Las infusiones frías son una alternativa saludable a los refrescos y al alcohol en verano, y pueden incluir plantas medicinales con principios activos beneficiosos para la salud. Te proponemos recetas para disfrutarlas en casa.
Infusiones frías de verano, beneficios para la salud
En los meses de verano, cuando las temperaturas se disparan y caminar por las calles se convierte en un suplicio, nuestro cuerpo nos pide a gritos una hidratación suplementaria. La sensación de sed es el aviso que nuestro organismo nos envía, vía cerebro, para predisponernos a la necesaria acción de beber líquido, y nada mejor que el agua para colmarla, sin embargo, la mayoría suele optar por opciones más llamativas, pero menos saludables, como refrescos edulcorados, bebidas alcohólicas (cerveza, tinto de verano, cócteles…), u otras opciones calóricas como la horchata, los granizados o los zumos.
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Hoy te vamos a sugerir una alternativa muy refrescante y más saludable para hidratarte en verano: las infusiones frías.
Ventajas de las infusiones como alternativa a los refrescos
Los refrescos azucarados y la cerveza son las bebidas más solicitadas estas semanas de estío, y según un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid los hogares españoles consumen 2.120 millones de litros de gaseosas y otras bebidas refrescantes al año –en los que se gastan más de 1.600 millones de euros–, lo que supone un consumo medio per cápita de casi 47 litros anuales. Y, como es fácil adivinar, la cola es la bebida más consumida.
Las bebidas gaseosas contienen un alto porcentaje de azúcares refinados, pero también de conservantes, colorantes y otros aditivos como la cafeína o el glutamato monosódico, que es un potenciador de sabor. Un consumo continuado y abusivo de estas bebidas, ya desde edades tempranas, puede generar a la larga determinados problemas de salud, como sobrepeso, diabetes, hipertensión, alergias, debilitamiento óseo, trastornos renales, incluida la formación de piedras en el riñón, y deterioro del esmalte dental.
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Por otro lado, el gas añadido a este tipo de bebidas las hace más apetecibles, pero también más adictivas, y pueden inflar el abdomen por formación de gases, producir aerofagia, irritación en las mucosas gástricas y meteorismo. No solo eso, en algunos casos generan una sensación engañosa de saciedad, con lo que dejamos de ingerir nutrientes que podemos precisar.
Las infusiones frías suponen una alternativa saludable y variada a los refrescos convencionales y tienen la ventaja de poder incluir una variada gama de plantas medicinales con texturas y sabores muy diferenciados, que nos aportan además los beneficios terapéuticos que derivan de los principios activos que contienen. Algunos de estos principios activos con beneficios para nuestra salud son los flavonoides y las antocianinas, presentes especialmente en sus pigmentos, y que muestran una gran capacidad antiinflamatoria y antioxidante.
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No menos destacables son las cumarinas –que suelen tener efectos tónicos sobre las venas, los taninos –que actúan como potentes astringentes y hemostáticos–, las saponinas, con virtudes expectorantes, y los aceites esenciales, con efectos tónicos y digestivos. Cabe añadir también la importancia de estas hierbas por su alto contenido en nutrientes esenciales, sea sales minerales o vitaminas.
12 beneficios para tu salud de tomar infusiones frías en verano
Las principales ventajas y beneficios para la salud que aporta el consumo de infusiones frías en comparación con los refrescos son:
Las infusiones calman efectivamente la sed, no la distraen o la engañan a diferencia de los refrescos azucarados, que pueden producir efecto deshidratante (sobre todo los que contienen cafeína), las infusiones frías hidratan el organismo mientras aportan principios activos beneficiosos para la salud general.
Sin azúcares añadidos: las infusiones frías, si no se endulzan, están naturalmente libres de azúcares refinados y aditivos químicos, o su contenido en azúcar suele ser muy inferior al de los refrescos azucarados. A diferencia de los refrescos, que suelen contener jarabe de maíz de alta fructosa o edulcorantes artificiales como el aspartamo o la sucralosa, las infusiones no generan picos de glucemia, lo que ayuda a prevenir la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2.
