Fractura de dedo
Trabajamos y practicamos deportes usando los dedos, por lo que no es descartable que estas útiles ‘herramientas’ sufran lesiones, como una fractura. Conoce los primeros auxilios a emplear en caso de romperte un dedo.

Qué es una fractura de dedo y qué puede causarla

Radiografías de fractura de dedo

Las roturas de dedo más graves pueden tardar de cuatro a seis semanas en sanar, e incluso requerir una intervención quirúrgica.

Por: Alicia Díaz

Enfermera, experta en Primeros Auxilios

Actualizado: 4 de abril de 2025

Los golpes en los dedos, ya sean de la mano o del pie, son de las cosas más comunes que hay. Desde la típica patada a la pata de la mesa, hasta los producidos por la práctica deportiva. Y esto es debido a que los usamos para ponernos en contacto con todo lo que nos rodea, son nuestras herramientas de trabajo y, por tanto, tienen mayor probabilidad de sufrir accidentes.

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Normalmente los golpes que nos damos no tienen mayor importancia, aparte del dolor y la incomodidad que puedan causar, incluso después de varios días. Pero ocurre a veces que este golpe provoca una verdadera lesión y requiere atención médica, es el caso de las fracturas de dedo.

Qué es una fractura de dedo

Una de las lesiones más comunes cuando hablamos de los dedos son las fracturas. Una fractura es la rotura del hueso, y se produce cuando se aplica una fuerza o fricción mayor que su resistencia, quebrando así la estructura. Exactamente igual que lo haría un palo de madera al doblarlo o golpearlo.

Una fractura de dedo es la rotura de uno de los huesos que forman los dedos de la mano. Cada dedo (excepto el pulgar) tiene tres huesos llamados falanges: proximal, media y distal. El pulgar solo tiene dos. La fractura puede afectar a cualquiera de estas estructuras, y dependiendo de dónde y cómo ocurra, el tratamiento puede ir desde una simple inmovilización hasta cirugía.

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Aunque suelen parecer una “lesión menor”, su correcto diagnóstico y tratamiento pueden marcar la diferencia entre recuperar completamente la función de la mano o arrastrar molestias durante años. 

En este artículo os enseñaremos unas técnicas muy básicas para llevar a cabo primeros auxilios en caso de enfrentarnos a un dedo roto y proporcionar alivio antes de poder acudir, si fuera necesario, a un centro médico en busca de atención más especializada. Spoiler: no todas las fracturas requieren escayola, y muchas veces duele más un esguince que una rotura.

Tipos de fracturas de dedo y causas: cómo se rompe un dedo

Hay muchas maneras o situaciones que pueden provocar una fractura en un dedo, en adolescentes y adultos jóvenes predominan las fracturas deportivas, mientras que en mayores de 60 años son más habituales las caídas en casa o en la calle. Pero todas se pueden englobar dentro de tres grupos o tipos de fracturas según su mecanismo de producción:

  • Fracturas por traumatismo directo: el origen está en un golpe directo con un objeto contundente que aplasta el hueso y lo rompe, como por ejemplo un martillazo a un dedo, una caída contra el suelo, un balonazo en deportes como baloncesto o balonmano o que te pillen el dedo con una puerta. Suelen ser fracturas transversales o conminutas (el hueso se rompe en varios fragmentos), y a menudo se acompañan de hematoma y dolor localizado en el punto del impacto.
  • Fracturas por traumatismo indirecto: al contrario que con el directo, aquí el foco de energía no está en el mismo sitio de la fractura, sino alejado, por una fuerza transmitida a distancia, y lo que se provoca es la rotación extrema de los huesos o un sobreestiramiento brusco. Por ejemplo cuando se produce la torsión de los dedos de la mano y un hueso rota sobre otro, causando así la rotura. Dentro de este grupo se incluyen las fracturas por arrancamiento, donde los tejidos blandos unidos al hueso tiran hasta que esa zona de unión se rompe y puede traerse parte del hueso. Algunos ejemplos son la que ocurre al caerte y apoyar la mano mal, al sujetar a alguien en una caída o al engancharse el dedo en la ropa, o a nivel deportivo, la que puede ocurrir en luchas o agarres (judo, rugby, escalada…). Suelen ser fracturas oblicuas o en espiral. A veces se acompañan de lesiones ligamentarias (esguinces o luxaciones).
  • Fracturas espontáneas: se produce sin un traumatismo evidente, o tras un esfuerzo mínimo, y suele deberse a una enfermedad que debilita el hueso. Son producidas cuando se está ejerciendo una fuerza constante sobre el mismo punto, que acaba desgastando el hueso y causando la rotura. También se les llaman fracturas por fatiga, y son bastante comunes en corredores y atletas. Algunas causas comunes son también la osteoporosis (en personas mayores), tumores óseos o metástasis, infecciones óseas (osteomielitis) o algunas enfermedades reumatológicas o tratamientos con corticoides prolongados.

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Fractura de dedo y qué puede causarla

Tipos de fracturas según el patrón y la localización

Por otro lado, además del mecanismo, los traumatólogos clasifican las fracturas de dedo también por su forma, desplazamiento y afectación articular. así, pueden ser:

  • Fractura no desplazada: el hueso se rompe pero no se mueve, y los fragmentos permanecen en su sitio. Es la más fácil de tratar y suele requerir solo inmovilización.
  • Fractura desplazada: los fragmentos óseos se separan; puede requerir reducción (alinear el hueso) con anestesia local o incluso cirugía.
  • Fractura conminuta: el hueso se rompe en varios fragmentos pequeños. Es más compleja y suele requerir tratamiento quirúrgico.
  • Fractura abierta: en este caso el hueso atraviesa la piel. Es una urgencia médica, ya que hay riesgo de infección y daño a tejidos.
  • Fractura articular: afecta a una articulación del dedo. Son especialmente delicadas porque si no se curan bien, pueden limitar el movimiento o producir artrosis precoz.
  • Fractura en tallo verde: común en niños, el hueso se dobla y se agrieta sin romperse del todo, como una rama joven. Aunque parezca leve, también requiere control médico.

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El tiempo de curación de estas fracturas depende de la gravedad de la misma. Si es una fisura leve con dos semanas de reposo puede ser suficiente, sin embargo las roturas más graves pueden tardar de cuatro a seis semanas en sanar, e incluso requerir de intervención quirúrgica. Si la uña ha sido afectada probablemente se caiga al pasar una o dos semanas, y una nueva uña comenzará a verse al cabo de un mes.

Creado: 31 de marzo de 2015

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