Héctor Ruiz Martín

Experto en neurociencia y psicología cognitiva de la memoria y el aprendizaje, y autor de 'Aprendiendo a aprender'
Ni es cierto que a unas personas se les dé mejor estudiar que a otras ni existe la capacidad multitarea. Héctor Ruiz, experto en neurociencia y psicología del aprendizaje, nos explica cómo desarrollar todo el potencial del cerebro.
Entrevista a Héctor Ruiz Martín
“Atribuimos el rendimiento de los estudiantes a su habilidad innata para aprender y a su dedicación, pero pasamos por alto que lo que hacen los estudiantes cuando se esfuerzan por aprender marca grandes diferencias”

29/10/2020

En las últimas décadas, la neurociencia y las ciencias cognitivas han aportado interesantes conclusiones en torno a la capacidad de aprender. Héctor Ruiz Martín, investigador experto en neurociencia y psicología cognitiva de la memoria y el aprendizaje, acaba de publicar Aprendiendo a aprender (VERGARA, 2020), un manual a través del cual desmonta numerosos mitos en torno al aprendizaje al tiempo que ofrece información útil, y basada en la evidencia científica, acerca de cómo aprende el cerebro y qué podemos hacer para desarrollar todo su potencial. Dice Héctor Ruiz, que ha sido profesor tanto en la educación secundaria como en la universidad, que desconocemos que “las acciones que realizamos cuando dedicamos tiempo a aprender son clave para alcanzar las metas de aprendizaje”. Y esto es lo que revela en el libro: cuáles son las estrategias que, según la evidencia científica, pueden marcar la diferencia en nuestro aprendizaje. Tras 15 años desarrollando recursos educativos y siendo asesor educativo de diversos gobiernos e instituciones educativas en España, Asia y Latinoamérica, Héctor sabe de lo que habla.

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Entrevista a Héctor Ruiz Martín, autor de 'Aprendiendo a aprender'

Dices en la introducción del libro que pese a que aprender es una habilidad que se puede aprender y perfeccionar, nadie nos enseña a hacerlo. ¿Quién debería enseñarnos? ¿Están las escuelas preparadas para ello?

No sabría decir quién debería hacerlo. Solo sé que resultaría muy beneficioso que lo hiciéramos. El principal problema es que en general atribuimos el rendimiento de los estudiantes a su habilidad innata para aprender y a su dedicación, pero pasamos por alto que lo que hacen los estudiantes cuando se esfuerzan por aprender marca grandes diferencias. Claro que hay diferencias innatas, y evidentemente el esfuerzo que se invierta en aprender se reflejará en los resultados: pero uno puede esforzarse bien, o esforzarse mal. Hay que invertir el esfuerzo de manera eficaz.

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Por desgracia, en general desconocemos que las acciones que realizamos cuando dedicamos tiempo a aprender son clave para alcanzar las metas de aprendizaje, y aún más para que ese aprendizaje perdure y sea transferible a nuevos contextos.

¿Siempre estamos a tiempo de aprender a aprender, o cuantos más años sumamos más nos cuesta desarrollar esta habilidad?

Aunque a partir de los veintitantos nuestra habilidad para aprender, como otras facultades cognitivas, va en declive, seguimos manteniendo una extraordinaria capacidad de aprendizaje a lo largo de toda la vida. Es decir, que nunca es tarde para aprender y, por lo tanto, nunca es tarde para aprender a hacerlo de manera más eficaz.

A partir de los veintitantos nuestra habilidad para aprender va en declive, pero seguimos manteniendo una extraordinaria capacidad de aprendizaje a lo largo de toda la vida

En realidad, aunque perdamos en habilidad cognitiva, ganamos en capacidad de autorregulación, y esto también es importante para aprender.

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Estrategias y recursos de aprendizaje efectivos

A veces cuesta tener una idea concreta de lo que son las técnicas de aprendizaje. ¿Cuales son exactamente las técnicas de aprendizaje y cuáles dirías que son las más efectivas para aprender?

