Phubbing: mi ‘smartphone’ primero

Si alguna vez te has sentido solo e ignorado a pesar de estar con tu pareja, tu familia o tus amigos, porque todos estaban absortos en la pantalla de su ‘smartphone’, tu problema tiene un nombre: se llama ‘phubbing’.
Un joven consulta su 'smartphone' mientras su novia se aburre
Ignorar a tu acompañante por atender el smartphone, una mala costumbre.
Eva Salabert

Por: Eva Salabert

Periodista experta en salud

Actualizado: 29 de julio de 2022

Hay una situación que todos hemos sufrido en alguna ocasión: se trata de sentirse absolutamente solo pese a estar en compañía de otras personas, que ignoran tu presencia porque se encuentran pendientes de su teléfono móvil, incluso aunque no hayan recibido llamadas ni mensajes en ese momento.

Es algo tan frecuente en las sociedades desarrolladas que hasta le han puesto nombre como si se tratase de un nuevo síndrome, se llama phubbing, una palabra que se ha creado a partir de dos términos ingleses, phone (teléfono) y snubbing que significa ignorar o despreciar a otra persona.

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Consultar constantemente el smartphone se ha convertido en un hábito tan arraigado que la mayoría de las personas ni siquiera son conscientes de que este comportamiento no es normal, y no consideran que con su actitud estén ninguneando a sus acompañantes.

Se trata, además, de una costumbre muy extendida entre los más jóvenes, que también son los que más usan las redes sociales. El resultado es que se ha creado un mundo virtual paralelo al real, del que cada vez dependemos más, hasta el punto de no poder prescindir del móvil, por ser el nexo de unión indispensable para continuar conectado.

Las causas del phubbing se encuentran en la fascinación que despiertan los smartphones, unos dispositivos que proporcionan una falsa sensación de compañía –en realidad aíslan a la persona de su entorno–, despiertan la curiosidad del usuario con cada una de sus alarmas –que le hacen sentirse parte de un grupo–, y ofrecen el placer de la inmediatez, el hecho de poder tener aquí y ahora lo que se busca o desea; estímulos más que suficientes para captar y mantener la atención. Otro probable motivo es el fomo, acrónimo de fear of missing out, o lo que es lo mismo, el miedo a perderse algo o quedar excluido de algún acontecimiento que afecta a un gran porcentaje de los nativos digitales.

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Campañas anti-phubbing

El phubbing ha alcanzado tales dimensiones, que ya han surgido grupos de detractores que defienden su derecho a no ser ignorados cuando están en compañía, y han creado campañas anti-phubbing para detener este fenómeno y concienciar a la población de la falta de respeto que supone y de sus efectos perjudiciales sobre las relaciones interpersonales.

El primer movimiento anti-phubbing lo ha iniciado un joven australiano, Alex Haigh, que incluso ha creado un sitio web para llamar la atención sobre las nefastas consecuencias que el abuso de los smartphones está provocando sobre las relaciones sociales (se estima que alrededor del 87% de los adolescentes prefiere el contacto a través de mensajes de texto que cara a cara), y donde ofrece todo tipo de propuestas para acabar con esta práctica. Sin embargo, frenar el phubbing ya está en nuestras manos: solo tenemos que apagar o silenciar el móvil y prestar atención a nuestro interlocutor.

Los smartphones proporcionan una falsa sensación de compañía y hacen que el usuario se sienta parte de un grupo, y esto propicia el phubbing

De hecho, los psicólogos también ofrecen algunos consejos para librarse de la tiranía del smartphone como apagar o silenciar el teléfono nada más llegar a casa y dedicar tiempo de calidad a charlar con la pareja y los hijos, que ningún miembro de la familia se siente a comer con el teléfono, y no volver a coger el dispositivo hasta que no vayamos a salir. Además, no se debe contestar inmediatamente a los mensajes, salvo que se trate de una auténtica emergencia, y también hay que mantener apagado el aparato cuando se esté realizando una actividad como pasear, ver una película o una obra de teatro, leer un libro, o disfrutar de la cena en compañía de un grupo de amigos.

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Pero si no lo hacemos, quizás sea necesario optar por otras medidas más drásticas. Así, en Estados Unidos, por ejemplo, en ciertos acontecimientos sociales como las bodas, algunos ya han tomado la determinación de requisar los smartphones de los invitados, con el objetivo de evitar que las novedades y fotos del evento lleguen a las redes sociales antes de que sus protagonistas hayan decidido qué quieren publicar –y qué no– y cuándo desean hacerlo.

Creado: 3 de diciembre de 2013

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