Pronóstico y prevención de las arritmias
Por: David Saceda Corralo
Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología
Revisado: Dr. José Antonio Nuevo González
Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Actualizado: 1 de octubre de 2024
La arritmia es una alteración en el ritmo cardíaco que puede manifestarse como latidos irregulares, rápidos o lentos. Este problema puede incrementar el riesgo de complicaciones serias, como accidentes cerebrovasculares y falla cardíaca. Por ello, tratarlo a tiempo y la prevención son fundamentales para quienes tienen predisposición o desean mantener un corazón sano.
Pronóstico de las arritmias
El pronóstico de las arritmias supraventriculares como la fibrilación auricular y el flutter (aleteo articular) es, en general, benigno. Tan solo cuando no se controla la frecuencia cardíaca y en individuos ancianos o previamente cardiópatas pueden conducir a una insuficiencia cardíaca. Asimismo la fibrilación auricular es un factor de riesgo para el ictus cerebral.
Por el contrario, las arritmias ventriculares precisan de una mayor atención médica, pues comprometen la vida de la persona que las padece, y necesitará de un estudio minucioso para establecer el tratamiento óptimo, ya sea farmacológico o mediante un DAI.
La prevención de las extrasístoles en individuos sanos y sin cardiopatía conocida pasa por la eliminación de irritantes cardíacos como el alcohol, el tabaco y la cafeína.
En aquellas personas que presenten un síncope o pérdida de conocimiento siempre debe realizarse un electrocardiograma (ECG). En especial cuando éste sucede en individuos jóvenes durante el esfuerzo o ejercicio físico.
Cuando existan casos de muerte súbita en una misma familia debe hacerse un estudio cardiológico para el diagnóstico de arritmias como el WPW, el síndrome de Brugada o la displasia arritmogénica del ventrículo derecho. Su detección precoz permitirá implantar un DAI que prevendrá de una muerte segura.
Claves para prevenir las arritmias cardíacas
La arritmia está asociada con diversos factores, incluyendo estilo de vida, condiciones médicas subyacentes y predisposición genética. A continuación, presentamos una serie de consejos prácticos respaldados por estudios científicos para reducir el riesgo de arritmias y promover una salud cardiovascular óptima:
Mantener una dieta equilibrada
Una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros y baja en grasas saturadas es clave para la salud del corazón. Incluir en tu dieta alimentos como nueces, pescado y aceites saludables (como el de oliva) es una idea excelente para regular los niveles de colesterol y la presión arterial, factores que influyen en el ritmo cardíaco. Algunos estudios han mostrado que las dietas como la mediterránea reducen el riesgo de arritmias debido a su alto contenido de antioxidantes y ácidos grasos omega-3.
La reducción del consumo de alimentos ricos en sodio también es esencial. El exceso de sal puede aumentar la presión arterial, un factor de riesgo conocido para el desarrollo de arritmias. También es importante evitar grasas trans y azúcares añadidos, ya que pueden contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares que pueden desencadenar arritmias.
Controlar el estrés
El estrés es un desencadenante común de las arritmias. Estudios demuestran que el estrés prolongado puede aumentar los niveles de cortisol y adrenalina, afectando negativamente al sistema cardiovascular. Incorporar técnicas de manejo del estrés como el yoga, la meditación o ejercicios de respiración puede disminuir la incidencia de ritmos cardíacos anormales.
Además, una actitud consciente hacia la vida diaria ayuda a gestionar el estrés crónico. El mindfulness o atención plena puede reducir la actividad del sistema nervioso simpático, que suele activarse durante episodios de estrés y contribuir a las irregularidades del ritmo cardíaco.
Realizar actividad física regular
El ejercicio físico regular fortalece el corazón y mejora la circulación, ayudando a mantener un ritmo cardíaco adecuado. Los estudios sugieren que al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada, como caminar, nadar o andar en bicicleta, pueden reducir significativamente el riesgo de arritmias.
No obstante, es importante encontrar un equilibrio. El ejercicio intenso y prolongado, especialmente en personas con predisposición a arritmias, puede desencadenar episodios de ritmos cardíacos anormales. Es recomendable consultar a un médico antes de comenzar cualquier programa de ejercicios, especialmente si se tiene alguna condición cardíaca preexistente.