Poder depurativo: la mayoría de las infusiones ejercen una función diurética y depurativa, muy adecuada en los meses de más calor. Nos ayudan a eliminar las toxinas por la orina y se revelan como un apoyo excelente para ayudar a perder peso. Plantas como el diente de león, la cola de caballo o la ortiga tienen propiedades diuréticas que favorecen la eliminación de toxinas a través de la orina. Esto contrasta con los refrescos, que por su contenido en sodio, cafeína o azúcares pueden favorecer la retención de líquidos.
Ricas en antioxidantes: los vivos colores de muchos frutos y flores se deben a pigmentos que actúan como eficaces antioxidantes y antiinflamatorios, y abundan las plantas que actúan como bálsamos digestivos. Así, las infusiones frías de plantas como el té verde, el hibisco o la menta contienen polifenoles y flavonoides con potente acción antioxidante. Estos compuestos ayudan a neutralizar radicales libres, retrasando el envejecimiento celular y reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas.
Cuidan tus defensas: los remedios herbarios pueden ejercer un efecto preventivo ante numerosas dolencias, y por ello son recomendables las combinaciones de plantas en las que se complementan las acciones que ejercen unas y otras, en un equilibrio buscado. Plantas como la equinácea, el tomillo o el jengibre —si se preparan en infusión y se enfrían— fortalecen las defensas naturales del cuerpo gracias a su acción antimicrobiana, antiviral y antiinflamatoria.
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Aporte de nutrientes: las infusiones que incorporan frutas nos aportan, aunque diluido, el beneficio nutricional de las sales minerales y las vitaminas que estas contienen. Por otro lado, las infusiones frías no solo no tienen calorías, sino que algunas favorecen el metabolismo de las grasas (como el té verde, la canela o el jengibre). Son, por tanto, un aliado en dietas de control de peso, al contrario que los refrescos, que pueden favorecer el sobrepeso y la obesidad.
Son digestivas: muchas plantas utilizadas en infusión fría (como el anís verde, la manzanilla o el hinojo) estimulan la producción de jugos gástricos, alivian el malestar estomacal y reducen gases, hinchazón o digestiones pesadas. Los refrescos, por el contrario, tienden a empeorar la dispepsia y fomentar la acidez.
Sin cafeína: se pueden tomar durante periodos relativamente largos, en dosis ponderadas, ya que no suelen generar adicción, salvo en casos excepcionales, y no suelen presentar efectos secundarios, aunque tampoco se debe abusar de su consumo. A excepción del té o el mate, la mayoría de las infusiones medicinales no contienen cafeína, por lo que no alteran el sueño ni el sistema nervioso. En cambio, muchos refrescos sí la contienen y pueden generar dependencia o trastornos del sueño.
Las infusiones con un toque amargo, como sucede con el té, la santolina o el rooibos, suelen ser más efectivas que las dulces para eliminar la sensación de sed, al igual que las plantas de sabor intenso y a veces con un toque picante como el jengibre o la salvia.
Mejoran el ánimo sin alterarte: infusiones de lavanda, pasiflora, valeriana o melisa en versión fría pueden aportar un suave efecto sedante, ayudando a reducir la ansiedad y favorecer el bienestar emocional, sin los efectos secundarios de los tranquilizantes ni el sobreestímulo de los refrescos con cafeína.
Se conservan dos o tres de días en la nevera y se les puede agregar hielo y adornar con hojas de menta, salvia o estevia.
Respetuosas con el medioambiente: preparar infusiones frías en casa con hierbas secas y agua reduce el consumo de envases de plástico y el impacto ambiental que genera la industria de bebidas azucaradas. Es una opción más sostenible y consciente.