Faja posparto, ¿sí o no? Cuándo usarla tras el parto o la cesárea

La faja posparto provoca cierta controversia entre los profesionales de ginecología. Te explicamos sus ventajas e inconvenientes, y cómo y cuándo conviene utilizarla para favorecer una buena recuperación.
Faja postparto alrededor de la cintura de una mujer

Existen fajas posparto de muchos tipos, y elaboradas con distintos materiales.

Por: Amparo Luque

Periodista experta en embarazo e infancia

Actualizado: 23 de marzo de 2023

La faja posparto es una prenda que utilizan muchas mujeres tras el nacimiento de su bebé, y que rodea y comprime la zona abdominal y lumbar (o también otras áreas corporales). Las hay de diferentes clases (tubulares, tipo braga, pantalón, como una especie de cinturón, con tirantes, algunas tienen un velcro y se van ajustando al tamaño del abdomen, otras son más o menos flexibles o rígidas…), y están fabricadas con distintos materiales, como el algodón o la microfibra.

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Antiguamente su uso era habitual, y las mujeres recurrían a ella sobre todo para recuperar su figura cuanto antes, pero en la actualidad es un tema controvertido ya que, como indica la doctora Elisa García, especialista en ginecología y obstetricia del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, “no hay una postura consensuada con respecto a sus efectos reales y su utilización adecuada”. Según esta experta: la faja postparto “puede resultar muy cómoda, no sólo desde un punto de vista estético, sino que también puede ser útil para corregir la postura y dar estabilidad a la espalda en el período puerperal. Además, mejora la sensación de vacío en el abdomen que a veces experimentan las madres”.

Cómo escoger la faja posparto adecuada

Sin embargo, esa presión externa que ejerce no siempre es buena, ya que no permite que los músculos de la zona trabajen por sí solos. Así pues, como utilizar estas fajas tras el parto tiene sus ventajas y sus inconvenientes, siempre tenemos que consultar con nuestro ginecólogo para que nos explique cuándo y cómo podemos recurrir a ellas, ya que hay casos “especiales”, como los embarazos múltiples, en los que la distensión del abdomen puede ser muy notable y se hace recomendable usar una faja.

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Faja posparto

Eso sí, en caso de optar por una faja, lo primero que debemos hacer es elegir el modelo correcto “las más aconsejables en el posparto son las llamadas fajas tubulares, ya que actúan a nivel abdominal y lumbar, pero no afectan a la entrepierna, por lo que, si se han dado puntos en la zona por un desgarro o una episiotomía, no rozan ni aprietan, evitan la sudoración, y no alteran la cicatrización de la herida”, indica la doctora García.

Teniendo en cuenta estas consideraciones, para beneficiarnos de los aspectos positivos que nos puede aportar esta prenda, deberemos utilizarla de un modo correcto y en los momentos adecuados, consultando previamente a nuestro ginecólogo.   

Cuándo usar una faja posparto

Antes de comenzar a usar una faja posparto hay que esperar cierto tiempo, como advierte la doctora Elisa García, especialista en ginecología y obstetricia del Hospital Clínico San Carlos de Madrid: “las fajas no deben ser utilizadas de manera inmediata tras un parto o una cesárea; deben respetarse los plazos indicados. Después del alumbramiento, el útero, los músculos, y los órganos del abdomen, van recolocándose hacia su posición previa al embarazo que, aunque no llegará a ser totalmente igual, con los cuidados adecuados de alimentación y ejercicio físico, puede llegar a ser muy parecida”.

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Por tanto, generalmente no se recomienda en el puerperio inmediato, sino que es mejor esperar hasta la cuarentena y utilizarla puntualmente, durante no más de tres meses. Esas suelen ser las indicaciones más comunes, aunque algunos ginecólogos no ven inconveniente en usarla desde el posparto inmediato y varias horas al día. Sin embargo, desde la Asociación Nacional de Matronas solo la recomiendan unos diez días, para que la mujer se sienta más cómoda y mediante su sujeción se vaya acostumbrando a la falta de peso y al vacío de su abdomen; y otros profesionales lo que aconsejan es ponerse la faja al final del día sólo unas pocas horas, aumentando el tiempo poco a poco.

