Tuberculosis
La tuberculosis es una infección bacteriana, un quebradero de cabeza que lejos de erradicarse es, aún hoy, la segunda enfermedad infecciosa con mayor número de afectados tras el sida, y la más letal. Descubre cómo combatirla.

Qué es la tuberculosis

Sergio García Escrivá

Por: Sergio García Escrivá

Licenciado en Farmacia

Actualizado: 8 de noviembre de 2023

La tuberculosis (TB) es una infección producida por una bacteria de la familia de las micobacterias; principalmente, Mycobacterium tuberculosis (aunque hay otras micobacterias que pueden producir la enfermedad: Mycobacterium africanum, M. bovis, M. canetti, y M. microti). Habitualmente provoca tos, fiebre, expectoración, en ocasiones con sangre, cansancio, e incluso pérdida de peso.

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La TB es una enfermedad altamente contagiosa que se transmite de persona a persona a través del aire, cuando una persona con tuberculosis activa en los pulmones tose o estornuda, liberando pequeñas partículas de saliva que contienen las bacterias.

Esta enfermedad infecciosa también es conocida como bacilo de Koch en referencia a su forma alargada y a su descubridor, Robert Koch, que consiguió, en 1882, aislar la bacteria de las flemas expulsadas por pacientes con síntomas similares. De esta forma, pudo demostrar que era contagiosa, y que separando a estos pacientes de las personas sanas (la conocida cuarentena) se impedía la diseminación de la bacteria. 

Tipos de tuberculosis

Se pueden clasificar varios tipos de tuberculosis según su ubicación en el cuerpo o su gravedad. Los principales tipos de tuberculosis incluyen:

  • Tuberculosis pulmonar: es el tipo más común de tuberculosis y afecta a los pulmones. Los síntomas típicos incluyen tos persistente, producción de esputo con sangre, dolor en el pecho, fiebre, sudores nocturnos y pérdida de peso. La tuberculosis pulmonar es la forma más contagiosa de la enfermedad, ya que las bacterias se expulsan al aire cuando una persona infectada tose o estornuda.
  • Tuberculosis extrapulmonar: a pesar de que la localización pulmonar es la más frecuente, la bacteria de la tuberculosis puede crecer en otros muchos lugares del organismo. Es lo que se conoce como tuberculosis localizada, ya que solo afecta a un órgano. Algunos de estos son, además del pulmón: piel, tracto gastro-intestinal (estómago, intestino y otros órganos asociados), ganglios linfáticos, riñón y cerebro. La bacteria puede alcanzar el cerebro produciendo una meningitis tuberculosa, que es muy peligrosa y muy difícil de tratar. Los síntomas varían según la ubicación de la infección.
  • Tuberculosis miliar: la tuberculosis puede diseminarse (tuberculosis diseminada) por todo el cuerpo a través del torrente sanguíneo alcanzando muchos órganos a la vez, lo que lleva a múltiples pequeñas lesiones en varios órganos. Los síntomas pueden incluir fiebre, fatiga, pérdida de peso y debilidad generalizada. Esta forma es muy grave, y suele aparecer en personas en las que el sistema inmune está debilitado o es casi inexistente.
  • Tuberculosis latente: en este caso, una persona está infectada con la bacteria de la tuberculosis, pero no muestra síntomas activos ni es contagiosa. Sin embargo, las bacterias permanecen en el cuerpo y pueden volverse activas en el futuro si el sistema inmunológico se debilita. El tratamiento preventivo a menudo se recomienda para personas con tuberculosis latente para evitar que se desarrolle la forma activa de la enfermedad.
  • Tuberculosis resistente a los medicamentos: algunas cepas de Mycobacterium tuberculosis pueden volverse resistentes a los medicamentos antituberculosos estándar debido a un uso inadecuado de los medicamentos o una adherencia deficiente al tratamiento. Este tipo de tuberculosis se subdivide en tuberculosis multirresistente (MDR-TB), que es resistente a al menos dos de los medicamentos de primera línea, y tuberculosis extremadamente resistente (XDR-TB), que es resistente a medicamentos de primera y segunda línea, lo que limita las opciones de tratamiento.

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Es importante señalar que la tuberculosis es una enfermedad curable, y el tratamiento está disponible para todas las formas de la enfermedad. La detección temprana, el diagnóstico adecuado y el tratamiento completo son cruciales para prevenir la propagación de la enfermedad y prevenir complicaciones graves. 

Incidencia de la tuberculosis en el mundo

Ningún país del mundo ha conseguido erradicar por completo la tuberculosis y, aunque se trata de una infección prevenible, es todavía la segunda enfermedad infecciosa más importante a nivel mundial (tras el SIDA) y la que más muertes produce –1,3 millones de personas en 2022, siendo también la principal causa de muerte entre las personas con VIH (167.000 personas)–, a pesar de los adelantos en el diagnóstico y la eficacia de los tratamientos.

