Tomillo, aromático y terapéutico
El tomillo se emplea desde hace siglos para aromatizar licores y aceites, para sazonar guisos, como insecticida, o para elaborar perfumes. Pero esta planta también tiene aplicaciones terapéuticas. Conócelas.

Qué es el tomillo

Tomillo en ramillete
El tomillo debe cosecharse en primavera, y conservarse en un espacio aireado, seco, y alejado de la luz solar.
Jordi Cebrián

Por: Jordi Cebrián

Periodista especializado en plantas medicinales

Actualizado: 28 de febrero de 2023

Si hay una planta que simboliza el paisaje y el aroma del Mediterráneo es sin duda el tomillo. Adaptada a resistir con éxito las sequías pertinaces y a veces duraderas, pero también tormentas súbitas cargadas de granizo y heladas ocasionales, esta mata aromática ha estado muy estrechamente vinculada a la historia y las costumbres de los pueblos que han habitado en las riberas de este histórico mar.

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Se sabe que en el antiguo Egipto los ramilletes de tomillo se hacían hervir para elaborar pócimas milagrosas, pero también para perfumar los cadáveres embalsamados en solemnes rituales funerarios. En la antigua Grecia el tomillo era considerado símbolo de fuerza, de energía y frenesí; incluso el propio Galeno lo recomendaba para sanar las afecciones pectorales y ayudar a la expulsión de los parásitos intestinales. No obstante, lo más probable es que aludiera a una especie afín, el serpol, pues el tomillo es exclusivo del Mediterráneo occidental.

Lo cierto es que el tomillo se ha venido cosechando y empleando en la tradición popular desde la antigüedad, y es costumbre servirse de él no sólo como medicina natural, sino también como insecticida, como condimento culinario, para aromatizar licores y aceites, como conservante, o para elaborar perfumes, entre otros fines. El aceite esencial de tomillo, por su parte, se explota en Europa desde el siglo XVII, hasta llegar a convertirse en un elemento clave de la industria cosmética.

Tomillo
El tomillo otorga a nuestros platos un exquisito sabor.

Cómo es y dónde se encuentra el tomillo

El tomillo es una mata baja y densa, de entre 10 y 30 cm de alto, de tallos leñosos, con las hojas lineales, diminutas, recubiertas de una fina pilosidad, y las florecillas de color violáceo, rosa claro o blanco, agrupadas en el extremo superior de los ramilletes. Florece desde finales de marzo, pero sobre todo durante los meses de abril a junio. Cuando frotamos los ramilletes floridos nos impregnamos de su potente fragancia, que los expertos definen como caliente, especiada, penetrante y herbácea, y que emana de la esencia que contiene.

Tomillo
Existen unas 40 especies distintas de tomillo; la mayoría son propias de la mitad occidental del Mediterráneo, y sólo en la península ibérica contamos con 28, algunas de distribución muy limitada. El tomillo vulgar Thymus vulgaris es de largo la más común. De forma natural se distribuye por la mitad este de la península, más la Provenza, en el sur de Francia, y la costa oeste de Italia, en un arco que va desde Andalucía hasta las costas de Nápoles, aproximadamente.

En el centro y sur de la península el tomillo convive o es reemplazado por una especie muy similar, también muy fragante, el tomillo grácil Thymus zygis, que suele preferir ambientes más áridos.

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El tomillo vulgar resulta fácil de encontrar en el campo. Puede llegar a ser muy abundante y a conformar densos matorrales bajos –los tomillares o timonedes en catalán–, que en primavera se colman de flores, y de insectos dispuestos a polinizarlas. Aparece en monte bajo, en laderas pedregosas, collados secos, y en prados abiertos, asociado a veces al romero, la lavanda y la salvia, con los que está emparentado. Se encuentra casi desde el nivel del mar hasta rozar los dos mil metros de altitud en algunos puntos de los Prepirineos y los montes del Sistema Ibérico.

El tomillo debe cosecharse preferentemente en el punto álgido de su floración, en primavera, y los ramilletes deben ser guardados en un espacio aireado y seco, alejado de la luz solar directa y de todo foco de humedad. Te recomendamos que coseches una pequeña parte de varias matas, antes que ensañarte con una sola o unas cuantas matas, evitando arrancarla de raíz, de modo que no se note que has pasado por allí. 

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Creado: 14 de mayo de 2015

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