Descubren un mecanismo bacteriano que puede eliminar células cancerosas

09/10/2025
Un equipo internacional liderado por el Centro de Investigación del Cáncer (CIC), del CSIC y la Universidad de Salamanca, ha identificado un sorprendente mecanismo mediante el cual una proteína producida por la bacteria Vibrio cholerae logra destruir células tumorales humanas. Los investigadores han probado su funcionamiento en células de cáncer de mama, colon y páncreas, y los hallazgos podrían abrir la puerta a nuevas terapias contra el cáncer.
La protagonista del hallazgo es la proteína HapA, que actúa como una “llave” capaz de reconocer y activar unos receptores concretos –PAR-1 y PAR-2– presentes en la superficie de las células tumorales. Al hacerlo, desencadena una serie de reacciones dentro de la célula que culminan en su autodestrucción.
Para demostrar que este efecto se debía exclusivamente a HapA, los científicos emplearon tanto cultivos de la bacteria original como versiones inocuas modificadas genéticamente para producir únicamente esta proteína. Los resultados se han publicado en la revista Cell Death Discovery y confirman que es HapA, y no otros componentes bacterianos, la responsable del proceso.
“Este trabajo demuestra el potencial de las proteínas bacterianas como herramientas terapéuticas antitumorales. La acción selectiva y el modo de activación intracelular abren nuevas perspectivas para desarrollar tratamientos combinados y específicos”, ha destacado Antonio Hurtado, investigador del CSIC en el Centro de Investigación del Cáncer (CIC-CSIC-Universidad de Salamanca), en una nota publicada por el CSIC.
Una proteína que provoca la autodestrucción de las células tumorales
El experimento comenzó con el cultivo de dos cepas de Vibrio cholerae: una natural y otra genéticamente modificada. De ambas se extrajo el supernatante, el líquido donde crecen las bacterias y que contiene las sustancias que liberan al medio. Este material se aplicó a células humanas de cáncer de colon, mama y páncreas para analizar su efecto.
“Lo que buscamos fue comprobar si las células humanas de distintos tipos tumorales (mama, colon y páncreas) seguían vivas y si podían multiplicarse tras estar en contacto con estas sustancias bacterianas, en particular con la proteína HapA”, explica Hurtado. “Para confirmar que los efectos observados eran específicos de Vibrio cholerae comparamos los resultados con el supernatante de una bacteria diferente que no produce HapA, la Escherichia coli”, añade.
Además, se incorporaron en las células marcadores que permiten observar la activación de los receptores PAR-1 y PAR-2 y detectar las señales internas asociadas a la muerte celular. También se examinaron las rutas moleculares que regulan la supervivencia de las células, como la vía MEK-ERK, y se aplicaron fármacos inhibidores –entre ellos trametinib– para confirmar el papel de estas señales en el proceso de destrucción celular.
Los investigadores emplearon avanzadas técnicas de imagen en tiempo real que permiten contar las células vivas y muertas, y medir con precisión la apoptosis, o muerte programada, aportando una visión detallada de cómo HapA desencadena la autodestrucción de las células cancerosas.
Fuente: Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
Actualizado: 9 de octubre de 2025