Prevención de la hipoacusia o sordera
Bióloga
Revisado: Dr. José Antonio Nuevo González
Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Actualizado: 29 de julio de 2022
Como en otras enfermedades, la prevención de la hipoacusia, sordera o pérdida de audición radica en evitar en la medida de lo posible la presencia de los factores de riesgo que la originan. En los casos en los que la hipoacusia sea genética, la prevención no es posible, pero sí la temprana detección y puesta en marcha de mecanismos para su adaptación y tratamiento según el caso.
En las hipoacusias debidas a infecciones o perforaciones timpánicas hay que hacer hincapié en que cuando estos procesos se presenten en el niño, deben tratarse adecuadamente con las medidas prescritas por su médico, y evitando sumergirse en el agua o haciéndolo con tapones indicados para ese fin.
En otros casos como las hipoacusias relacionadas con el ámbito laboral, el establecimiento de medidas de prevención de riesgos acústicos mediante normativas en las empresas ha hecho disminuir su incidencia, pero debe vigilarse su cumplimiento por parte de empleado y empresa. Es aconsejable la exposición al ruido controlada en el tiempo de trabajadores de fábricas, aeropuertos, personal de la construcción, músicos…, además de utilización de elementos de protección auditiva.
En ámbitos más domésticos, deben evitarse volúmenes elevados en dispositivos de música mediante auriculares, ambientes excesivamente ruidosos, etcétera, con el fin de promover una higiene auditiva saludable.
También deben tenerse en cuenta que muchos medicamentos (antiinflamatorios, antibióticos…) pueden ser tóxicos para el oído y esto debe ser valorado minuciosamente a la hora de prescribirlos a personas con alteraciones de la audición, especialmente ancianos.
Creado: 18 de octubre de 2016