El COVID-19 acelera el envejecimiento vascular, sobre todo en las mujeres

18/08/2025
A medida que envejecemos, nuestras arterias tienden a volverse más rígidas y esto incrementa las probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares, como un infarto de miocardio o un ictus. Ahora, un estudio realizado por investigadores australianos y europeos ha descubierto que haber contraído la infección por coronavirus SARS-CoV-2 puede acelerar el envejecimiento de los vasos sanguíneos en unos cinco años, especialmente en las mujeres, lo que constituye un riesgo añadido para padecer estas dolencias.
La investigación se ha publicado en el European Heart Journal1, y en ella se analizó a más de 2.300 personas de 16 países, entre ellos España, Francia, Italia, México, Reino Unido y Estados Unidos, que fueron clasificados en función de si nunca habían tenido COVID, si habían padecido la enfermedad recientemente, pero no estaban hospitalizados, si estaban hospitalizados por COVID en una sala general o si se encontraban ingresados por la misma razón en una unidad de cuidados intensivos.
A todos ellos se les midió la rigidez de sus vasos sanguíneos y se comparó con su historial de infección por coronavirus. Los resultados mostraron que quienes habían tenido COVID-19 —incluso en formas leves— presentaban arterias más rígidas que quienes nunca se habían contagiado. Este efecto era más marcado en las mujeres y en personas con síntomas persistentes de lo que se conoce como COVID prolongado, como la fatiga o la dificultad para respirar.
Posibles causas de la rigidez y envejecimiento de los vasos sanguíneos
Los investigadores utilizaron un dispositivo que mide la velocidad con la que la onda de presión sanguínea viaja entre la arteria carótida (en el cuello) y la femoral (en la pierna), un parámetro conocido como velocidad de onda de pulso carotídeo-femoral (PWV). Cuanto más alta es esta velocidad, mayor rigidez y envejecimiento presentan los vasos.
Se comprobó que, en mujeres con COVID leve, la PWV aumentó en 0,55 m/s; en las hospitalizadas en planta, en 0,60 m/s; y en las que requirieron cuidados intensivos, en 1,09 m/s. Los expertos señalan que un incremento de solo 0,5 m/s ya equivale a unos cinco años extra de envejecimiento vascular y a un aumento del 3% en el riesgo de problemas cardiovasculares en mujeres de 60 años. Además, se observó que las personas vacunadas presentaban vasos más flexibles en comparación con las no vacunadas, y que a largo plazo la rigidez tendía a estabilizarse o mejorar ligeramente.
Las diferencias entre hombres y mujeres podrían deberse a que las mujeres suelen desarrollar una respuesta inmune más rápida y potente frente al coronavirus que podría incrementar el daño vascular posteriormente
La profesora Rosa Maria Bruno, de la Université Paris Cité y responsable del estudio, explicó que el virus utiliza unos receptores presentes en la pared de los vasos sanguíneos —que se conocen como enzima convertidora de angiotensina 2 (ECA2)— para introducirse en las células, lo que podría alterar su funcionamiento y acelerar su envejecimiento.
También señaló que las diferencias entre hombres y mujeres podrían deberse a la respuesta inmune, ya que las mujeres suelen desarrollar una reacción más rápida y potente frente al coronavirus y, aunque esto protege de la infección, también podría incrementar el daño vascular posteriormente.
La buena noticia es que el envejecimiento vascular se puede medir con relativa facilidad y existen tratamientos disponibles para contrarrestarlo: desde cambios en el estilo de vida, hasta medicamentos que reducen la presión arterial o el colesterol. Los investigadores insisten en la importancia de detectar a tiempo a las personas con mayor riesgo para prevenir complicaciones graves como el infarto o el ictus.
Un editorial que acompaña el estudio2 subraya que, aunque la amenaza inmediata de la pandemia ha disminuido, el síndrome post-COVID sigue siendo un desafío: la OMS lo define como síntomas que aparecen tres meses después de la infección y duran al menos dos. Se calcula que hasta el 40% de quienes superaron la enfermedad lo desarrollan. Los expertos concluyen que el COVID-19 ha dejado una huella en nuestras arterias, especialmente en las mujeres, y que el reto ahora es encontrar cómo minimizar ese impacto y proteger la salud cardiovascular a largo plazo.
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- 1
Bruno, Rosa Maria, et al. “Accelerated Vascular Ageing after COVID-19 Infection: The CARTESIAN Study.” European Heart Journal, Aug. 2025, https://doi.org/10.1093/eurheartj/ehaf430.
- 2
Bukhari, Syed, et al. “COVID-19 and Vascular Ageing: An Accelerated yet Partially Reversible Clock?” European Heart Journal, Aug. 2025, https://doi.org/10.1093/eurheartj/ehaf590.
Actualizado: 18 de agosto de 2025