El 50% de los adultos padece insomnio en algún momento de su vida, un trastorno que casi siempre es un síntoma de otro problema y, por lo tanto, para tratarlo es necesario actuar sobre la causa que lo origina.
Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Actualizado: 2 de marzo de 2023
El tratamiento del insomnio debe tener en cuenta las causas del mismo, así como su severidad y duración. La clave del tratamiento del insomnio se encuentra en resolver la causa de su origen y no solo los síntomas. El tratamiento puede ser farmacológico o no farmacológico.
Tratamiento no farmacológico
El tratamiento no farmacológico del insomnio requiere cambios conductuales y de los hábitos de vida del sujeto afectado. Algunas veces se apoya temporalmente en los fármacos, al mismo tiempo que se enseña a poner en práctica el tratamiento conductual escogido. Entre los tratamientos no farmacológicos están:
Hábitos de buena higiene del sueño
Establecer horarios constantes para acostarse y levantarse.
Permanecer en la cama únicamente durante el tiempo necesario de sueño (7,5 u 8 horas diariamente).
Evitar consumir sustancias estimuladoras del sistema nervioso.
Evitar dormir durante el día.
Hacer algún tipo de ejercicio físico durante el día.
No realizar actividades excitantes en las últimas horas del día.
Tomar baños de agua a temperatura corporal por su efecto relajante.
Comer en horarios regulares y evitar comer en exceso cerca de la hora de acostarse.
Mantener unas condiciones adecuadas de temperatura, iluminación, sonidos y comodidad en el dormitorio.
Terapias conductuales
La terapia de control de estímulos busca reasociar la cama con un inicio rápido del sueño.
La terapia de intención paradójica busca eliminar el miedo o ansiedad del paciente ante la probabilidad de no poder dormir. Consiste en pedirle al paciente que intente estar despierto toda la noche y que no se esfuerce por conciliar el sueño.
La terapia de relajación muscular progresiva intenta que el paciente alcance una relajación mental mediante una profunda relajación física.
Psicoterapia cognitivo-conductual: intenta controlar los pensamientos negativos y la ansiedad que surge al acostarse (cuando se han dejado de hacer cosas que ocupaban antes el pensamiento).