Tratamiento y prevención de la enfermedad de Lyme

Cómo se trata la enfermedad de Lyme

La enfermedad de Lyme es una enfermedad infecciosa, por lo que el tratamiento de la misma se realiza con antibióticos. Se utiliza para ello de forma preferente la doxiciclina, porque es eficaz también para el tratamiento de la anaplasmosis, que puede acompañar a la Borrelia en las garrapatas que transmiten la enfermedad de Lyme. La doxiciclina no se recomienda en niños menores de 8 años ni en mujeres embarazadas o lactantes. Justo al principio del tratamiento puede haber un pequeño empeoramiento clínico por la muerte masiva de las bacterias. Amoxicilina y cefuroxima axetil son alternativas para aquellos que no pueden tomar doxiciclina, como mujeres embarazadas y niños menores de 8 años.

• La enfermedad de Lyme temprana, con eritema migrans, se trata con doxiciclina, amoxicilina o cefuroxima. El tratamiento debe durar entre 14 (10 en el caso de la doxiciclina) y 21 días.
• En la afectación neurológica se puede utilizar también la doxiciclina o bien la ceftriaxona intravenosa durante 2-4 semanas, aunque en los casos de enfermedad de Lyme el tratamiento se puede prolongar durante meses. Este enfoque se reserva para infecciones más graves debido a su mayor eficacia para cruzar la barrera sangre-cerebro y tratar la neuroborreliosis (Lyme neurológico).
• La afectación cardíaca se trata con medicación vía oral igual que en el eritema migrans en los casos leves, o con ceftriaxona o cefotaxima intravenosa en los casos con bloqueos cardíacos más avanzados. Las personas que sufren artritis se tratan con los mismos antibióticos, dependiendo de si hay afectación del sistema nervioso de forma simultánea o no.

En algunos pacientes, los síntomas pueden persistir incluso después del tratamiento con antibióticos, una condición conocida como síndrome post-tratamiento de la enfermedad de Lyme (SPTL). El tratamiento de esta condición es más complicado y puede incluir:

• Manejo del dolor: uso de analgésicos para controlar el dolor crónico.
• Terapias físicas: para mejorar la movilidad y reducir el dolor muscular o articular.
• Intervenciones psicológicas: como la terapia cognitivo-conductual, para ayudar a manejar los aspectos psicológicos de la enfermedad crónica.

Cómo prevenir la enfermedad de Lyme

Para prevenir la enfermedad de Lyme la medida más importante es evitar la picadura de garrapatas en las zonas endémicas de esta enfermedad, sobre todo en primavera y verano. Para ello se recomienda cuando estés en áreas boscosas o con mucha vegetación, usar ropa que cubra la mayor parte de tu cuerpo. Esto incluye camisas de manga larga, pantalones largos metidos dentro de los calcetines y botas altas y cerradas, así como repelentes. Opta por ropa de colores claros para poder detectar más fácilmente las garrapatas. 

Además, se pueden hacer medidas de control ambiental como segar la vegetación de zonas residenciales, manteniendo el césped cortado y eliminando las hojas caídas y otros escombros donde las garrapatas pueden esconderse, así como desparasitar los reservorios y el uso de pesticidas y acaricidas.

Utiliza repelentes de insectos que contengan DEET, picaridina, IR3535 o aceite de eucalipto limón. Asegúrate de aplicar el repelente según las instrucciones del fabricante y considera tratar la ropa con permetrina, especialmente si visitas áreas con alta incidencia de garrapatas.

Tras la estancia en estas zonas se debe revisar todo el cuerpo buscando garrapatas o picaduras. Las garrapatas prefieren áreas cálidas y húmedas, así que asegúrate de revisar detrás de las orejas, bajo los brazos, entre las piernas y en el cabello. Lava tu ropa en agua caliente y sécala a alta temperatura para matar cualquier garrapata que haya quedado. Es importante retirar de forma adecuada la garrapata si la hubiera, con unas pinzas especiales, y desinfectar la zona. Administrar una dosis única de 200 mg de doxiciclina en los dos días siguientes a la mordedura puede evitar la enfermedad.

Actualmente no se recomienda de forma general administrar antibióticos ante los casos de lo que se ha venido a llamar ‘enfermedad de Lyme crónica’, puesto que no se ha demostrado de forma fehaciente que las personas con los síntomas inespecíficos que no están claramente relacionados con la infección mejoren con los antibióticos. En cualquier caso, si se decidiera realizar dicho tratamiento por parte del médico, no se recomienda que sea por más de cuatro semanas.

Recuerda también que las mascotas pueden traer garrapatas al hogar. Usa productos preventivos recomendados por un veterinario y revisa regularmente a tus animales de compañía para asegurarte de que no tengan garrapatas.

¿Existe vacuna para la enfermedad de Lyme?

Actualmente, no hay una vacuna disponible para prevenir la enfermedad de Lyme en humanos en el mercado general. En el pasado, hubo una vacuna llamada LYMErix (GSK), pero fue retirada del mercado en 2002 debido a preocupaciones públicas sobre su seguridad y efectividad, además de una baja demanda.

Sin embargo, se están realizando investigaciones para desarrollar nuevas vacunas contra la enfermedad de Lyme. Algunas de estas investigaciones están en etapas avanzadas, lo que indica que en el futuro podría haber opciones de vacunación disponibles. Es el caso de la vacuna experimental VLA15, que es la primera vacuna candidata que está siendo desarrollada por Valneva y Pfizer para prevenir la enfermedad de Lyme que ha avanzado a ensayos clínicos de fase 3 desde la retirada de LYMErix en 2002. VLA15 apunta a proteger contra las especies de la bacteria Borrelia burgdorferi que son comunes tanto en América del Norte como en Europa, lo que la hace potencialmente útil en una amplia gama geográfica. Tras recopilar resultar positivos en ensayos de fase 1 y 2, a finales de 2023 estas compañías anunciaron haber reclutado a casi 9.500 participantes de áreas endémicas para el ensayo en fase 3, que se espera concluya a finales de 2025. 

Además, existe una vacuna para perros que es efectiva en la prevención de la enfermedad de Lyme en estos animales, lo cual es útil para proteger a las mascotas en áreas donde la enfermedad es común.