Pablo Ojeda

Dietista experto en obesidad y coaching nutricional, con formación en atención pediátrica
En España, el 40% de los niños tiene obesidad infantil. Pablo Ojeda, dietista y experto en obesidad, recuerda que lo que hoy es una crisis tendrá una enorme repercusión en el futuro, y nos da las claves para prevenirla en niños y adultos.
Pablo Ojeda, dietista experto en obesidad
“El problema real viene cuando quiero exigirle a mi hijo que coma de una manera determinada y yo no lo hago”

11/10/2018

La obesidad infantil en España se ha cuadriplicado en los últimos 40 años. La inacción de las instituciones en la mayoría de las comunidades autónomas, así como la ausencia de un plan nacional real, evidencian que el problema de la obesidad no acaba de tomarse en serio. Con motivo del Día Mundial de la Obesidad, la OMS alerta que en el 2030 esta epidemia podría afectar a la mitad de la población mundial. “La obesidad es una crisis del hoy con una enorme repercusión en el futuro”, recuerda Pablo Ojeda, dietista en el Centro de Nutrición y Medicina Alvida (Sevilla) y profesional especializado en obesidad y su prevención por el Instituto ICNS, para quien es preocupante que en sólo 10 años la incidencia de casos de diabetes tipo II en edad infantil haya aumentado hasta un 50%. Padre de dos hijas y divulgador incansable a través de su cuenta de Twitter, cree firmemente en las posibilidades que ofrece la educación alimentaria para mejorar nuestros hábitos. Y es que, cambiar la situación no es imposible: información, visibilidad e intención, forman parte del cambio de rumbo que tanto necesita nuestra salud y la de nuestros hijos .

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Según un reciente estudio de la Iniciativa Europea de Vigilancia de la Obesidad Infantil de la Organización Mundial de la Salud (OMS) España se encuentra entre los países con las cifras más elevadas de niños con obesidad con un 40%. Ante estos datos, ¿crees que se toma en serio este problema en nuestro país?

Me encantaría decir que sí, pero son muchos los indicadores que evidencian que España no está abordando este problema como lo que realmente es: una crisis del hoy con una enorme repercusión en el futuro. No hay más que ver algunos aspectos o medidas que en la actualidad se están llevando a cabo y que indican que estos datos a corto plazo son reversibles.

En cuanto a las medidas actuales ni el código PAOS ni el plan HAVISA son efectivos. El primero porque es la Federación de Industrias de Alimentación y bebidas la que elabora el código de autorregulación, que al final no es más que un conjunto de normas donde se establecen una serie de reglas, pero no hay consecuencias reales por incumplimiento, precisamente por esa fe en la “autorregulación”. Tampoco es efectivo el plan HAVISA, ya que aunque, en teoría, se trata de una campaña televisiva que promueve una alimentación adecuada y la práctica de actividad física a través de mensajes al pie de los anuncios, deja la promoción de la salud en manos de la industria que elabora aquellos productos más superfluos para la población. Sólo alguna Comunidad Autónoma ha iniciado el proyecto de Ley para la Promoción de una Vida Saludable y una Alimentación Equilibrada, cuando esto debería de ser algo fundamental a nivel nacional.

España se encuentra entre los países de la Unión Europea que menos horas de Educación física tiene en su horario escolar

Otro dato. Entre los dos y los tres años es cuando los hábitos saludables empiezan a echar raíces y resulta que España se encuentra entre los países de la Unión Europea que menos horas de Educación física tiene en su horario escolar (tanto en esas edades como después). Incluso hay comunidades que han llegado ha plantear la retirada de horas de ejercicio para ajustar sus horarios sin tener en cuenta obviamente los beneficios tan extraordinarios que aporta a los chavales; y no ahora, que son indiscutibles, sino en su futuro más próximo.

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Hay muchas más medidas que se podrían tomar como aplicar tasas a bebidas energéticas (como ha habido en otros muchos países) o realizar cambios en el sistema de etiquetado para que en la parte frontal se vea a primera vista si un producto es alto en grasa o azúcar y facilitar la elección al consumidor. Sin embargo, a veces parece más interesante la intervención que la prevención.

¿Cómo ha sido la evolución de este problema en nuestro país a lo largo de las últimas décadas?

Literalmente se ha cuadruplicado en 40 años. Hemos pasado de un 3% en chicos a un 12%, y de un 2% en chicas a un 8%. Como consecuencia de esto, tan sólo en los últimos 10 años ha aumentado un 50% la incidencia de casos de diabetes tipo II en edad infantil (menores de 15 años), además de estar relacionado con peores resultados psicosociales y educativos.

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El papel de las familias

Supongo que además de un problema a solucionar por parte de las autoridades sanitarias, las familias también tienen un importante papel al respecto. ¿Cuál es la actitud de las familias que llegan a consulta con un niño o niña que tiene exceso de peso u obesidad?

La actitud o predisposición de la familia suele ser positiva, pero suele ser así porque cuando vienen es porque ya hay un problema. Suele ser porque o bien el pediatra ya le ha dicho que el niño tiene que perder peso o porque el pequeño ha manifestado alguna situación en la escuela que quiere cambiar. En ocasiones también habido algún problema de salud y el peso obviamente hay que bajarlo. Es raro, aunque cada vez se vez algo más, que vayan a consulta padres que simplemente quieren que sus hijos coman mejor.

Crearle un hábito insano a un niño es crearle una conducta errónea en el futuro difícil de tratar

¿Lo estamos haciendo realmente tan mal con la alimentación de nuestros hijos?