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Cada día fallecen más de 4.000 personas en el mundo por culpa de la tuberculosis, mientras que alrededor de 30.000 contraen esta enfermedad, según datos de la OPS, que también señala que en las Américas mueren cada día 70 personas por su causa y enferman unas 800, y estima que en 2020 había en esta región 18.300 niños con tuberculosis, la mitad de los cuales tenían menos de cinco años.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que en 2022 enfermaron de tuberculosis 10,6 millones de personas en todo el mundo, de las que murieron a consecuencia de la enfermedad 1,3 millones, la mayoría en países poco desarrollados y de economía pobre.

De hecho, se estima que en torno al 80% de los casos y muertes por tuberculosis tiene lugar en países en vías de desarrollo, siendo una de las principales causas de fallecimiento entre las mujeres de entre 15 y 44 años. Alrededor del 87% de los nuevos casos de tuberculosis se produjeron en los 30 países con alta carga de tuberculosis, y más de dos tercios del total mundial se concentran en Bangladesh, China, Filipinas, la India, Indonesia, Nigeria, el Pakistán y la República Democrática del Congo.
Infección por tuberculosis

Aunque el último informe de la OMS sobre tuberculosis (Global TB Report) revela que la incidencia de la TB se está reduciendo en los últimos años, la carga de la enfermedad continúa siendo elevada en las poblaciones marginadas y con escasos recusos económicos, y estima que más de 10,6 millones de personas desarrollaron tuberculosis en 2023, 5,8 millones de hombres, 3,5 millones de mujeres y 1,3 millones de niños, pero solo 7,5 millones fueron detectadas y notificadas, y unos tres millones todavía no reciben los cuidados que necesitan, debido a unas estructuras sanitarias deficientes que no les proporcionan el diagnóstico y tratamiento adecuados. En estos países, además, tampoco se reportan a las autoridades todos los casos detectados.  

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La tuberculosis multirresistente (TB-MDR) sigue siendo una crisis de salud pública. Si bien se estima que en 2022 unas 410.000 contrajeron tuberculosis multirresistente o resistente a la rifampicina (TB-MDR/RR), solo dos personas de cada cinco tuvieron acceso a tratamiento.

 

Tuberculosis en España

En España se registra una media de nueve casos nuevos por 100.000 habitantes y año, según datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), que indicaba que en 2018 se registraron 4.389 casos de tuberculosis, siendo Cataluña con 944 pacientes, Andalucía con 604, y Madrid con 574 las comunidades autónomas con mayor número de casos registrados.

Por su parte, el último informe de la OMS contabiliza que se notificaron un total de 3.698 casos en 2022 en nuestro país.

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Según el informe del European Centre for Disease Prevention and Control (2023) es el sexto país de la Unión Europea con más casos notificados. Desde este organismo advierten que aunque los casos de tuberculosis están disminuyendo en la mayoría de los países europeos, no descienden lo suficientemente rápido como para pensar que sea posible erradicar la enfermedad en las regiones con menor incidencia en el año 2030 como estaba previsto. Para la SEPAR, mejorar el control de casos, garantizar el abastecimiento de fármacos e incentivar la investigación son las tres medidas prioritarias para acelerar la tendencia a la baja.

COVID-19 y tuberculosis

La pandemia por COVID-19 ha tenido un impacto negativo sobre la Estrategia Fin de ;la Tuberculosis de la Organización Mundial de la Salud (OMS); de hecho, en 2020, y por primera vez en más de 10 años, se incrementó el número de muertes por tuberculosis, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la agencia sanitaria de la ONU. Además, la OMS considera que los retrasos en el diagnóstico de TB a consecuencia de la pandemia "sugieren que la incidencia de TB podría aumentar a nivel mundial en 2022 y 2023", en concreto, este organismo estima que el número de casos de tuberculosis podría aumentar un 5% en los próximos años.

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Por ello, la OPS ha pedido a los gobiernos y las autoridades sanitarias de todos los países que se inviertan más recursos “para garantizar el acceso equitativo a la prevención y la atención, en línea con el impulso de la OMS para lograr la Cobertura Sanitaria Universal”.

Por su parte, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha explicado que durante la pandemia por COVID-19 el fenómeno conocido como 'covidcentrismo', que consiste en centrar los recursos y esfuerzos en atender a los pacientes con infección por coronavirus, ha tenido como consecuencia un descenso del 23,9% en la notificación de casos de tuberculosis en España en 2021, en comparación con los dos años anteriores (2020 y 2019), según datos del Plan Nacional de Tuberculosis del Ministerio de Sanidad. La menor notificación y el infradiagnóstico de TB ha conducido a un incremento de la mortalidad por su causa.

Creado: 4 de agosto de 2010

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