Método Dunstan, cómo entender el lenguaje del bebé
Actualizado: 5 de mayo de 2023
El método Dunstan, o Dunstan Baby Language, enseña a los padres a reconocer las necesidades de su bebé recién nacido, gracias a que éste las expresa mediante un lenguaje universal basado en reflejos naturales que todos los seres humanos –independientemente de la raza o el idioma de nuestra familia–, tenemos desde el nacimiento.
Este sistema para entender a los neonatos fue descubierto por una mujer australiana llamada Priscilla Dunstan, que observó cómo su bebé emitía determinados sonidos antes de comenzar a llorar, y afirma que los chiquitines poseen su propia forma de comunicarse, y lo hacen a través de cinco sonidos concretos que revelan necesidades básicas como comer o dormir, o que el niño se encuentra incómodo por algún motivo (tiene calor o frío, gases, hay que cambiarle el pañal…).
Las ventajas de aprender el método Dunstan son obvias, porque si somos capaces de comprender por qué emite nuestro bebé ciertos sonidos, o saber por qué llora después de hacerlo, podremos identificar y atender de inmediato sus necesidades, y evitar así que su llanto se vuelva inconsolable.
Los cinco sonidos que emiten los bebés
Según el método Dunstan los bebés emiten cinco sonidos –cada uno con un significado diferente– antes de comenzar a llorar, que indican que alguna de sus necesidades no está cubierta, y que son:
Los bebés recién nacidos poseen su propia forma de comunicarse a través de cinco sonidos que revelan necesidades básicas como comer o dormir, o que se encuentran incómodos por alguna razón
- Neh, que significa que tiene hambre. Puede sonar né, nej (la jota apenas se percibe) o na.
- Ou o au, cuando tiene sueño o está cansado.
- Je, puede sonar también como jej (la jota siempre es muy suave), e indica que está incómodo por alguna razón o que algo le molesta: la temperatura no es adecuada, tiene sucio el pañal, la postura en la que se encuentra no le agrada…
- Eh o ej, lo hace cuando necesita eructar.
- Eairh o eairj, que suena como ieirj (las últimas dos letras se alargan), y quiere decir que el bebé tiene gases o molestias abdominales.
Los bebés pueden también combinar estos sonidos cuando tienen más de una necesidad a la vez, o expresan una a continuación de otra, por lo que debes prestar mucha atención para comprobar si los sonidos que emite tu hijo se corresponden realmente con lo que explica el método Dunstan. Si consigues asociar el lenguaje de tu bebé con sus necesidades, seguro que podrás evitar muchos llantos. Y, a medida que el niño crezca, el estrecho vínculo que ya habrás establecido con él y tu propio instinto te ayudarán a saber lo que quiere en cada momento.
Más información en Baby Language
Creado: 23 de marzo de 2015