en los pies, lo que significa que tienen menos capacidad para sentir dolor, calor, frío o presión.

  • Cambios en la piel: la piel de los pies puede cambiar, volviéndose más delgada, seca o cambiando de color.

  • Debilidad muscular: en casos más graves, puede haber debilidad muscular en los pies o en las piernas.

  • Dificultades para dormir: debido a la incomodidad y al dolor, las personas con este síndrome a menudo tienen dificultades para conciliar el sueño o permanecer dormidos durante la noche.

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Causas del síndrome de pies ardientes

Las causas del síndrome de pies ardientes son varias, aunque a menudo se desconoce su origen. “Puede ocurrir como un síntoma aislado, o como parte de un grupo de síntomas asociados con diferentes patologías”, comenta la especialista en Medicina Interna. Así, cuando de esta afección podemos distinguir entre causas primarias y secundarias. Las causas primarias se refieren generalmente a aquellas situaciones en las que el síndrome se presenta sin una enfermedad subyacente identificable, mientras que las causas secundarias están relacionadas con enfermedades o condiciones específicas que provocan la aparición de este síndrome. A continuación, se detallan algunas de estas causas:

Causas primarias del síndrome de pies ardientes

Las causas primarias del síndrome de Grierson-Gopalan son menos comunes en comparación con las secundarias, y a menudo son más difíciles de diagnosticar y tratar debido a la falta de una causa subyacente clara:

  1. Idiopáticas: en algunos casos, el síndrome de pies ardientes ocurre sin una razón identificable, y se le denomina idiopático. Esto significa que, a pesar de los exámenes y pruebas, los médicos no encuentran una causa subyacente específica.
  2. Herencia genética: aunque como nos dice la doctora Martín González no se ha encontrado una base genética en esta patología, “existe un trastorno hereditario familiar que se transmite de forma autosómica dominante, que puede causar síndrome de pies ardientes. El cuadro clínico en estos pacientes cursa con dolor bilateral y simétrico en extremidades inferiores sin debilidad, atrofia o deformidad”.
  3. Disfunción del sistema nervioso pequeño: algunos investigadores creen que el síndrome puede originarse por una disfunción en las pequeñas fibras nerviosas de los pies. Esta disfunción podría no estar asociada con una causa secundaria identificable y podría deberse a una alteración en la regulación nerviosa o en la percepción del dolor.
Neuropatía periférica

Causas secundarias de sensación de ardor en los pies

Las causas secundarias del síndrome de pies ardientes están relacionadas con otras condiciones médicas o situaciones que provocan los síntomas característicos de esta condición. Estas causas pueden variar ampliamente e incluir enfermedades sistémicas, deficiencias nutricionales, y factores de estilo de vida, entre otros:

  1. Neuropatía diabética: una de las causas más comunes del síndrome de pies ardientes es la neuropatía periférica, que puede resultar de una lesión en los nervios fuera del cerebro y la médula espinal, afectando la sensación en los pies. “Se piensa que el síndrome de pies ardientes puede ser la fase inicial de la neuropatía que se manifiesta cuando hay deficiencia de vitamina B12, antes de que aparezcan los síntomas neurológicos”, añade. Puede ser resultado de la diabetes, el alcoholismo u otras condiciones.
  2. Carencia de vitaminas del grupo B y otros nutrientes: según la doctora Martín González es la causa más aceptada de la sensación de ardor en los pies, debido a su impacto en la salud nerviosa. “Se ha atribuido a déficits de diferentes vitaminas, sobre todo de la riboflavina (vitamina B2), pero también del ácido nicotínico (vitamina B3), de la tiamina (vitamina B1) y de la piridoxina (B6). La doctora nos explica que la carencia de estas vitaminas del grupo B “conduce a alteraciones en el metabolismo celular de los tejidos, que pueden causar una estimulación anormal y excesiva, o disminuir el umbral del dolor del nervio periférico”. Algunas enfermedades provocan la malabsorción de estos nutrientes en el intestino delgado, como el alcoholismo crónico, el síndrome de malabsorción o la desnutrición.
  3. Enfermedades del sistema nervioso: condiciones como la esclerosis múltiple o la enfermedad de Guillain-Barré pueden causar síntomas de neuropatía que deriven esta sensación de ardor de pies.
  4. Enfermedades metabólicas y endocrinas: “Este trastorno se ve frecuentemente en los pacientes diabéticos y con hipotiroidismo, aunque se desconoce su mecanismo etiológico”, nos comenta la especialista en Medicina Interna. Algunos expertos piensan que la hinchazón que a menudo provoca el desequilibrio en las hormonas tiroideas puede presionar los nervios de los pies. Por otra parte, niveles elevados de azúcar en sangre sin tratar durante un periodo prolongado de tiempo pueden dañar los vasos sanguíneos y los nervios, y provocar una neuropatía periférica, que lleve a su vez a la sensación de ardor en los pies.
  5. Enfermedades sistémicas: condiciones como el hipotiroidismo, la insuficiencia renal, la enfermedad de Lyme y la sarcoidosis pueden provocar neuropatía periférica y, por ende, el síndrome de pies ardientes.
  6. Síndrome del túnel tarsal: el nervio tibial posterior pasa por una zona cerca del talón y por la planta del pie, llamado túnel tarsiano. Cuando ese nervio se encuentra comprimido, por una inflamación u otra causa, puede causar sensación de ardor, hormigueo…
  7. Eritromelalgia: se trata de una vasodilatación de las arterias pequeñas de los pies (y las manos), que causa dolor, eritema y un aumento de la temperatura de la piel (entre 29 y 32° C).
  8. Síndrome de Gitelman: esta patología se relaciona con bajos niveles de magnesio y potasio, y en algunos pacientes se manifiesta con calor local en algunas zonas del cuerpo como los pies.
  9. Enfermedades vasculares: los problemas circulatorios, que limitan el flujo sanguíneo hacia los pies, debido a enfermedades como la enfermedad arterial periférica, pueden causar una sensación de ardor o quemazón.
  10. Infecciones: algunas infecciones, especialmente aquellas que afectan a los nervios (como la lepra o el VIH), o la enfermedad de Lyme, pueden causar pies ardientes.
  11. Exposición a toxinas: la exposición a metales pesados (como el mercurio y el plomo) y a ciertos medicamentos puede dañar los nervios y causar este síndrome.
  12. Efectos secundarios de medicamentos: ciertos medicamentos, especialmente aquellos utilizados para tratar el VIH y el cáncer, pueden tener efectos secundarios que incluyen neuropatía periférica.
  13. Insuficiencia renal crónica: los desechos acumulados en la sangre debido a la función renal deficiente pueden dañar los nervios.
  14. Alcoholismo: el consumo excesivo de alcohol puede causar daño nervioso directo o contribuir a la deficiencia nutricional que lleva a la neuropatía, resultando en el síndrome de pies ardientes.
  15. Enfermedades autoinmunes: enfermedades como el lupus o la artritis reumatoide pueden causar inflamación de los nervios, resultando en una sensación de ardor en los pies.
  16. Síndrome de pies ardientes secundario a infecciones fúngicas: particularmente, las infecciones por hongos en los pies pueden causar síntomas similares.

