Herida por arma de fuego
Una herida por arma de fuego no ocurre solo en conflictos armados o actos terroristas o delictivos, también un accidente de caza, laboral o deportivo puede causarlas. Saber cómo actuar puede salvar una vida.

Qué hacer ante una herida por arma de fuego

Primeros auxilios ante una herida por arma de fuego
Las heridas por arma de fuego suelen requerir cirugía para extraer el proyectil y reparar los órganos o tejidos afectados.
Alicia Díaz

Por: Alicia Díaz

Enfermera, experta en Primeros Auxilios

Actualizado: 23 de septiembre de 2022

Una herida de bala o por arma de fuego no es fácil de tratar, y en la gran mayoría de los casos requiere de cirugía para eliminar fragmentos de proyectil, o reparar estructuras y tejidos afectados. A simple vista es muy difícil saber el alcance de los daños que ha causado, ya que desconocemos su trayectoria, y en ocasiones tampoco sabremos qué tipo de arma y de proyectil se han empleado.

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Los primeros auxilios ante una herida por arma de fuego, que pueden salvar vidas, han de basarse en estabilizar a la víctima hasta conseguir apoyo médico profesional:

  • En primer lugar, y muy importante, cerciorase de que nos encontramos en una posición segura. Si se ha producido un tiroteo o un accidente (por ejemplo, de caza), o has sido testigo de un crimen o un intento de suicidio, asegúrate de que es perfectamente seguro ir a socorrer a la víctima; no sirve de nada que tú también acabes herido. Si tienes equipo de protección, como cascos o chalecos antibalas, utilízalos.
  • Lo siguiente será pedir ayuda. Siempre, en cualquiera de los casos donde haya un herido de bala, hay que recurrir a asistencia médica. Sé breve pero preciso en la comunicación de la emergencia, y proporciona suficiente información para que te puedan localizar con facilidad.
  • Intenta no mover a la víctima de sitio para evitar que su estado se agrave. Por ejemplo, puede pasar que tenga una herida abierta y al movilizarlo comience a sangrar profusamente.
  • El tiempo jugará en nuestra contra. Existe la llamada hora de oro, que quiere decir que las personas que llegan al hospital dentro de la primera hora tras recibir el disparo tienen más probabilidades de supervivencia. Actúa con rapidez, pero sin perder la calma ni entrar en pánico.
  • Busca las heridas, los orificios de entrada y salida si hubiera, analiza el cuerpo de la víctima en busca de hemorragias, y actúa para frenarlas de la siguiente manera:
    • Aplica presión en el punto sangrante con un paño, gasa, toalla, o una prenda de ropa si es necesario.
    • Si la prenda se empapa de sangre, simplemente pon otra encima y sigue aplicando presión, pero nunca la retires.
    • Si la hemorragia es en un brazo o pierna y con presión no se puede controlar, se puede realizar un torniquete con un cinturón o una banda de tela que no se rompa. El torniquete se debe poner lo más cercano a la herida, pero siempre por encima de la rodilla o el codo. Hay que recordar que el torniquete sirve para detener la hemorragia, pero puede provocar daño tisular por la falta de riego sanguíneo, por lo que hay que apuntar la hora a la que se realizó, y revisar cada 10 minutos si ha parado la hemorragia, aflojándolo un poco.
    • En el momento en que la hemorragia pare, retirar el torniquete si lo hubiese, y se puede poner un apósito encima, o vendar la herida con algo de presión.
  • Si la herida se ha producido en el abdomen o el torso, donde están la mayor parte de los órganos vitales, es más difícil de tratar, ya que se requiere material específico. Debemos estar atentos a la herida por si saliera aire de la misma, porque esto significa que el pulmón está perforado y está saliendo el aire. Lo importante en este caso es sellar la herida para que el aire quede dentro. Esto lo haremos colocando gasas o paños y aplicando presión en los laterales de la herida para así cerrarla.
  • Intenta mantener a la víctima lo más cómoda posible, abrigándola bien y tranquilizándola. Cuanto más nervioso esté el afectado más difícil será estabilizarle. Sobre todo, nunca jamás abandones a la persona, reevalúa cada pocos minutos su estado, ya que en caso de que hubiese daños internos que no podemos determinar, su estado general se vería afectado.
  • Si la víctima está inconsciente se la debe colocar en posición lateral de seguridad (de lado, en una posición lo más cómoda posible, dejando libre la vía aérea), y reevaluar con frecuencia su estado, incluyendo respiración y pulso. En el caso de que no respire, se deben iniciar de inmediato las maniobras de resucitación cardiopulmonar.
  • Hay ocasiones en las que será necesario el traslado del herido, por ejemplo, si se ha producido un accidente durante una cacería en el campo, y lo más conveniente es movilizar a la víctima al hospital, o a una zona que resulte más accesible para los servicios médicos. Para trasladar a la víctima muchas veces es necesario inmovilizar mediante tablas, palos, o cualquier objeto que sirva para entablillar extremidades, ya que cualquier movimiento brusco podría causar más daño o hemorragia. Colocaremos las tablas lo más rectas posible, procurando que no estén en contacto directo con la herida, y pondremos vendas o telas que las sujeten firmemente. Si la víctima está inconsciente o no se puede mover y hay más de dos socorristas, entre tres personas se le puede movilizar, intentando mantenerla siempre en horizontal y con el torso alineado, en bloque. Se pueden improvisar camillas con tablas, puertas, sábanas, etcétera, siempre y cuando sea seguro el transporte y no haya riesgo de caídas.

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Creado: 4 de abril de 2016

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