Dietas de un solo alimento: ¿eficaces, inútiles o peligrosas?

Profesora Titular. Grupo USP-CEU de Excelencia “Nutrición para la vida (Nutrition for life)” ref: E02/0720 Departamento de Ciencias Farmacéuticasde la Salud Facultad de Farmacia Universidad San Pablo-CEU CEU Universities

Actualizado: 17 de julio de 2025
Cuando llega el verano aparecen por todos lados supuestas “dietas milagro”, soluciones perfectas para perder esos kilos que nos sobran y nos impiden lucir un cuerpo perfecto. Y entre ellas encontramos las llamadas monodietas, regímenes restrictivos1 que consisten en consumir exclusivamente un solo tipo de alimento (o un grupo muy limitado de alimentos) durante un periodo determinado. El objetivo es perder peso rápidamente o “desintoxicar”2 el organismo.
Ejemplos populares son las dietas de la piña, de la manzana, de la sandía, del melocotón, de la alcachofa, algunas que incluyen cereales como la dieta del arroz, e incluso regímenes basados en la ingesta de alimentos proteicos como el atún o la leche. Su aparente simplicidad y la promesa de obtener resultados rápidos explican su éxito.
Una pérdida de peso efímera
Al tratarse de dietas que generan una drástica reducción calórica, se produce una pérdida de peso3 a corto plazo. Sin embargo, consumir una ingesta tan baja de calorías4 da lugar a una disminución de los niveles de glucosa en sangre, lo que activa mecanismos compensatorios para mantener el suministro de energía.
Inicialmente, el organismo utiliza el glucógeno hepático, principal fuente de reserva de glucosa que se encarga de mantener los niveles adecuados de este azúcar en sangre, especialmente entre comidas o durante el ayuno. Sin embargo, al agotarse ese depósito, el organismo comienza a movilizar masa muscular para obtener aminoácidos que, a través de otras rutas metabólicas, permiten la síntesis de glucosa. Este proceso, sostenido en el tiempo, puede llevar a una pérdida significativa de masa muscular y otras alteraciones metabólicas.
Por tanto, buena parte de la bajada de peso corresponde a una pérdida de agua y masa muscular5, más que a grasa corporal, por lo que esos resultados tienden a ser temporales. Al finalizar este tipo de dietas, es común que el individuo recupere rápidamente el peso perdido cuando recupera su alimentación habitual, lo que se conoce como “efecto rebote”.
En suma, las monodietas pueden resultar atractivas por la obtención de resultados rápidos, pero no promueven una pérdida de peso mantenida en el tiempo ni educan en hábitos alimentarios saludables.
Pero ¿tienen las mini dietas algún beneficio real?
Más allá de la citada pérdida de peso inicial, las evidencias científicas que respalden beneficios reales y duraderos de las monodietas son prácticamente inexistentes. Algunos individuos reportan una “sensación de ligereza” o mejor digestión, pero estos efectos pueden deberse más a la eliminación de alimentos procesados que al régimen en sí.
También puede producirse el llamado “efecto placebo”: al creer que están siguiendo una dieta detox y están “limpiando” su cuerpo, las personas se sienten mejor, aunque no haya cambios fisiológicos demostrados.
¿Son peligrosas las monodietas?
Sí, las monodietas pueden llegar a ser peligrosas, especialmente si se prolongan en el tiempo6. Su principal riesgo es la deficiencia de nutrientes esenciales. Al consumir solo un tipo de alimento, dejamos de ingerir proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales necesarios para el correcto funcionamiento del organismo. Además, pueden dar lugar a problemas digestivos, trastornos metabólicos, problemas osteomusculares, alteraciones hormonales y desequilibrios electrolíticos, especialmente en personas con una situación de salud previa vulnerable.
Otro peligro importante es el de generar una relación poco saludable con la comida, marcada por la restricción y la culpa, que en casos extremos pueden desencadenar trastornos alimentarios como la ortorexia7 o la anorexia nerviosa.
Adicionalmente, esta limitación radical de nutrientes puede afectar el equilibrio de neurotransmisores a nivel cerebral, contribuyendo a una situación de irritabilidad y fatiga, afectando negativamente al bienestar emocional8.

