Hemorragia nasal
Los vasos sanguíneos de la nariz se pueden romper con facilidad y causar una hemorragia nasal, un trastorno frecuente en los niños. Conoce a qué puede deberse y qué hacer cuando nos sangra la nariz.

Qué es una hemorragia nasal, tipos y síntomas

Mujer con una hemorragia nasal
Por lo general, la hemorragia nasal se puede manejar fácilmente desde casa.
Alicia Díaz

Por: Alicia Díaz

Enfermera, experta en Primeros Auxilios

José González Sancho

Revisado: José González Sancho

Periodista especializado en salud y bienestar

Actualizado: 6 de mayo de 2024

La mayoría de la gente ha tenido una hemorragia nasal en alguna ocasión, un problema bastante común sobre todo en los niños, aunque cualquiera puede sufrirla debido a que en la nariz se encuentran muchísimos vasos sanguíneos y capilares con las paredes muy finas, de manera que se pueden romper con facilidad y dejar salir la sangre.

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Por definición, se entiende hemorragia como salida de la sangre de los vasos sanguíneos, en este caso los vasos que se encuentran en el revestimiento interior de las fosas nasales. En la terminología médica este fenómeno se conoce como epistaxis o rinorragia. Los sangrados nasales llaman mucho la atención porque impresiona ver a alguien cubierto de sangre, especialmente a los más pequeños, pero por norma general no son motivo de alarma y se pueden manejar fácilmente desde casa, aunque en algunos casos pueden requerir atención médica.

Tipos de sangrado nasal

Se pueden diferenciar dos tipos de sangrados nasales que llamaremos anterior y posterior, dependiendo de dónde esté el origen del sangrado. En las hemorragias anteriores el punto está en una zona de la nariz donde se unen muchos vasos sanguíneos, que está justo en la formación del tabique nasal en la parte alta de la nariz. Éstas son las más comunes, mientras que las hemorragias posteriores son raras, y la sangre en lugar de salir por la nariz cae por la faringe hacia la garganta y se traga:

  • Epistaxis anterior: este es el tipo más común de hemorragia nasal. Ocurre en la parte frontal de la nariz y generalmente es fácil de controlar. El sangrado proviene del área conocida como plexo de Kiesselbach, que es una región rica en vasos sanguíneos situada en la parte delantera del tabique nasal. Las causas pueden incluir sequedad ambiental, irritación por rascado o golpes, alergias, infecciones, uso de ciertos medicamentos, y cambios hormonales. Este tipo de sangrado es generalmente leve y puede ser manejado en casa con técnicas simples como pellizcar la nariz y inclinar la cabeza hacia adelante.
  • Epistaxis posterior: menos común pero más seria, la epistaxis posterior ocurre en la parte posterior de la nariz y el sangrado proviene de las arterias que son más grandes. Este tipo de hemorragia nasal puede ser más difícil de controlar y a menudo requiere atención médica. Es más probable que ocurra en personas mayores o en aquellas con ciertas condiciones médicas como hipertensión, trastornos de coagulación o aterosclerosis. La atención médica es crucial debido al riesgo de una cantidad significativa de pérdida de sangre y de que la sangre fluya hacia la garganta, lo que puede causar asfixia o inhalación.

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En ambos casos, si las hemorragias nasales son frecuentes o particularmente severas, es importante consultar a un médico para investigar causas subyacentes más graves y discutir las opciones de tratamiento adecuadas. En algunos casos, puede ser necesario cauterizar los vasos sanguíneos afectados o realizar otros procedimientos médicos para prevenir futuros episodios de sangrado.

Mujer con una hemorragia nasal

Signos y síntomas de una hemorragia nasal

Los signos y síntomas de una hemorragia nasal pueden variar en intensidad, aunque obviamente, el signo evidente de hemorragia nasal es que salga sangre oscura por la nariz, pero en caso de las hemorragias posteriores no siempre se ven tan fácilmente. Para detectarlas se abre la boca y se retrae la lengua hasta tapar la garganta, así se puede observar la sangre que cae por detrás de la campanilla. Los síntomas de hemorragia nasal incluyen:

  • Sangrado visible: el síntoma más evidente es la presencia de sangre que fluye de uno o ambos orificios nasales. El flujo puede ser leve o abundante, dependiendo de la fuente del sangrado.
  • Sensación de flujo en la garganta: si la sangre fluye hacia la parte posterior de la nariz y hacia la garganta, puedes sentir un gusto a sangre en la boca o la necesidad de tragar repetidamente.
  • Ruido de burbujeo o gorgoteo en la nariz: esto puede ocurrir si la sangre se está acumulando en la nariz antes de fluir hacia afuera.
  • Dificultad para respirar por la nariz: la presencia de sangre y coágulos en la nariz puede obstruir las vías respiratorias, haciendo difícil la respiración nasal.

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Además de estos síntomas directamente relacionados con el sangrado, es posible experimentar otros síntomas asociados o que indican complicaciones, como:

  • Mareos o sensación de debilidad: esto puede suceder especialmente si el sangrado es profuso y prolongado, lo que podría llevar a una cantidad significativa de pérdida de sangre.
  • Palidez de la piel de manos y cara y sudoración fría: son signos de que el cuerpo está respondiendo a la pérdida de sangre.
  • Ansiedad o inquietud: es común sentirse ansioso o nervioso durante un episodio de sangrado, especialmente si el flujo es difícil de controlar.

Si los episodios de hemorragia nasal son frecuentes o si el sangrado es severo y no se detiene con medidas simples, es importante buscar atención médica. Esto es especialmente crucial en casos donde el sangrado puede estar acompañado de síntomas como confusión, desmayos o palpitaciones, que pueden ser indicativos de una pérdida de sangre más grave o de otras condiciones médicas subyacentes. En todo caso, conviene saber cómo actuar para no alarmarnos y conocer los primeros auxilios básicos a implementar cuando a nosotros o a nuestros hijos nos sale sangre por la nariz.

Creado: 15 de junio de 2015

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