Más que técnicas, creo que es mejor llamarlas estrategias, porque requieren de planificación. En cualquier caso, para responder a esta pregunta precisamente escribí el libro, pero permíteme que al menos indique que las más importantes consisten en espaciar el estudio en el tiempo, entrelazar varios objetivos de aprendizaje y practicar la evocación, que no es ni más ni menos que forzarse a recuperar lo aprendido en vez de releerlo una y otra vez.

¿Sirve la memorización de contenidos?

Si con memorizar se refiere a aprender datos sin comprensión, la memorización sirve precisamente cuando lo que queremos aprender son datos, por ejemplo, vocabulario en otro idioma, listas de objetos, fechas concretas, etcétera. La mnemotecnia ofrece buenas recomendaciones para esos casos concretos. Sin embargo, si de lo que se trata es de aprender conceptos (ideas) o procedimientos, entonces la mnemotecnia ya no sirve de mucho. De hecho, aprender de memoria la definición de un concepto apenas sirve de nada. ¿Podemos decir que hemos aprendido un nuevo concepto si no lo entendemos? Para este tipo de aprendizajes necesitamos estrategias como las comentadas en la pregunta anterior.

Las buenas estrategias de aprendizaje son buenas para todos, claro que la motivación para emplearlas siempre será fundamental

En los últimos 15 años has trabajado desarrollando recursos educativos fundamentados en la evidencia científica en torno al aprendizaje. ¿A todos nos sirven las mismas estrategias y recursos de aprendizaje?

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Sí, en general así es. Existe un mito educativo muy extendido (las encuestas indican que más del 90% de las personas creen que es cierto) según el cual cada uno tiene un estilo de aprendizaje distinto, como si cada uno tuviera un cerebro que aprende mejor de una manera u otra. Y aunque la capacidad de aprender de cada uno es distinta por muchos motivos, esos supuestos estilos de aprendizaje no son uno de ellos. La ciencia ha investigado incontables veces si es cierto que existan estos estilos de aprendizaje y no ha conseguido obtener evidencias de ello.

Las pausas para descansar a lo largo de una sesión de estudio deben ser más cortas que los periodos dedicados a estudiar

Lo que suele pasar es que confundimos nuestras preferencias con aquello que nos resultaría más eficaz. Pero no es lo mismo comer lo que a uno le gusta, que comer lo que a uno le conviene. Las buenas estrategias de aprendizaje son buenas para todos. Claro que la motivación para emplearlas siempre será fundamental.

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Hablas en el libro de la necesidad de concentración para poder aprender, pero también insistes en la necesidad de desconectar en determinados momentos para descansar y así poder seguir aprendiendo. ¿Qué tiempo deberíamos dedicar a concentración y descanso? ¿Hay un máximo diario de tiempo para la concentración?

Eso dependerá de cada uno, pero en general las pausas para descansar a lo largo de una sesión de estudio deben ser más cortas que los periodos dedicados a estudiar. En cuanto a si hay un tiempo máximo para la concentración, lo cierto es que mantenerse concentrado requiere de recursos cognitivos que se van agotando paulatinamente, sobre todo si no los invertimos adecuadamente. Eso hace que sea tan importante ir descansando cuando estudiamos y, en especial, dormir bien por la noche para recargarlos. Dormir también es clave para consolidar lo aprendido.

Aprendizaje online

“La supuesta capacidad de multitarea que algunos sugieren que tenemos no es más que un mito”. Cuentas que solo es posible hacer dos cosas a la vez cuando automatizamos una acción y pones el ejemplo de la lectura. ¿Por qué es imposible hacer dos cosas a la vez cuando una no está automatizada?

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Porque nuestra capacidad atencional es muy limitada. Esto es así porque nuestra memoria de trabajo, que para simplificar podríamos definir como el espacio mental donde sostenemos y manipulamos la información de la que estamos siendo conscientes en cada momento, tiene una capacidad muy pequeña. Por ejemplo, seguro que puede resolver mentalmente una operación como 85×7. Pero pruebe a resolver 9793×19. Las tareas que requieren de nuestra atención para poder hacerlas ocupan espacio en la memoria de trabajo, pero esta pronto se satura. En cambio, las tareas que hemos automatizado no pasan por nuestra memoria de trabajo, no requieren de nuestra atención, y dejan espacio libre para hacer otras cosas.