Evitar el consumo excesivo de alcohol
El alcohol, especialmente en grandes cantidades, puede provocar alteraciones en el ritmo cardíaco. La relación entre el consumo de alcohol y la arritmia está bien documentada; el "corazón festivo" es un término utilizado para describir la arritmia que ocurre después de un consumo excesivo de alcohol. Limitar la ingesta a las recomendaciones diarias puede reducir el riesgo.
Para aquellos con historial de arritmias, abstenerse del alcohol puede ser una medida aún más efectiva tal y como apuntan en un estudio publicado en 2020 en The New England Journal of Medicine. Además, otros estudios muestran que el consumo moderado o nulo de alcohol contribuye a un mejor control de otras condiciones cardiovasculares que pueden influir en la aparición de arritmias.
Mantener un peso saludable
El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo importantes para la aparición de arritmias auriculares y ventriculares, así como de muerte súbita cardíaca. Un peso corporal elevado aumenta la presión arterial y las posibilidades de desarrollar apnea del sueño, así como la diabetes o la insuficiencia cardíaca, todos ellas afecciones relacionados con un mayor riesgo de arritmias. La pérdida de peso a través de una dieta adecuada y ejercicio regular puede disminuir significativamente este riesgo.
Los estudios señalan que incluso una pérdida de peso moderada puede tener un impacto positivo en la función cardíaca y reducir la frecuencia de episodios de arritmia en personas que ya las padecen.
Controlar la presión arterial
La hipertensión es uno de los principales factores de riesgo para la arritmia. Mantener la presión arterial en niveles saludables puede prevenir el desarrollo de fibrilación auricular y otras arritmias. La combinación de una dieta baja en sodio, ejercicio regular y evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco es efectiva para mantener una presión arterial normal.
El monitoreo regular de la presión arterial, especialmente en personas mayores de 40 años o con antecedentes familiares de hipertensión, es esencial. Los estudios demuestran que un control efectivo de la presión arterial puede reducir el riesgo de complicaciones relacionadas con las arritmias y mejorar la calidad de vida.
Evitar el tabaquismo
El tabaco es un conocido factor de riesgo para una variedad de enfermedades cardiovasculares, incluidas las arritmias. Las sustancias químicas en los cigarrillos pueden dañar las arterias y afectar el sistema eléctrico del corazón. La buena noticia es que dejar de fumar tiene beneficios inmediatos para la salud del corazón, incluso si ya ha ocurrido daño previo.
El uso de productos de reemplazo de nicotina, terapias de comportamiento y otros métodos puede ayudar a las personas a dejar de fumar y disminuir el riesgo de arritmias. Además, evitar la exposición al humo de segunda mano también es crucial para proteger la salud cardíaca.
Dormir lo suficiente
El sueño es fundamental para la salud cardiovascular. La falta de sueño o la mala calidad del sueño pueden aumentar el riesgo de hipertensión y arritmias. Dormir menos de 6 horas o más de horas puede estar ligado a un mayor riesgo de fibrilación auricular, según señala una investigacióin iraní. Además, trastornos del sueño como la apnea obstructiva del sueño están asociados con un mayor riesgo de arritmias.
La práctica de buenos hábitos de sueño, como establecer un horario regular para dormir, crear un ambiente adecuado y evitar el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse, puede contribuir a una mejor salud del corazón y prevenir episodios de arritmias.
Controlar condiciones médicas subyacentes
Muchas arritmias están relacionadas con condiciones médicas preexistentes como la diabetes, la enfermedad tiroidea y las enfermedades cardíacas. La gestión efectiva de estas condiciones es esencial para reducir el riesgo de arritmias. Por ejemplo, mantener niveles saludables de glucosa en sangre es crucial para evitar complicaciones que puedan afectar el corazón.
El seguimiento regular con un médico, el uso adecuado de medicamentos y la adopción de un estilo de vida saludable pueden ayudar a controlar estas afecciones y, por lo tanto, disminuir el riesgo de desarrollar arritmias.
Creado: 11 de diciembre de 2015