PTI (trombocitopenia inmune primaria)
La trombocitopenia inmune primaria o púrpura trombocitopénica idiopática es una enfermedad de origen autoinmune en la que existe una cifra baja de plaquetas, lo que hace que los pacientes tengan más riesgo de hemorragias.

Síntomas de la PTI

Por: Dra. Blanca Sánchez González

Hematología Clínica, Hospital del Mar, Barcelona

Por: Dr. Pablo Rivas

Especialista en medicina interna

Actualizado: 23 de septiembre de 2022

La manera en la que se presenta la púrpura trombocitopénica inmune (PTI), así como sus signos característicos y el desarrollo clínico de la enfermedad son muy variables, lo que complica mucho el diagnóstico, la elección del tratamiento adecuado y el seguimiento de los pacientes, que ven afectados claramente su calidad de vida.

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Los afectados con trombocitopenia inmune primaria pueden no presentar síntomas o pueden tener manifestaciones hemorrágicas de diversa gravedad, lo que depende principalmente de su cifra de plaquetas.

Entre los síntomas de PTI, es característica la presencia de petequias, que son pequeñas erupciones en la piel o en las mucosas, como puntitos rojos o violáceos, causadas por la salida de glóbulos rojos a través de la pared de los vasos sanguíneos. Las petequias no desaparecen ni se blanquean al comprimirlas. Esta particularidad las diferencia de otras lesiones cutáneas papulares que pueden ser parecidas (como las causadas por picaduras de insectos, alergias, infecciones…) que al deberse a una simple vasodilatación se blanquean al comprimirlas con el dedo.

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Cuando las petequias son mayores de 3 mm se denominan púrpura, de ahí viene el nombre de esta enfermedad. Las lesiones purpúricas mayores de 1-2 cm se denominan equimosis, que son lo que se conoce popularmente como hematomas o moratones.

Las petequias, púrpura o equimosis aparecen con más frecuentes en el tercio inferior de las piernas, al ser la parte del cuerpo donde los vasos sanguíneos están sometidos a una mayor presión. También pueden aparecer tras pequeños traumatismos.

Además, puede haber sangrado por las mucosas, como sangrado por la nariz (epistaxis), sangrado por las encías o sangrado vaginal. De forma más infrecuente se producen hemorragias más graves como las gastrointestinales, articulares o cerebrales.

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