Dr. Gonzalo Guerra Flecha

Hepatólogo experto en hígado graso y fundador del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas
El hígado graso no alcohólico es una patología muy vinculada a la obesidad y la diabetes, ya que el 90% de los afectados son obesos. El Dr. Guerra, hepatólogo, explica sus características y cómo se trata.
Dr. Gonzalo Guerra Flecha
“Hoy día es muy difícil que una esteatosis hepática pueda pasar desapercibida, pero si no se detecta la enfermedad el riesgo de evolución perniciosa es alto, incluso hasta ocasionar una cirrosis hepática, patología ya irreversible”

24/09/2015

El Hígado Graso no Alcohólico (EHGNA) es una enfermedad hepática estrechamente vinculada con la obesidad y la diabetes, ya que el 90% de los afectados son obesos, mientras que el 75% de ellos sufre también diabetes mellitus tipo II, y alrededor del 30% presenta niveles elevados de colesterol o triglicéridos, según estimaciones de la Sociedad Española de Patología Digestiva. Como explica el Dr. Gonzalo Guerra Flecha, hepatólogo y fundador del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (www.cmed.es), la detección y el tratamiento precoz de esta enfermedad evitan que se produzcan complicaciones, sin embargo, en sus etapas iniciales suele ser asintomática, por lo que el control del peso y de las calorías ingeridas y la práctica de ejercicio físico son claves para prevenir y tratar el hígado graso.

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¿Cuáles son las causas o factores de riesgo de la Enfermedad por Hígado Graso no Alcohólico (EHGNA)?

El hígado graso o esteatosis hepática es una patología que consiste en la infiltración anómala de grasa dentro del tejido hepático, y que dependiendo de la intensidad puede ser más o menos grave.  Esta sobrecarga hepática de grasa puede conllevar una dificultad en el funcionamiento por parte del hígado, y es necesario saber que el hígado es nuestra cocina, que ha de funcionar a la perfección.

Las causas de esta patología no están demasiado claras, pero sí es verdad que el sobrepeso, el hecho de no quemar las calorías que se ingieren, y cierta predisposición, son las hipótesis más barajadas.

¿Existe una predisposición genética a desarrollar esta enfermedad?

Sí, existe una predisposición genética, ya que hay pacientes afectados por esta patología y que no tienen sobrepeso, no son bebedores, y también hacen ejercicio físico. Aunque en la gran mayoría de estos casos la enfermedad no suele implicar gravedad.

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La EHGNA se asocia a la diabetes tipo II y a la obesidad, ¿deberían las personas obesas o diabéticas realizarse alguna prueba para comprobar si también padecen hígado graso?

Efectivamente, los diabéticos pueden tener un riesgo más elevado de padecer esta enfermedad, pero también es cierto que son conocedores de ello porque el endocrinólogo (el especialista en tratar a los diabéticos), ya les advierte de esta posibilidad y, por tanto, les recomienda hacer el ejercicio físico más adecuado y el consumo de calorías que necesitan en cada caso.

Si la enfermedad no se detecta y trata, ¿qué consecuencias puede tener para la salud del afectado?

Cuando no se detecta la enfermedad del hígado graso, el riesgo de evolución perniciosa es alto, pudiendo evolucionar incluso hasta ocasionar una cirrosis hepática, patología ya irreversible. La cirrosis hepática es una fibrosis del tejido hepático, que impide el correcto funcionamiento de este órgano y, en consecuencia, el resto del organismo sufre las consecuencias. Sin embargo, hoy día es muy difícil que una esteatosis hepática pueda pasar desapercibida, dado que los medios diagnósticos son muchos y muy efectivos.

No es suficiente con pensar o decir ‘yo no como grasas’, porque esa no es la cuestión. Los elefantes no comen grasas y se sabe que padecen la esteatosis hepática

¿Qué podemos hacer para prevenir la EHGNA?

Como ocurre en otras patologías la prevención es fundamental y, además, en este caso es fácil. Controlar el consumo de calorías y procurar cuidar la alimentación es muy importante. Para prevenir esta enfermedad no es suficiente con pensar o decir ‘yo no como grasas’, porque esa no es la cuestión. Los elefantes no comen grasas y se sabe que padecen la esteatosis hepática. Se trata de la grasa que genera el propio hígado y que no quemamos con un consumo calórico adecuado.

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¿Es cierto que los remedios de herbolario elaborados con cardo mariano pueden ser beneficiosos para el hígado?

Sin duda pueden ser muy beneficiosos. Hoy disponemos de remedios homeopáticos muy eficaces, como pueden ser el extracto de cardo mariano con pequeñas cantidades de vitamina E, o infusiones que favorezcan la buena secreción y excreción de la bilis (alcachofa, cinarobilina, boldo, entre otros).

¿Cómo se trata el hígado graso? ¿Se puede curar la enfermedad?

De todo lo dicho, se deduce que el mejor tratamiento para esta patología es la disminución de la ingesta de alimentos y la práctica de ejercicio más o menos moderado, según la capacidad física de cada paciente.  Yo suelo recomendar caminar al menos una hora diaria a 120 pasos por minuto, es decir, unos 5/6 Km día, y esto es suficiente, insistiendo en la necesidad de reducir la ingesta de alimentos para cuidar la línea, y que acudan al hepatólogo al menos dos veces al año para que les realicen una ecografía específica y unos análisis en los que se refleje la evolución de la enfermedad.

El mejor tratamiento para esta patología es la disminución de la ingesta de alimentos y la práctica de ejercicio moderado, según la capacidad física de cada paciente

En el caso de la esteatosis hepática asociada al consumo de alcohol, ¿la enfermedad revierte si el individuo deja de beber alcohol?

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Sí, desde luego. En estos casos recomendamos que no consuman alcohol, pero no es porque sean bebedores habituales de cantidades superiores a 35 gr diarios de alcohol neto, sino porque el alcohol acelera la fijación de la grasa en el tejido hepático y, en consecuencia, es más difícil el tratamiento.

En los alcohólicos, o en aquellos pacientes que sin serlo consuman más de 50 gr de alcohol neto diario, al hígado graso se añade la lesión que el alcohol produce en las células hepáticas, lo que conduce al agravamiento de la enfermedad y a consecuencias mucho más peligrosas. Los pacientes que más nos preocupan son los que beben alrededor de 60 gr de alcohol neto diariamente, una cantidad muy superior a la recomendable, y que ya no solo puede dañar permanentemente al hígado, sino que también puede provocar otras patologías.

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