Dr. Pedro Montejo Carrasco

Médico psiquiatra experto en evaluación e intervención en Memoria y Deterioro Cognitivo
Las quejas subjetivas de memoria son despistes y olvidos cotidianos. El Dr. Pedro Montejo, experto en deterioro cognitivo, nos explica qué signos pueden indicar patología y cómo mejorar la reserva cognitiva y proteger la salud del cerebro.
Dr. Pedro Montejo Carrasco
“A todas las edades se producen ‘quejas de memoria’ como olvidos y despistes, pero en los mayores están más relacionadas con el envejecimiento del cerebro y en la gente joven se deben a estrés, ansiedad, depresión…”

22/03/2024

El Dr. Pedro Montejo Carrasco es médico psiquiatra y ha sido Jefe del Centro de Prevención del Deterioro Cognitivo del Ayuntamiento de Madrid. Hablamos con él sobre las quejas subjetivas de memoria, esos despistes y olvidos que experimentamos en nuestro día a día, como esa palabra que se queda en la “punta de la lengua”, o no ser capaces de recordar dónde hemos dejado un objeto o a qué hemos ido a la cocina. Unos fallos que cuando se repiten pueden hacernos pensar en la posibilidad de sufrir un deterioro cognitivo, sobre todo a partir de cierta edad.  El doctor Montejo, que es experto en evaluación e intervención en memoria y deterioro cognitivo nos explica qué se considera normal en estos casos, cuáles son los signos de alerta que pueden indicar una patología y los hábitos saludables que nos ayudarán a mejorar nuestra reserva cognitiva y a proteger la salud del cerebro.

PUBLICIDAD


Los despistes y olvidos van aumentando a medida que nos hacemos mayores, ¿es una consecuencia inevitable del envejecimiento? ¿A partir de qué edad se considera normal que se produzcan? ¿Cuáles son las principales causas que harían más frecuentes los olvidos?

Sí, sería una consecuencia inevitable del envejecimiento, pero sucede que los jóvenes también se quejan. A todas las edades se produce lo que nosotros llamamos ‘quejas de memoria’, que consisten en que tenemos olvidos y despistes, pero las causas son diferentes. En las personas mayores están más relacionadas con el envejecimiento del cerebro, y en la gente joven se deben sobre todo a situaciones de estrés, ansiedad, depresión…, que también pueden ocurrir en los mayores, pero es mucho menos frecuente.

PUBLICIDAD

Hemos hecho estudios de quejas de memoria y olvidos cotidianos, tanto en jóvenes, como en mayores, y hemos averiguado la diferencia causal entre unos y otros y la mayor frecuencia entre los mayores. Uno de estos estudios poblaciones del ayuntamiento de Madrid –realizado por Madrid Salud– mostraba que un 32% de los mayores de 65 años tenían quejas de memoria.

Eso de tener la palabra en la punta de la lengua a mí y a ti nos ocurre, pero si eso dificulta la conversación sería otro importante signo de alerta de deterioro cognitivo

Es un porcentaje importante. Olvidos tenemos todos y no está mal olvidar ciertos sucesos pero cuando eso empieza a alterar un poco la vida cotidiana, cuando te empieza a preocupar y notas que a veces las palabras no te salen, que no recuerdas los nombres, etcétera, en ciertos casos puede hacer pensar en la posibilidad de deterioro cognitivo.

PUBLICIDAD

¿Cuáles son los signos de alerta que indicarían que se puede tratar de un deterioro cognitivo?

Algo muy anómalo sería desorientarse en un lugar conocido. En algunos casos las personas mayores, sobre todo a última hora de la tarde o por la noche, se pueden llegar a perder y dudan sobre cómo volver a casa a pesar de estar en un sitio al que han ido más veces. Eso es algo que debe preocuparnos. Por ejemplo, algunos pacientes venían diciendo que se habían perdido, o un familiar contaba que un día había tardado dos horas en volver a casa, cuando normalmente tarda un cuarto de hora. Eso es un signo de probable deterioro cognitivo.

Otra señal de alarma es la desorientación temporal, como no saber el año o el mes. También tener dificultades para aprender cosas nuevas; por ejemplo, si le explicas cómo tiene que utilizar el mando del televisor y no consigue aprenderlo. Una dificultad progresiva para encontrar las palabras y para expresarse. Eso de tener la palabra en la punta de la lengua a mí me ocurre, y me imagino que a ti también te ocurrirá, pero si eso dificulta la conversación sería otro importante signo de alerta.

Hay cinco factores de riesgo clave para desarrollar deterioro cognitivo: hipertensión, diabetes, colesterol, sedentarismo y obesidad

El abandono de ciertas tareas cotidianas, como dejar de comprar, de cocinar, de participar en actividades de ocio que antes le gustaban –jugar a las cartas, la lectura…–, o el desinterés por seguir un programa de televisión o de radio, ya que esto suele deberse a que no entienden bien lo que allí se dice; a veces por la velocidad a la que hablan los locutores, o por el tema que se trata, o bien porque para entender algo tienes que haber prestado atención y recordar lo que se ha dicho inmediatamente antes y a ellos se les olvida. No poder controlar la medicación que tienen que tomar. Empezar a mostrar una tendencia a aislarse. Estos serían los signos más notables.

PUBLICIDAD

Supongo que algunos de estos signos los notará el propio paciente, pero en muchos otros casos serán los familiares y allegados los que tienen que detectar el problema…

Claro, y es más grave precisamente cuando la persona no los detecta y los detectan los familiares. Hay una serie de síndromes, como el deterioro cognitivo o la alteración de memoria asociada a la edad en los que, si el familiar es el que se da cuenta, pero el paciente no, hay más motivo para llevarle al médico para que le haga las pruebas pertinentes.

Las personas mayores que absorben mal las vitaminas B y D pueden necesitar suplementos alimenticios

La cuestión más de fondo sería lo que se llama anosognosia, que es cuando la persona no es consciente de la propia enfermedad, pero eso ya suele darse en etapas en las que ya hay demencia o un deterioro cognitivo leve avanzado. Pero, sí, valoramos de distinta manera cuando es el paciente el que se da cuenta, y cuando es el familiar. Cuando es el paciente es menos grave, y cuando es el familiar es más grave.

PUBLICIDAD

Prevenir el deterioro cognitivo es posible

¿Hay factores de riesgo para desarrollar deterioro cognitivo que podríamos evitar?

Sí, hay una serie de factores de riesgo muy estudiados, como los problemas de tipo cardiovascular. En concreto, yo mencionaría cinco factores de riesgo clave: hipertensión, diabetes, colesterol, sedentarismo y obesidad porque van alterando el cerebro, y esa alteración va produciendo un daño que cada vez es más notable. Para prevenir su aparición, lo fundamental es llevar una vida sana, que supone el control de la tensión arterial, de la diabetes, de los niveles de colesterol, hacer ejercicio físico al menos media hora al día –sobre todo caminar deprisa– y comer con moderación para evitar el sobrepeso.

El aislamiento social también es un factor de riesgo. Nosotros hicimos un estudio en base a una encuesta poblacional. Y comento lo de poblacional porque es importante en la calidad de un estudio, ya que no es lo mismo estudiar a 400 personas que acuden a consulta, que tomar una muestra aleatoria en una ciudad como Madrid, teniendo en cuenta el distrito, el sexo, la edad… Al utilizar métodos estadísticos para seleccionar a dos o tres mil personas al azar se obtiene una muestra representativa de la población de Madrid, que tiene más similitudes que diferencias con otras ciudades de España respecto a datos globales de población, y de ahí se extraen una serie de conclusiones.

El aislamiento social se asocia al deterioro cognitivo por la falta de estímulos y por otros problemas asociados, como el estrés o el aumento de una serie de hormonas

Con este tipo de estudios hemos visto que las quejas de memoria y el deterioro cognitivo se relacionaban con los factores de riesgo que he comentado, y con otros como la multimorbilidad, el dolor, etcétera. Lo principal sería evitar esos factores, y la soledad también se asocia al deterioro cognitivo por la falta de estímulos, fundamentalmente, y por otros problemas asociados, como el estrés, el aumento de una serie de hormonas, etcétera.

PUBLICIDAD

¿Cómo influye nuestra alimentación en la salud del cerebro? ¿Hay alimentos que sean buenos o perjudiciales para este órgano? ¿Algunos que debamos consumir con regularidad, y otros que debamos evitar?

En España quizá tengamos más fácil llevar una buena alimentación gracias a la dieta mediterránea. Tomar muchas verduras, frutas, un poco menos de carne grasa… Y digo un poco menos porque carne hay que comer. Consumir pescados azules: atún, bonito, trucha, boquerón, sardina, caballa, pez espada… Y fíjate que entre ellos hay algunos que son bastante baratos, como las sardinas o los boquerones, así que tampoco hace falta comer salmón o salmón ahumado, que son mucho más caros.

Las bebidas muy azucaradas o el exceso de hidratos de carbono, sobre todo si son dulces o pasteles, pueden ser perjudiciales. Pero me refiero al exceso, porque lo que no podemos decir es que el azúcar va mal, el pescado azul va bien, pero el pescado blanco va mal…, no. Siempre es el exceso de cualquier sustancia lo que resulta perjudicial.

¿Es necesario tomar suplementos alimenticios, o una dieta equilibrada sería suficiente? ¿Personas con una dieta inadecuada o problemas de salud podrían necesitar este tipo de complementos?

Algunas personas quizá sí que los pueden necesitar, por ejemplo, las personas mayores que absorben mal las vitaminas B y D. En el caso de la vitamina B esto ocurre porque les falta una determinada sustancia –el factor intrínseco– en el estómago, y absorben peor la vitamina B, sobre todo la vitamina B12, y si durante años les sucede esto pueden tener un déficit de vitamina B12.

Las personas mayores también pueden tener déficit de vitamina D porque no toman el sol de manera suficiente. Alrededor del 90% de la vitamina D se obtiene por la transformación de ciertas sustancias en el organismo mediante la exposición a los rayos solares, por lo que una persona que tome el sol no va a tener falta de vitamina D.

El sueño favorece la memoria, mientras que dormir poco perjudica la memoria. Durante el sueño se produce la consolidación de los recuerdos

Para saber si nos falta alguna de estas vitaminas, o ácido fólico, que también es una sustancia de la que puede haber déficit, basta con ir al médico y pedir un análisis donde se miden sus niveles y se comprueba si son los adecuados.

Consejos para proteger la salud del cerebro

Supongo que el sueño también será importante para el cerebro…

El sueño es importantísimo. Desde hace unos años se están llevando a cabo investigaciones que indican que mientras dormimos el cerebro elimina ciertas sustancias de desecho; por tanto, es muy beneficioso. Además, el sueño favorece la memoria, mientras que dormir poco perjudica la memoria. Durante el sueño se produce la consolidación de los recuerdos, de las vivencias que se han tenido durante el día, en una región del cerebro denominada hipocampo. Si dormimos bien, esa consolidación de los recuerdos se hace de una manera adecuada, pero este proceso no será eficaz si no dormimos lo suficiente.

Hacer ejercicios de memoria, atención o lenguaje es un complemento beneficioso, siempre que se realicen de manera continuada y regular y durante cierto tiempo cada día

Un sueño de calidad también es importante para el equilibrio mental, para prevenir la ansiedad, la depresión… Por ello, junto al control de la tensión arterial, la diabetes y los niveles de colesterol, dormir bien se podría considerar uno de los factores clave para la salud del cerebro.

Los ejercicios mentales para entrenar el cerebro, favorecer la reserva cognitiva y ayudar a prevenir la pérdida de memoria se han vuelto muy populares. ¿Son realmente útiles, o con actividades cotidianas como leer, relacionarse con otras personas, trabajar, hacer tareas manuales etcétera, sería suficiente?

Eso puede ser suficiente, pero hacer ejercicios de memoria, atención o lenguaje es un complemento beneficioso, siempre que se realicen de manera continuada y regular y durante cierto tiempo cada día. En ese caso sí pueden ser beneficiosos y, de hecho, a los mayores se les recomienda.

Existen multitud de estudios sobre ese tema, sobre la intervención cognitiva, el entrenamiento cognitivo, el entrenamiento de la memoria, etcétera, y la inmensa mayoría de los trabajos indican resultados positivos y eficaces para la memoria, la atención, el lenguaje, etcétera.

Realizar actividades de placer y de ocio, relacionarse con gente, participar en labores de voluntariado, viajar, una buena alimentación… también van a aumentar la reserva cerebral

Por lo tanto, sería muy recomendable, pero no es indispensable para una persona que está activa o que trabaja. Aunque es importante que sea un trabajo que implique algo de creatividad o de relación social, porque si se trata de una tarea monótona, en la que el individuo está solo y haciendo siempre lo mismo, sí convendría que realizara ejercicios de memoria, atención, lenguaje, percepción…, durante un cuarto de hora al día, por ejemplo.

En internet se puede encontrar un gran número de bloques de ejercicios. En Madrid Salud hicimos una serie de ejercicios en los que llegaron a entrar hasta dos millones de personas al año, por lo que tuvieron una gran difusión. Pero también La Caixa, el Imserso, laboratorios farmacéuticos como Italfarmaco (Neuralex), etcétera, ofrecen este tipo de actividades de entrenamiento cognitivo, que en la mayor parte de los casos son gratuitas. Pero una persona con una actividad normal y relativamente creativa y que se relaciona socialmente en principio no necesitaría nada más.

Habría que considerar cuestiones que ya he mencionado, como hacer ejercicio físico, realizar actividades de placer y de ocio, como la lectura o ver determinado tipo de contenidos en televisión, relacionarse con gente, participar en labores de voluntariado, salir de vacaciones con los amigos, una buena alimentación… Y una mayor cultura y educación también van a aumentar la reserva cerebral.

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD