Tos ferina
La tos ferina afecta sobre todo a niños y jóvenes, y es muy peligrosa para los bebés menores de seis meses, que pueden sufrir serias complicaciones e, incluso, morir. Por suerte, existe una vacuna para prevenirla.

Qué es la tos ferina y cómo se contagia

Sergio García Escrivá

Por: Sergio García Escrivá

Licenciado en Farmacia

Dr. José Antonio Nuevo González

Revisado: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 2 de febrero de 2024

Qué es la tos ferina o tos convulsiva

La tos ferina (también conocida como coqueluche o tos convulsiva) es una infección respiratoria producida por la bacteria Bordetella pertussis. Se trata de una patología cuyo principal síntoma es una tos muy característica, tan intensa que el paciente, en general niños o adolescentes jóvenes, debe tomar una bocanada de aire muy forzada y que produce un sonido muy definitivo para el diagnóstico.

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Además de caracterizarse por causar severas ráfagas de tos que pueden interrumpir la respiración normal, puede provocar vómitos o incluso, en casos graves, resultar en complicaciones como neumonía o daño cerebral, especialmente en bebés y niños pequeños.

La tos ferina es una infección altamente contagiosa lo que hace muy importante que se comunique su aparición a las autoridades sanitarias. Cada cierto tiempo, aparecen brotes de forma cíclica. De hecho, el jueves 1 de febrero de 2024 la Consejería de Sanidad informó de un brote en Guadalajara en el que habían resultado afectadas 124 personas, la mayoría niños. Y de acuerdo con los datos registrados en el Boletín Epidemiológico Semanal del Instituto de Salud Carlos III, durante 2023 se notificados en España 2.211 casos de tosferina, prácticamente 10 veces más que en 2022. El Comité Asesor de VAcunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha atribuido el incremento de caso de tos ferina en nuestro país y en Europa al impacto producido por el parón de la pandemia por COVID-19.

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Prácticamente todas las regiones del mundo son susceptibles de presentar epidemias de tos ferina, que no es especialmente característica de ningún país o región. Afecta generalmente a niños o jóvenes, aunque también puede afectar a bebés. De hecho, en el colectivo de bebés de menos de seis meses es en el que se da el mayor porcentaje de casos de tos ferina que acaban en fallecimiento. En el colectivo anciano también puede tener serias consecuencias (puede ser causa de complicaciones cerebrales, como hemorragias).

Tos ferina

Cómo se contagia la tos ferina

La transmisión de la bacteria Bordetella pertussis se realiza mediante aerosoles nasofaríngeos, es decir, a través de pequeñas gotículas de saliva expulsadas al hablar o toser. Por ello, la transmisión de la tos ferina se realiza de persona a persona, y es muy poco frecuente que se produzca la transmisión a través de objetos infectados.

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Así pues, el contacto cercano con un enfermo de tos ferina dará lugar a la infección en un porcentaje superior al 90%. La facilidad con la que se propaga la tos ferina la convierte en una enfermedad particularmente preocupante en ambientes cerrados o abarrotados, como hogares o escuelas infantiles.

La infección presenta tres estadios (ver apartado Síntomas de la tos ferina), y los pacientes generalmente ya no son contagiosos a partir de la tercera semana del estadio paroxístico. Pero durante el primero (catarral) y las dos primeras semanas del paroxístico, sí pueden transmitir la infección. El ciclo de la enfermedad comienza con una fase catarral, que se parece mucho a un resfriado común, con síntomas como congestión nasal, estornudos, fiebre leve y, por supuesto, tos. Esta fase inicial es cuando la persona es más contagiosa. Después de una o dos semanas, la enfermedad avanza a la fase paroxística, donde la tos se intensifica notablemente, pudiendo producir las características ráfagas de tos seguidas de un "gallo" inspiratorio agudo. Esta fase puede durar varias semanas. Finalmente, la fase de convalecencia marca la recuperación gradual del paciente, aunque los episodios de tos pueden persistir durante meses.

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La infección por Bordetella no produce inmunidad de por vida, aunque es cierto que, de ocurrir infecciones posteriores, estas suelen pasar desapercibidas, al ser más leves.

La importancia de la vacuna de la tos ferina y la protección de los bebés

La vacunación es la herramienta más efectiva para prevenir la tos ferina. La vacuna DTP (difteria, tétanos y pertussis) se administra habitualmente a los niños en varias dosis durante sus primeros meses y años de vida, con refuerzos recomendados en etapas posteriores. A pesar de la disponibilidad de vacunas, la tos ferina sigue siendo un desafío en muchas partes del mundo, en parte debido a la disminución de la inmunidad con el tiempo y la vacilación vacunal en algunos grupos.

La tos ferina puede ser especialmente peligrosa para los bebés que aún no han completado su serie de vacunación, por lo que es crucial que las mujeres embarazadas reciban la vacuna para proteger a sus bebés hasta que puedan ser vacunados. Además, se recomienda que los familiares y cuidadores de bebés también estén al día con sus vacunas para crear un entorno seguro alrededor de los más vulnerables.

Creado: 29 de noviembre de 2011

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