Aprender de memoria la definición de un concepto apenas sirve de nada

Por ejemplo, puesto que el lector de esta entrevista automatizó la conversión de los símbolos escritos de la lengua en sonidos (que aparecen en su memoria de trabajo como una vocecita), no debe invertir recursos en decodificarlos y puede centrarse en comprender lo que las palabras dicen. Un niño que está aprendiendo a leer, por otro lado, debe pensar sobre qué sonido representa cada letra, así como unir esos sonidos para pronunciar palabras, lo que le deja pocos recursos cognitivos para comprender lo que lee. Para una buena comprensión lectora, lo primero es automatizar bien la decodificación de símbolos gráficos en sonidos.

Impacto de la enseñanza online durante la pandemia por coronavirus

La pandemia por coronavirus ha introducido la enseñanza online en el día a día de muchos niños y jóvenes. ¿Qué opina de este tipo de enseñanza? ¿Podemos aprender a través de la pantalla de un ordenador?

La eficacia e idoneidad de la enseñanza online depende de varios factores, entre ellos, la edad de los estudiantes. En este sentido, me atrevo a decir que la enseñanza online nunca podrá reemplazar a la escuela (aunque pueda complementarla), en especial para aquellos a los que más ayuda. En realidad, la escuela no solo persigue objetivos académicos, por lo que las relaciones sociales que en ella ocurren son fundamentales para su labor, incluso para promover los aprendizajes académicos.

Las tareas que requieren de nuestra atención para poder hacerlas ocupan espacio en la memoria de trabajo, pero esta pronto se satura

Los estudiantes adultos, en cambio, pueden sacarle mucho más provecho a la enseñanza online, pero todo dependerá de la calidad de la misma, de su adecuación a los objetivos de aprendizaje y de la capacidad de autorregulación de los estudiantes. Esto último incluye las estrategias de aprendizaje que emplean.

Se habla de la falta de preparación de docentes y estudiantes, de cómo ha sido todo demasiado apresurado. ¿Qué ocurriría si se alargara en el tiempo la supresión de clases presenciales?

Probablemente una situación así agravaría la brecha educativa que existe entre los niños en función de variables socioeconómicas. Sin embargo, apenas sabemos nada sobre el efecto que una situación como esta podría tener, porque nunca la habíamos vivido antes. Ahora bien, conocemos muy bien el efecto que los periodos largos sin actividad lectiva tienen sobre la brecha educativa. En este sentido podemos fijarnos en el fenómeno conocido como la ‘pérdida estival’: el efecto que las vacaciones de verano tienen en detrimento del aprendizaje escolar, en especial en cuestiones de cultura general, pero especialmente en matemáticas y comprensión lectora. Múltiples estudios reflejan que esta pérdida afecta de manera desigual a los alumnos en función de su nivel socioeconómico, siendo los pertenecientes a familias con menos recursos los más afectados. Sobre todo, en cuanto a competencia lectora.

Concepto de aprendizaje en niños

¿Puede mejorarse la enseñanza online?

La forma en que se imparte enseñanza online hoy en día es muy dispar, así que habrá quien pueda mejorar bastante y habrá quien ya lo haga relativamente bien. De nuevo, existen limitaciones impuestas por las características de los alumnos (ya hemos hablado del factor edad), pero también por la naturaleza de los objetivos de aprendizaje.

La eficacia e idoneidad de la enseñanza online depende de varios factores, entre ellos, la edad de los estudiantes

En cualquier caso, la posibilidad que tenemos de mejorar las prácticas educativas no solo se limita al entorno online, sino también al presencial. En este sentido, creo que la ciencia sobre cómo aprendemos, así como otras disciplinas científicas, pueden contribuir a mejorar estas prácticas. Por eso abogo por una educación fundamentada en la evidencia.

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