Síndrome de aspiración meconial

Antes o después del parto, el bebé puede sufrir el síndrome de aspiración meconial, un trastorno respiratorio cuyas consecuencias pueden ser graves para el recién nacido. Descubre qué lo causa y cómo actuar.
Ilustración del síndrome de aspiración meconial

Si el bebé hace su primera deposición meconial antes de nacer y al pasar a través del canal del parto aspira el meconio, éste podría obstruir sus bronquios.

Por: Dra. María Teresa Romero Rubio

Pediatra en el Hospital de Manises (Valencia)

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

El síndrome de aspiración meconial (SAM) es el trastorno respiratorio que sufre el recién nacido por el paso de meconio a su vía respiratoria, bien intraútero o bien en el momento del parto. Pese a que es algo poco frecuente, sus consecuencias pueden ser muy graves para la salud del bebé. Te contamos cuáles son sus causas, manifestaciones clínicas, cómo prevenirlo y cuál es su tratamiento.

Llamamos meconio a las primeras deposiciones (heces) del recién nacido. El meconio es una sustancia negra-verdosa que se forma poco a poco en el intestino del bebé a lo largo de todo el embarazo. Está formado por una mezcla de líquido amniótico, bilis y células desprendidas del tubo digestivo que va adquiriendo una consistencia característicamente compacta y muy pegajosa. Durante el embarazo, la nutrición del bebé se realiza exclusivamente a través de la placenta, no del aparato digestivo. Sin embargo, sí pueden ingerir pequeñas cantidades de líquido amniótico, lo que irá generando ese residuo intestinal que será el futuro meconio, que en condiciones normales será expulsado una vez el bebé esté fuera del útero materno.

Sin embargo, algunas circunstancias pueden hacer que el bebé haga su primera deposición meconial antes de nacer, dando a las aguas (líquido amniótico) un color verdoso y turbio en lugar del aspecto claro normal. Si durante el paso a través del canal del parto el bebé aspira el meconio y éste pasa a la vía respiratoria (síndrome de aspiración meconial), existe el grave peligro de que obstruya los bronquios produciendo insuficiencia respiratoria aguda, que en algunos casos puede ser mortal.

Aproximadamente entre un 5-15% de los partos existe líquido amniótico meconial, pero sólo un 5% de ellos desarrollarán un SAM. Afortunadamente, la vigilancia médica del parto en los hospitales ha disminuido su incidencia.

Mujer durante el parto
El estrés o sufrimiento fetal antes o durante el parto pueden hacer que el bebé realice su primera deposición estando aún en el vientre materno.

Causas del síndrome de aspiración meconial

En circunstancias habituales, cuando un parto transcurre de forma normal, el bebé no inicia sus deposiciones hasta que ha salido del útero materno. Sin embargo, las situaciones que favorecen el estrés o sufrimiento fetal durante el parto pueden hacer que el esfínter anal se relaje, con lo que el feto realiza su primera deposición estando todavía dentro del vientre de su madre, pudiendo dar lugar al peligroso síndrome de aspiración meconial (SAM).

Cualquier situación que favorezca la falta de oxígeno (o hipoxia) durante el trabajo de parto puede acelerar la evacuación de meconio intraútero. Esto se debe a que el feto reserva el poco oxígeno que tiene para sus órganos vitales (corazón, cerebro, hígado…) y relaja el resto de órganos, como el aparato digestivo, lo que puede hacer que se expulse el meconio.

Algunos factores de riesgo que pueden causar o provocar la aparición del síndrome de aspiración de meconio son:

  • Embarazo prolongado: los embarazos más allá de la 41 semanas incrementan el riesgo de líquido amniótico meconial. Por ello cuando una embarazada no ha dado a luz antes de la semana 42, suele ingresar de forma programada para inducción del parto.
  • Hipertensión arterial en la madre (lo que se conoce como preeclampsia y eclampsia).
  • Madre con diabetes no controlada.
  • Trabajo de parto prolongado o complicaciones durante el parto que hacen que el expulsivo se alargue: distocias, malposiciones del feto…
  • Ser madre fumadora.
  • Recién nacidos con retraso de crecimiento intrauterino (bebés que son más pequeños que lo que cabría esperar para su edad gestacional).
Una mujer que ha roto aguas observa su color verdoso

Unas aguas verdes, marrones o con restos de sangre, siempre son una señal que alerta de la presencia de meconio.

Síntomas del síndrome de aspiración meconial y complicaciones

Al ser el meconio una sustancia de color negruzco-verdoso, tiñe rápidamente el líquido amniótico de un color verdoso. Por ello, uno de los primeros síntomas de alarma para la madre es el color verde de las aguas si rompe la bolsa antes de llegar al hospital. Unas aguas verdes, marrones o con restos de sangre (que no sean de color claro), siempre deben ser una señal de alerta para la madre, que deberá acudir a un centro hospitalario a la mayor brevedad posible.

La aspiración del líquido meconial puede ocurrir antes, durante o inmediatamente después del parto. La gravedad dependerá de la cantidad de líquido, consistencia del mismo y el tiempo que haya permanecido en las vías respiratorias del bebé.

En estos casos, el recién nacido suele estar impregnado en meconio, y se puede observar éste también en el cabello y por debajo de las uñas. Si el bebé aspira el líquido meconial y este pasa a la vía respiratoria los síntomas pueden ser diversos:

  • Puntuación baja en el test de Apgar (< 5 al minuto).
  • Coloración azulada de la piel y los labios por la falta de oxígeno.
  • Frecuencia cardíaca baja.
  • Hipotonía, escasos movimientos fetales.
  • Distintos grados de dificultad respiratoria: apnea (ausencia de respiración), taquipnea (respiración demasiado rápida), tiraje (respiración entrecortada utilizando la musculatura abdominal), aleteo nasal…

La obstrucción de los bronquios por el meconio puede dar lugar a que algunas zonas del pulmón queden colapsadas, lo que se conoce con el nombre de atelectasia. Además, la sobreinfección del meconio por algunos gérmenes puede producir neumonía. Al ser el meconio una sustancia químicamente muy agresiva, puede dañar el tejido pulmonar creando también áreas de neumotórax (salida de aire fuera del pulmón).

Tratamiento en la sala de parto del síndrome de aspiración meconial

Si en el parto se observa que las aguas están teñidas de meconio el pediatra evaluará en el momento del nacimiento al recién nacido.

Tratamiento del síndrome de aspiración meconial

Como en otras enfermedades, el mejor tratamiento para el síndrome de aspiración meconial (SAM) es la prevención. Por ello, cuando en el parto se observe que las aguas están teñidas de meconio (color verde o marrón) se avisará siempre al pediatra que estará presente en el momento del nacimiento.

Si el bebé nace llorando y con una buena adaptación neonatal en los primeros minutos, el pediatra sencillamente lo observará para comprobar que la respiración y frecuencia cardiaca son las adecuadas. Si todo está bien pasará con su madre.

En el caso de que el bebé no nazca llorando, directamente se le colocará en la cuna de reanimación para que el pediatra, antes de estimularle para forzar el llanto, le realice una laringoscopia (visualización directa de la glotis o inicio de la vía respiratoria con un laringoscopio) para ver que la vía aérea está libre de meconio. Si esto es así, se continuará con la estimulación habitual hasta que el niño llore. Esto es lo que suele pasar en la mayoría de las ocasiones.

Si el pediatra observa meconio en la vía respiratoria al realizar la laringoscopia se le aspirará con una sonda. Si no inicia llanto espontáneo y manifiesta los síntomas antes mencionados que sugieran que pueda haber aspirado meconio, será necesario colocar un tubo en la tráquea para iniciar la ventilación asistida (intubación). Afortunadamente, estos casos son los menos frecuentes.

En el caso de una aspiración meconial que requiera intubación, suele ser necesaria la ventilación artificial y el paso del bebé a una unidad de cuidados intensivos neonatales. El tratamiento del síndrome de aspiración del meconio en estos casos incluye, además del soporte respiratorio, antibióticos y administración pulmonar de surfactante, una sustancia que ayuda a las células del tejido pulmonar a aumentar el intercambio gaseoso.

En el caso de que el SAM asocie complicaciones como atelectasia o neumotórax, las consecuencias pueden ser más severas. La muerte neonatal, aunque infrecuente, es una de las posibilidades.

Afortunadamente, el aumento del control neonatal y los protocolos de seguimiento del parto que se realizan en todos los hospitales evitan en la mayoría de ocasiones llegar hasta este extremo.

Creado: 18 de abril de 2016