No hablaría de “bien” o “mal” porque estoy seguro de que ningún padre o madre con una conciencia real de las consecuencias del consumo de algunos productos los consumiría, pero si hablaría de una adaptación media en el ámbito alimenticio a los nuevos tiempos.

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No tomar un tipo de alimentación tan recomendable para el organismo como, por ejemplo, la dieta mediterránea, se relaciona con la ausencia de tiempo para cocinar (o en ocasiones esa es la creencia). En cambio, se consumen muchos productos precocinados y se abusa de la comida rápida. El problema real viene cuando quiero exigirle a mi hijo que coma de una manera determinada y yo no lo hago. Los hijos aprenden por imitación y si yo leo y mi hijo me ve leer, probablemente mi hijo lea; si yo pinto y mi hijo me ve pintar, probablemente le guste la pintura; si yo como verduras y frutas todos los días, muy probablemente mi hijo comerá frutas y verduras; y es aquí donde reside el principal problema hoy día.

Obesidad infantil
 

¿Qué consecuencias tiene para un niño a presente y futuro tener unos hábitos inadecuados?

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Los hábitos que se forman hoy son las características de la persona del mañana. Crearle un hábito insano a un niño es crearle una conducta errónea en el futuro difícil de tratar.

Es casi obligatorio enseñar a los niños a tener una buena relación con los alimentos donde todos esos productos no sean lo normal ni habitual, sino la excepcionalidad

Un alto índice de niños con sobrepeso en la infancia llega a la edad adulta con este problema; incluso hay estudios en los que se observa que un 30-40% de estos niños tiene más riesgo de sufrir accidente cerebrovascular o una enfermedad cardiovascular que los niños que mantienen un normopeso.

Información sobre nutrición, divino tesoro

Sobre información me gustaría plantearte si consideras que entre tanto ruido informativo hay esperanza para seguir divulgando información de calidad.

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Somos muchos los apasionados por la divulgación, y cada vez más, pero también es cierto que están surgiendo distintas corrientes dentro del mundo de la nutrición. Y no todas son igual de fiables. Yo considero que un estilo de vida saludable es aquel que abraza la buena relación con los alimentos, con el deporte y sobre todo con una buena salud emocional. Ha aprendido y aprendo mucho de grandes divulgadores como Carlos Casabona, Juan Revenga o Lucía Galán.

Faltan acciones diarias por parte de instituciones y organismos, así como una mayor concienciación social del problema de la obesidad

A menudo en redes sociales denuncias el papel engañoso de la publicidad. ¿Cómo luchamos contra esto como consumidores?

Creo que haciéndolo visible. Y si no estás en el mundo de las redes sociales, poniéndolo en conocimiento de gente que pueda tener cierto impacto. Pasó con Carlos Ríos y Alcampo o recientemente con las críticas a Cuétara y su asociación con Cabronazi. En ocasiones la publicidad juega con los límites de la ética y la verdad, y los únicos que tenemos las armas para poder modificar esas situaciones somos los consumidores denunciándolo públicamente.

No sé si hay esperanza para acabar con ese mensaje que tanto ha calado que dice aquello de “si lo venden es porque es bueno”… ¿Qué opinas?

Opino que es el mensaje de la industria alimentaria y que por su propio interés deben aferrarse a él con fuerza: “Si se puede vender y es legal venderlo es porque no es malo tomarlo”. Pero las cosas no son así, o blancas o negras, porque no se trata de una chocolatina o un batido, se trata de todo un ambiente obesogénico las 24 horas del día junto a una vida sedentaria donde los regalos estrellas son las tabletas o los dispositivos que te transportan sin andar.

Un estilo de vida saludable es aquel que abraza la buena relación con los alimentos, con el deporte y sobre todo con una buena salud emocional

Faltan acciones diarias por parte de instituciones y organismos, así como una mayor concienciación social del problema de la obesidad. Y no me refiero a la gente de un perfil medio-alto, que suelen disponer de mejores medios, me refiero a la gente de la calle que no dispone de esa información o recursos suficientes porque desgraciadamente es a los que más afecta la obesidad. Cuando invirtamos en prevención lo recuperaremos en intervención

¿Qué influencia tiene la publicidad sobre la alimentación de los menores?

Mucho. Partimos de que los mensajes publicitarios de hábitos de vida saludable (plan HAVISA) los lanza directamente la industria alimentaria, que existen códigos de autorregulación que no se cumplen y que las empresas pagan millonadas por licencias a Disney, LucasArts o Pixar para poder atraer a los niños con sus envases. Algunos estudios muestran que empresas que se publicitan en horario infantil tienen picos de venta en días posteriores de un 140% con respecto a otras marcas de la competencia. La influencia sobre los menores es abrumadora y constante y por eso es necesario, y casi diría obligatorio, enseñar a los niños a tener una buena relación con los alimentos donde todos esos productos no sean lo normal ni habitual, sino la excepcionalidad.

Por último, ¿qué recomendación le darías a una familia que quiera mejorar sus hábitos pero que no tenga ni idea de por dónde empezar?

Lo primero que diría es que la adaptación debe ser progresiva. Es decir, no se puede pasar de beber tres vasos de una bebida azucarada al día a no tomar ninguna. Se debe avanzar gradualmente, bajando poco a poco las ingestas de los productos superfluos. También es importante cambiar el chip y primar la compra de productos sin etiquetas (verduras y frutas, legumbres, cereales, pescados, cereales integrales, frutos secos…), así como utilizar recursos como el método del plato de Harvard para las comidas: mitad del plato, verduras; un cuarto, proteínas; otro cuarto, grano integral. Sin olvidarnos nunca de nuestras piezas de fruta.

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