Resonancia Magnética Nuclear (RMN)
La resonancia magnética nuclear permite obtener imágenes detalladas del interior del cuerpo desde cualquier perspectiva, aportando información sobre patologías que no pueden verse con un TAC o una ecografía.

Cómo se hace la resonancia magnética nuclear

Por: Dr. Pablo Rivas

Especialista en medicina interna

Actualizado: 16 de septiembre de 2024

El aparato en el que se realiza la prueba de una resonancia magnética nuclear (RMN) tiene forma cúbica y en su interior se mueve una camilla que es donde se tumba el paciente, habitualmente boca arriba. La camilla se mueve por dentro del cubo y allí permanece durante toda la prueba.

En general, es necesario cambiarse la ropa por una bata de hospital. Le harán quitarse todos los objetos metálicos  (teléfonos móviles, ropa con cremalleras o botones metálicos…) y otros como joyas, relojes, gafas, cinturones, tarjetas de crédito (las bandas magnéticas pueden desactivarse), pues interfieren en las imágenes radiográficas y pueden moverse con el campo magnético.

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Si es necesaria la administración de contraste le cogerán una vía venosa en el brazo y le introducirán el contraste por allí instantes antes de la prueba. También le pueden administrar una medicación para que esté más relajado.

Dentro del aparato le pueden sujetar los brazos, la cabeza y el pecho con unas correas para evitar el movimiento. También se pone un dispositivo en el pecho que detecta la respiración y el ritmo cardiaco. En algunas pruebas, como las de rodilla, cabeza o columna, se pueden usar pequeños dispositivos llamados bobinas que se colocan alrededor de la parte del cuerpo a examinar, lo que ayuda a obtener imágenes más detalladas.

Dentro del aparato oirá el ruido de un ventilador y sentirá aire moviéndose. También oirá un ruido repiqueteando mientras se toman las imágenes. A veces se le facilitan unos auriculares con los que se puede escuchar música. Esto le puede ayudar a disminuir el ruido y puede servir para relajarle.

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Durante el procedimiento, un técnico le estará vigilando desde una sala anexa y le indicará que no se mueva, ya que el más mínimo movimiento puede distorsionar las imágenes. La duración de la prueba puede variar entre 20 minutos a 1 hora, dependiendo del tipo de examen. En algunos casos, puede ser necesario realizar varias secuencias o repeticiones para capturar imágenes precisas. A veces también le puede decir que no respire durante algunos segundos.

Aunque el paciente está dentro del escáner, el técnico lo monitorea desde una sala de control. Hay un micrófono para que el paciente y el técnico puedan hablar si es necesario. Si en algún momento el paciente se siente incómodo o ansioso, puede comunicarse con el técnico.  

Una vez completada la RMN, la mesa se desliza fuera del escáner y el paciente puede levantarse y cambiarse si es necesario.

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Las imágenes obtenidas serán revisadas por un radiólogo, quien enviará un informe detallado al médico que solicitó la prueba. Este último es quien explicará los resultados al paciente y los próximos pasos a seguir.

Posibles complicaciones de la resonancia magnética (RMN)

En general, no hay efectos secundarios tras una RMN, y el paciente puede reanudar sus actividades normales de inmediato, salvo que haya recibido medio de contraste, en cuyo caso se le recomendará beber mucha agua para ayudar a eliminarlo del cuerpo.

La RMN es una prueba muy segura. El campo magnético que se aplica no tiene ningún efecto perjudicial sobre el organismo. A veces se puede sentir algo de frío o calor con la introducción del contraste. Afortunadamente, las reacciones alérgicas al contraste usado para la RMN son muy raras. Puede resultar algo molesto el permanecer mucho tiempo quieto en la camilla y se puede sentir algo de claustrofobia. Las personas que tengan empastes pueden sentir algún pequeño hormigueo en la boca. Es normal sentir algo de calor en el área que está siendo explorada. Podrá comunicarse con el técnico que está haciendo la prueba en caso de presentar alguna molestia importante.

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El mayor riesgo de la RMN se deriva de un posible movimiento de algún objeto metálico que tenga en el cuerpo debido al potente campo magnético. Por ello, es muy importante retirar todos los objetos metálicos o avisar al técnico sobre posibles materiales que pueda tener implantados. También hay que retirar cualquier parche que pueda llevar sobre la piel, pues en caso de contener algo de metal pueden dar lugar a quemaduras.

Las personas con tatuajes pueden sufrir algo de irritación sobre la piel.

Creado: 2 de octubre de 2012

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