La mala salud cardíaca en la mediana edad se asocia con más riesgo de demencia

Las personas de mediana edad que presentan ciertos signos que indican un progresivo deterioro del corazón tienen más probabilidades de desarrollar alteraciones de las funciones cognitivas y demencia en etapas posteriores de la vida.
Hombre con las manos sobre el pecho con gesto de dolor

06/11/2025

Las probabilidades de desarrollar demencia en la vejez aumentan cuando la salud cardíaca empeora durante la mediana edad, según revela un nuevo estudio liderado por investigadores del University College London (UCL). En concreto, los investigadores comprobaron que las personas que presentan niveles elevados de una proteína llamada troponina cardíaca I en la sangre en la mediana edad tienen más riesgo de padecer demencia en el futuro.

PUBLICIDAD

La troponina se libera en la sangre cuando el músculo cardíaco sufre daños. Los médicos suelen detectar niveles muy altos en casos de infarto, pero concentraciones ligeramente elevadas, aunque sin síntomas evidentes, pueden indicar un deterioro silencioso y progresivo del corazón. Este daño puede afectar la salud de los vasos sanguíneos y reducir el flujo de sangre al cerebro, lo que incrementa el riesgo de deterioro cognitivo y demencia.

La investigación, publicada en European Heart Journal y financiada por la Fundación Británica del Corazón, ha revelado que los niveles de troponina eran más altos en quienes desarrollaron demencia, incluso hasta 25 años antes de recibir el diagnóstico. El profesor Eric Brunner, autor principal del estudio y miembro del Instituto de Epidemiología y Atención Sanitaria del UCL, ha explicado que “una mala salud del corazón en la mediana edad aumenta el riesgo de demencia más adelante. El daño cerebral característico de esta enfermedad se acumula lentamente durante décadas antes de que aparezcan los síntomas”.

PUBLICIDAD

El experto añade que “controlar factores de riesgo comunes como la hipertensión podría no solo frenar o prevenir las enfermedades cardíacas y cerebrovasculares, sino también la demencia”, y que serán necesarias más investigaciones para determinar si los niveles de troponina pueden utilizarse como una herramienta predictiva fiable: “Nuestros primeros resultados sugieren que la troponina podría incorporarse a un sistema de puntuación para estimar la probabilidad futura de desarrollar demencia”.

La salud del corazón y la del cerebro están íntimamente conectadas

La demencia engloba varios trastornos que provocan daño en las células cerebrales y un deterioro progresivo de la memoria, el razonamiento y otras capacidades cognitivas. Según la Comisión Lancet sobre la demencia de 2024, liderada por la profesora Gill Livingston (también coautora del nuevo estudio), hasta un 17% de los casos podrían prevenirse o retrasarse mediante la mejora de factores cardiovasculares como la presión arterial, el colesterol, la actividad física y el peso corporal.

PUBLICIDAD

El estudio analizó datos de casi 6.000 personas que participan en el proyecto Whitehall II, que desde 1985 sigue a empleados del servicio civil británico para estudiar los efectos del envejecimiento y la salud. Todos los participantes, de entre 45 y 69 años, se sometieron a una prueba de troponina de alta sensibilidad, capaz de detectar cantidades mínimas de la proteína en sangre.

Ninguno presentaba demencia, ni enfermedades cardiovasculares al inicio del estudio. Durante un seguimiento medio de 25 años, los investigadores evaluaron en varias ocasiones sus capacidades de memoria y pensamiento. A lo largo del estudio, 695 participantes fueron diagnosticados con demencia. Al comparar cada caso con cuatro personas sin la enfermedad, se observó que quienes desarrollaron demencia tenían de forma constante niveles más altos de troponina, incluso entre 7 y 25 años antes del diagnóstico.

“Cuidar el corazón a lo largo de la vida –controlando la presión arterial, el colesterol, manteniendo un peso saludable y evitando el tabaco– también protege el cerebro”

Las personas con los niveles más elevados al inicio tenían un 38% más probabilidades de desarrollar demencia que aquellas con niveles bajos. Además, tras ajustar por factores como el sexo, la etnia o el nivel educativo, los investigadores detectaron un declive más rápido en la memoria y el razonamiento entre los individuos con más troponina. A los 80 años, sus capacidades cognitivas equivalían a las de personas un año y medio mayores; a los 90, la diferencia aumentaba a unos dos años.

PUBLICIDAD

En un subgrupo de 641 participantes que también se sometieron a resonancias magnéticas, se descubrió que quienes tenían más troponina presentaban, 15 años después, un hipocampo más pequeño –una zona clave para la memoria– y un menor volumen de materia gris, lo que indicaría un envejecimiento cerebral equivalente al de personas tres años mayores.

“Este es el estudio con el seguimiento más largo realizado hasta ahora sobre la relación entre los niveles elevados de troponina cardíaca, el deterioro cognitivo y la demencia. Además, observamos que las diferencias en los niveles de troponina eran más marcadas en la mediana edad que en la vejez, lo que sugiere que puede ser un mejor indicador temprano del riesgo de demencia”, afirmó el doctor Simon Chen, autor principal del trabajo y miembro del departamento de Psiquiatría del UCL.

PUBLICIDAD

“Este estudio nos recuerda que la salud del corazón y la del cerebro están íntimamente conectadas. La mediana edad parece ser un periodo especialmente sensible: los daños en esta etapa pueden marcar el inicio de un deterioro progresivo en ambos órganos. Cuidar el corazón a lo largo de la vida –controlando la presión arterial, el colesterol, manteniendo un peso saludable y evitando el tabaco– también protege el cerebro”, concluye el profesor Bryan Williams, director científico y médico de la Fundación Británica del Corazón.

Actualizado: 5 de noviembre de 2025

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD

Podcast: Regadera de emociones

por Vanessa Fernandez

Cargando...

Más episodios:

PUBLICIDAD

Síguenos también en:

• SÍGUENOS •

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD