Las personas que tienen síndrome de Down envejecen más rápido que el resto de la población, ya que aunque el retraso mental sea el signo más característico de este trastorno, también afecta a otros órganos como el corazón y el aparato digestivo, lo que les vuelve más susceptibles a sufrir diversas patologías. También tienen mayor facilidad para contraer infecciones y pueden desarrollar alzhéimer con sólo 45 años de edad.

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Sin embargo, y gracias a los avances médicos, en la actualidad estas personas han visto incrementada su esperanza de vida, que ronda ahora los 60 años. El hecho de vivir más años implica que también han aumentado sus necesidades de atención sanitaria a largo plazo. Por este motivo, la organización Down España presentó recientemente cinco guías que han sido elaboradas por ocho sociedades científicas y la Organización Médica Colegial (OMC), en las que se ofrecen a los profesionales médicos criterios para abordar la salud mental, la atención al adulto, el cuidado bucodental, y problemas ginecológicos y oftalmológicos, especialmente centrados en las características propias de las personas con síndrome de Down.

En la actualidad, las personas con síndrome de Down tienen una esperanza de vida de 60 años, lo que implica que han aumentado sus necesidades de atención sanitaria a largo plazo

Estas guías pretenden contribuir a que los profesionales sanitarios tengan un mejor conocimiento de los problemas de salud que afectan a estos pacientes y de las diferencias que presentan con respecto al resto de la población debido precisamente a las complicaciones del síndrome de Down relacionadas con la aparición de ciertas enfermedades.

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Y es que, como explica José María Borrel, coordinador de las guías y asesor médico de Down España, hasta los 18 o 19 años las personas con síndrome de Down son atendidas por el pediatra pero, a partir de esa edad, necesitan un seguimiento por parte del médico de Atención Primaria y los especialistas correspondientes según la patología. De esta forma, además, se podrían beneficiar de programas de prevención y, en este sentido, las guías ofrecen recomendaciones para prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

Actualmente uno de cada mil niños nace con síndrome de Down, un número menor que hace años, cuando uno de cada seiscientos nacía con este trastorno. Aunque se ha conseguido una mayor integración social de estas personas, y que sobrevivan hasta la edad adulta, es preciso atender mejor sus necesidades, tanto de salud mental como física, y las estrategias preventivas mejorarían su calidad de vida y reducirían, además, la carga asistencial.

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Actualizado: 31 de enero de 2017

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