Tuberculosis
La tuberculosis es una infección bacteriana, un quebradero de cabeza que lejos de erradicarse es, aún hoy, la segunda enfermedad infecciosa con mayor número de afectados tras el sida, y la más letal. Descubre cómo combatirla.

Tuberculosis en situaciones especiales

Sergio García Escrivá

Por: Sergio García Escrivá

Licenciado en Farmacia

Actualizado: 23 de septiembre de 2022

Veamos cómo se comporta la tuberculosis en determinadas situaciones especiales, como en pacientes con VIH, embarazadas o mujeres lactantes y niños:

Tuberculosis y VIH

La tuberculosis es una patología infecciosa muy frecuente en enfermos de sida; y es, de hecho, la principal causa de muerte en estos pacientes. Muchos de ellos descubren que están enfermos de sida cuando desarrollan esta u otras infecciones.

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Cuando una persona contacta con el virus del VIH, puede contraerlo y desarrollar la enfermedad (sida). Si finalmente la desarrolla, las defensas del paciente disminuyen considerablemente, siendo más susceptible a contraer infecciones. Debido a esto, los pacientes con sida tienen muchas más probabilidades de desarrollar la tuberculosis si adquieren la bacteria (recordemos que aproximadamente un 90% de las personas sanas no desarrolla la enfermedad, ya que su sistema inmune es capaz de destruir la bacteria). Si un paciente con VIH entra en contacto con la bacteria de la tuberculosis, debe seguir un tratamiento preventivo para intentar evitar el crecimiento de la bacteria.

Niño con síntomas de tuberculosis

En caso de que desarrollen la infección, deberán tomar el tratamiento habitual. En estos pacientes, el tratamiento de la tuberculosis es básicamente el mismo, aunque prolongado en el tiempo (en algunos casos, se puede necesitar una terapia más agresiva). La medicación para el VIH (antirretrovirales) puede interaccionar con los antibióticos para la tuberculosis. En este caso, el médico decidirá qué es más conveniente para el paciente.

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Tuberculosis en el embarazo y la lactancia

En principio, la terapia a utilizar en mujeres embarazadas afectadas por tuberculosis es la misma. Solo uno de los antibióticos, la pirazinamida, está contraindicada. El resto pueden utilizarse. La radiografía de tórax puede realizarse con protección para el bebé; y las pruebas de diagnóstico para descubrir si una mujer embarazada está contagiada tampoco están contraindicadas.

Durante la lactancia tampoco hay problemas con los antibióticos. La cantidad que se expulsa con la leche es mínima y no supone riesgo para el lactante.

Tuberculosis en la infancia

La terapia es la misma para la tuberculosis en niños, pero ajustando las dosis al peso del pequeño. Solo un antibiótico, el etambutol, está contraindicado (por ser difícil evaluar su toxicidad ocular en los niños).

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Generalmente, un niño no se contagia fácilmente y, si lo hace, desarrolla la enfermedad más rápido que el adulto. Por ello, si un niño enferma de tuberculosis, lo más probable es que un adulto de su entorno esté enfermo y le haya contagiado. Debe ser investigado y tratar también al adulto, que puede desconocer su afección.

Creado: 4 de agosto de 2010

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