La contaminación por tráfico empeora el asma infantil

El frío seco provoca un aumento de partículas tóxicas en el ambiente –procedentes del tráfico de vehículos y la combustión–, lo que afecta a los bronquios y empeora las crisis de asma y las alergias respiratorias en los niños.
La contaminación por tráfico empeora el asma infantil

Un estudio que se ha llevado a cabo en Barcelona –y que ha publicado la revista Environmental Pollution– ha comprobado que el frío seco provoca que aumenten los niveles de partículas tóxicas en el ambiente, procedentes sobre todo del tráfico de vehículos y la combustión.

Por este motivo, si a la contaminación ambiental por tráfico de finales del otoño se añade que en el interior de los hogares también existe una mayor concentración de ácaros y humos porque se ventila menos, la consecuencia es que los niños con los bronquios inflamados a causa del asma, tienen una mayor propensión a sufrir crisis asmáticas que precisen su ingreso hospitalario.

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Otra investigación que se realizó en diez ciudades europeas, y cuyos resultados publicó The European Respiratory Journal reveló que los niños que residen a menos de 75 metros de distancia de una vía con mucho tráfico tienen un 14% más riesgo de desarrollar asma.

El frío seco y la contaminación del tráfico provocan un empeoramiento de los síntomas en niños con asma o alergias respiratorias

Como explica el Dr. Javier Torres, coordinador del Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergia y Asma Pediátrica (SEICAP), las personas con asma tienen los bronquios inflamados y estrechados –lo que les dificulta la respiración–, y tanto el aire frío como las partículas de dióxido de azufre o dióxido de carbono –que irritan las vías aéreas– provocan un agravamiento de síntomas como las sibilancias (pitos), la tos, o la sensación de ahogo.

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En el caso de padecer una alergia respiratoria, como la rinitis (según datos de la SEICAP este tipo de alergia afecta al 9% de los niños menores de cinco años, y a entre el 20 y el 30% de los adolescentes de entre 13 y 15 años), los agentes contaminantes externos también actúan como irritantes, empeorando la sintomatología. Los pediatras alergólogos afirman que el otoño es la peor época del año para los niños con este tipo de afecciones, y aconsejan que se evite siempre que sea posible que los pequeños transiten por zonas con mucho tráfico.

Fuente: Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergia y Asma Pediátrica (SEICAP)

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Actualizado: 2 de octubre de 2017

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