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Cómo se diagnostica el síndrome de Grierson-Gopalan

No es fácil diagnosticar el síndrome de pies ardientes o síndrome de Grierson-Gopalan, porque como nos ha explicado la doctora Martín González “se asocia a un amplio espectro de patologías”. Al no existir, pues, una prueba concreta, el médico internista prescribirá las siguientes pruebas para confirmar o descartar el diagnóstico:

  • Elaborar la historia clínica: el médico, en primer lugar, preguntará al paciente por sus antecedentes personales y familiares de enfermedades, recopilando una descripción de los síntomas del afectado, incluyendo la duración, la intensidad del ardor, y si hay otros síntomas presentes, como hormigueo, dolor o alteraciones en la temperatura de los pies.
  • Se realiza una exploración física minuciosa: posteriormente, se realiza una exploración física detallada de los pies y las extremidades inferiores para evaluar la presencia de enrojecimiento, hinchazón, alteraciones en la piel, y la respuesta a la temperatura o al tacto. Esto ayuda a determinar si hay signos de neuropatía periférica u otras afecciones que podrían causar síntomas similares.
  • Una analítica de sangre permitirá evaluar el estado nutricional y posibles déficits vitamínicos (sobre todo del complejo B), asñi como detectar una posible diabetes, problemas de tiroides, y otros desequilibrios que pueden contribuir al desarrollo de neuropatías.
  • Otras pruebas: “deben individualizarse en función de la sospecha clínica”, señala la doctora Candelaria Martín:
    • Si un paciente tiene antecedentes de alcoholismo, hay que solicitar niveles de vitaminas del grupo B.
    • Si se sospecha que el trastorno está relacionado con el síndrome de malabsorción, se deben realizar pruebas para su diagnóstico, como una endoscopia o una ecografía abdominal, además de analíticas de sangre y heces.
    • Si se sospecha de una neuropatía, requerirá un estudio neurofisiológico, como un electromiograma o estudios de conducción nerviosa, que pueden utilizarse para medir la actividad eléctrica en los músculos y la velocidad de conducción de los impulsos a lo largo de los nervios, respectivamente. Estas pruebas ayudan a identificar daños en los nervios periféricos.
    • Si se cree que hay una causa mecánica, se pueden solicitar pruebas de imagen como una tomografía axial computerizada (TAC) o una resonancia magnética (RM).
Diagnóstico del síndrome de pies ardientes

Tratamiento del síndrome de pies ardientes

El tratamiento del síndrome de pies ardientes va a depender de los resultados de las pruebas anteriores y de las causas responsables de la aparición de este trastorno, pero las alternativas terapéuticas disponibles para aquellos que sufren este molesto problema son:

  • Farmacológico: “las terapias farmacológicas incluyen antidepresivos tricíclicos y agentes estabilizadores de membrana como carbamazepina o gabapentina”, nos dice la doctora Martín González.
  • Calzado: se recomienda a los afectados “que usen zapatos abiertos y cómodos y calcetines de algodón”, aconseja la especialista.
  • Baños de agua fría: los enfermos deben evitar la exposición al calor y pueden sentir un alivio de los síntomas si sumergen los pies en agua fría durante 15 minutos.
  • Otras medidas: “si se identifica la causa del síndrome de pies ardientes se pueden instaurar medidas como suplementación de las vitaminas deficitarias o mejoría del control metabólico de la diabetes mellitus”.
  • Antiinflamatorios: si la causa es una inflamación del nervio que causa compresión “se pueden pautar antiinflamatorios (AINEs) o infiltraciones locales con corticoides y, si estas medidas fallan, se puede realizar una descompresión quirúrgica”, concluye la experta.
Tratamiento del la sensación de ardor en los pies

Cuándo acudir al médico

  • Si a pesar de adoptar medidas como usar calzado amplio y cómodo, o darse baños de agua fría, el ardor no desaparece, o incluso va a más.
  • Si observa que el ardor se extiende también a las piernas.

Creado: 10 de diciembre de 2019

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