¿Por qué siguen siendo populares las dietas de un solo alimento?
A pesar de los riesgos citados, las monodietas siguen teniendo éxito, especialmente en redes sociales y medios de comunicación. Su atractivo radica en la simplicidad y la promesa de resultados rápidos sin demasiado esfuerzo. Además, muchas de estas dietas son promovidas por celebridades o influencers, lo que les otorga una falsa credibilidad. La desinformación, la presión estética y la falta de educación nutricional en la sociedad también contribuyen a su seguimiento.
Debemos hacer hincapié en que las dietas de un solo alimento pueden ser eficaces para perder peso de forma rápida y temporal, pero no son efectivas a largo plazo y resultan peligrosas si el seguimiento de las mismas es prolongado. No aportan beneficios reales para la salud y pueden ocasionar deficiencias nutricionales e importantes problemas de salud.
Por estas razones, no son recomendables ni deben ser promovidas como métodos adecuados de control de peso o mejora de la salud. La mejor estrategia para lograr y mantener un peso saludable sigue siendo una alimentación equilibrada, variada y sostenida en el tiempo, acompañada de actividad física regular y hábitos de vida saludables.
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- 1Tahreem A, Rakha A, Rabail R, Nazir A, y Socol CT. «Fad Diets: Facts and Fiction». Frontiers in Nutrition, vol. 9, Frontiers Media SA, 2022, doi:10.3389/fnut.2022.960922.
- 2Klein AV, y Kiat H. «Detox Diets for Toxin Elimination and Weight Management: A Critical Review of the Evidence». Journal of Human Nutrition and Dietetics : The Official Journal of the British Dietetic Association, vol. 28, n.º 6, Wiley, 2015, pp. 675–686+, doi:10.1111/jhn.12286.
- 3Anderson K. «Popular Fad Diets: An Evidence-Based Perspective». Progress in Cardiovascular Diseases, vol. 77, Elsevier BV, 2023, pp. 78–85+, doi:10.1016/j.pcad.2023.02.001.
- 4Obert J, Pearlman M, Obert L, y Chapin S. «Popular Weight Loss Strategies: A Review of Four Weight Loss Techniques». Current Gastroenterology Reports, vol. 19, n.º 12, Springer Science and Business Media LLC, 2017, doi:10.1007/s11894-017-0603-8.
- 5Francisca Pérez-Llamas. «Errors and Myths in Feeding and Nutrition: Impact on the Problems of Obesit». Nutrición Hospitalaria, vol. 28, 2013, https://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S0212-16112013001100009&script=sci_abstract&tlng=en.
- 6Tahreem A, Rakha A, Rabail R, Nazir A, y Socol CT. «Fad Diets: Facts and Fiction». Frontiers in Nutrition, vol. 9, Frontiers Media SA, 2022, doi:10.3389/fnut.2022.960922.
- 7Joaquín Mateu Mollá. «La Ortorexia: ¿puede Perjudicarnos Comer Sano?». The Conversation, vol. 21, n.º 1, Springer Science and Business Media LLC, http://theconversation.com/la-ortorexia-puede-perjudicarnos-comer-sano-172626.
- 8Brinkworth GD, Buckley JD, Noakes M, Clifton PM, y Wilson CJ. «Long-Term Effects of a Very Low-Carbohydrate Diet and a Low-Fat Diet on Mood and Cognitive Function». Archives of Internal Medicine, vol. 169, n.º 20, American Medical Association (AMA), 2009, p. 1873+, doi:10.1001/archinternmed.2009.329.
Creado: 17 de julio de 2025