Conjuntivitis
¿Tienes los ojos rojos, notas como arenilla bajo el párpado, secrección, algo de picor…? Es posible que padezcas conjuntivitis, la afección ocular más frecuente, tanto en adultos como en niños. Aprende a tratarla y prevenirla.

Qué es la conjuntivitis

Natalia Dudzinska

Por: Natalia Dudzinska Camarero

Bióloga, especialista en Microbiología Ambiental y Epidemiología

Dr. José Antonio Nuevo González

Revisado: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 5 de septiembre de 2022

La conjuntivitis es la inflamación o infección de la conjuntiva del ojo, que es una membrana mucosa y transparente que recubre el interior del párpado y la esclerótica (parte blanca del ojo). La inflamación suele causar enrojecimiento del ojo y secreción conjuntival. Las molestias generalmente comienzan en un ojo, pero como es muy contagiosa, suele extenderse al otro ojo si no se toman precauciones para evitarlo. Se trata de la afección ocular más frecuente, tanto en adultos como en niños, y no suele dar lugar a trastornos de gravedad.

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Es la enfermedad ocular más frecuente y suele ser un proceso sin excesiva importancia desde el punto de vista médico, pues suele resolverse en una o dos semanas sin secuelas. Suele estar producida por la interacción entre la conjuntiva y algún agente externo, bien sea infeccioso bien otro tipo de agente extraño. Esta interacción tiene como resultado la inflamación secundaria a la vulneración de los mecanismos defensivos de esta estructura ocular, como son las lágrimas y otras sustancias como las inmunoglobulinas y la lisozima. 

Puede afectar a los niños y a  los adultos, aunque algunos tipos de conjuntivitis son exclusivos de algunas edades como la de los recién nacidos (oftalmia neonatorum). Representa uno de los motivos más frecuentes de consulta oftalmológica urgente.

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La mayoría de las conjuntivitis son procesos agudos, pero la repetición de estos o las conjuntivitis por algunos agentes infecciosos más virulentos pueden llegar a cronificar la inflamación y entonces generar secuelas por cicatrizaciones complejas, o defectos en la capacidad de producir lágrima. Característicamente no suelen afectar a la agudeza visual.

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Creado: 12 de abril de 2011

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