Mª Jesús Domínguez y Miriam Hernández
28/01/2015
La lactancia materna permite que la madre traspase bacterias beneficiosas para la salud de su bebé, y son tantas las cualidades de esta leche que es conveniente seguir alimentando con ella a los bebés después de los seis meses de edad, complementándola con otros alimentos para hacer frente al aumento de las necesidades proteicas del niño, según explicaron los expertos que han participado en el seminario Alimentación e hidratación del lactante, el niño y el adolescente, organizado por el Instituto Tomás Pascual Sanz. Mª Jesús Domínguez –a la izquierda en la fotografía–, presidenta de la Asociación de Matronas de Madrid, y Miriam Hernández –a la derecha en la imagen–, enfermera de Atención Primaria, que intervinieron en esta iniciativa, nos hablan de los beneficios de la leche materna y de las necesidades de nutrición de los lactantes una vez que comienza la introducción a la alimentación complementaria.
Según los expertos, la leche materna es el mejor alimento para los bebés hasta los seis meses pero, ¿qué ventajas aporta continuar con la lactancia o simultanearla con otros alimentos a partir de esta edad?
La leche materna aporta todos los nutrientes y energía que el niño necesita hasta los 6 meses. A partir de esa edad es necesario complementar, no sustituir, la leche materna con otros alimentos, aunque la leche materna sigue siendo el principal alimento durante el primer año de vida. La introducción de la alimentación complementaria se realiza principalmente por el aumento de las necesidades proteicas.
Evidentemente son muchos los beneficios de la lactancia materna; uno de los últimos avances es que se ha evidenciado que los lactantes que han tomado lactancia materna tienen menos riesgo de padecer celiaquía, y este riesgo disminuye aún más si el niño sigue siendo amamantado después de la introducción del gluten.
¿A qué edad se deben de empezar a introducir alimentos sólidos en la dieta del niño, y cuáles son los primeros que debe tomar?
Según las últimas evidencias la alimentación semisólida o grumosa no debe retrasarse más allá de los 10 meses. Lo ideal es empezar a dar este tipo de texturas a partir de los 8 meses, ya que si se retrasa más allá de los 10 puede acarrear problemas futuros en la masticación del niño.
La alimentación semisólida o grumosa no debe retrasarse más allá de los 10 meses, porque hacerlo puede acarrear problemas futuros en la masticación del niño
¿Es conveniente que los niños tomen leches de continuación?
Los lactantes no deben tomar leche de vaca antes del año; indiscutiblemente, la mejor alimentación para un lactante menor de 6 meses es la leche materna, pero no en todas las ocasiones se quiere o se puede dar leche materna. Para estos casos disponemos de las fórmulas adaptadas para poder alimentar a los niños menores de 6 meses; en este caso sería la leche tipo 1, y para los niños mayores de 6 meses la leche tipo 2.
Cada vez se dan más casos de niños que sufren alergias alimentarias, ¿hay que evitar algunos alimentos concretos o seguir algún tipo de pauta para prevenir este problema?
Las últimas referencias bibliográficas nos indican que retrasar ciertos alimentos que son considerados más alergénicos, como el pescado o el huevo, no es un factor de protección frente a la aparición de enfermedades alérgicas incluidos, niños atópicos.
¿Qué signos pueden hacer sospechar que el bebé tienen alguna intolerancia alimentaria, y cómo hay que actuar en estos casos?
La intolerancia alimentaria afecta al metabolismo, pero no al sistema inmunológico del cuerpo, como es el caso de la alergia alimentaria. Un ejemplo es la intolerancia a la lactosa y que aquellas personas que la padecen no pueden descomponer la lactosa de la leche por falta de la enzima digestiva correspondiente. La intolerancia alimentaria puede tener síntomas similares a los de una alergia, náuseas, diarrea y dolor abdominal. Las personas que sufren una intolerancia pueden consumir pequeñas cantidades del alimento o del componente alimenticio, sin que se den síntomas, y sin necesidad de excluirlo de su dieta.
La hidratación del bebé
¿Es imprescindible que los bebés y niños pequeños tomen siempre agua mineral?
En cuanto a la ingesta de agua en los lactantes hay que fijarse sobre todo en la mineralización y la cantidad de residuo seco de dicha agua, porque un agua con una mineralización muy alta puede repercutir en la función renal del lactante debido a esa inmadurez fisiológica y propia de los niños en los primeros meses de vida.
Un agua con una mineralización muy alta puede repercutir en la función renal del lactante debido a esa inmadurez fisiológica y propia de los niños en los primeros meses de vida
En los adultos se suele recomendar una ingesta diaria de líquido de entre dos y tres litros diarios, ¿cuál es la indicada para los bebés a partir de seis meses?
A los niños que estén siendo alimentados con leche materna no es necesario que se les ofrezca agua, ya que el 87% de la leche materna es agua. Los niños que estén siendo alimentados con leche de fórmula y alimentación complementaria lo más común es que no tengan sed, ya que con la leche de fórmula preparada correctamente no debe haber sed, además de que la alimentación complementaria debe preparase sin sal, otro factor que evita la aparición de sed. Según algunas publicaciones, entre los 6-8 meses se puede ofrecer agua a la vez que la alimentación complementaria, pero probablemente el bebé la rechazará y no será hasta el año cuando empiece a pedir agua.
¿Es aconsejable que tomen zumos de frutas naturales?
Los zumos naturales se aconsejan principalmente por dos motivos, primero por la hidratación debido a que cada pieza de fruta tiene un altísimo contenido en agua, y segundo porque no están azucarados tal y como ocurre en la mayoría de los zumos envasados, por tanto, el consumo de zumos naturales es una opción muy válida para hidratar tanto a niños como a adultos.