Lo que tenemos que tener claro es que lo importante es mantener activos los músculos abdominales por sí solos para recuperar correctamente la zona y también el suelo pélvico. De forma fisiológica, toda esta estructura irá recuperando su función y recobrando la tonicidad adecuada, poco a poco. Para ello, además de las actividades cotidianas (realizar las distintas tareas de la casa o coger al bebé en brazos, por ejemplo), es bueno dar paseos al aire libre, y también comenzar a practicar algún deporte como natación, Pilates, o yoga; esto último siempre con el asesoramiento de tu ginecólogo.

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Además, no nos olvidemos de que “dar el pecho al bebé también ayuda a recuperar la forma física”, puntualiza la doctora Elisa García.

En definitiva, hay que usar esta prenda como un complemento, pero no confiarle a ella toda la recuperación, de una forma “cómoda”. Es decir, un uso puntual puede ser positivo, pero su “abuso” prolongado durante demasiado tiempo es contraproducente para nuestra recuperación muscular.

Uso de una faja posparto

Se aconsejan distintos tipos de faja posparto, en función de si el parto ha sido vaginal o por cesárea.

Uso de la faja tras un parto vaginal y tras una cesárea

El uso de la faja también varía significativamente según el tipo de parto. Evidentemente, no es lo mismo una recuperación en un parto vaginal, “mucho más fisiológica ya que el útero se contrae más fácilmente” –como señala la especialista en ginecología y obstetricia del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, Elisa García–, que en el caso de una cesárea, que necesita más tiempo al ser una cirugía.

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Por tanto, tenemos que fijarnos muy bien en el tipo de faja que elegimos para cada caso y el momento en el que recurrimos a ella. “Tras el parto vaginal podría iniciarse el uso de la faja posparto algo antes de acabar la cuarentena, usando preferentemente la de tipo tubular”, indica la experta. Eso sí, en el caso de que se haya realizado una episiotomía no se debe optar por las fajas tipo braga o pantalón, que dificultarán la transpiración y la correcta cicatrización de la herida.

Por el contrario, después de una cesárea “no se recomienda el uso de faja posparto hasta después de finalizar la cuarentena, lo que permite que el útero haya adquirido su posición inicial de una manera fisiológica, y que se haya producido correctamente su cicatrización y la de la pared abdominal”, explica la doctora García. “En cuanto al tipo de faja, en este caso no hay problema si se desea emplear una faja entera, puesto que no existen puntos en el periné”, remata la experta. Eso sí, ten en cuenta que esta clase de fajas serán más incómodas a la hora de ir al baño (aunque algunas incluyen una abertura en la zona genital).

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Ventajas e inconvenientes de las fajas posparto

Te explicamos los pros y contras del uso de una faja tras dar a luz, siempre teniendo en cuenta que cada caso es diferente, así como el tipo de prenda, el estado físico de la mujer, o las posibles complicaciones del parto –ya que como indicamos en el apartado anterior la recuperación posparto no es igual si se trata de un parto vaginal que si se trata de una cesárea, por ejemplo–, y que es necesario contar siempre con el asesoramiento de nuestro ginecólogo en todo momento:

Ventajas de la faja posparto

Las principales ventajas que destacan los profesionales que defienden el uso de la faja posparto son:

  • Puede ayudar a la mujer a reponerse mejor tras dar a luz, reduciendo los dolores o la sensación de vacío en el abdomen.
  • Proporciona seguridad a la hora de hacer determinados movimientos.
  • Refuerza la región lumbar, que suele estar sometida a mucho trabajo durante el posparto. Por tanto, ayuda a corregir la postura y otorga estabilidad.
  • Da una apariencia de una mejor figura bajo la ropa, lo que hace que la mujer se sienta más atractiva y cómoda.
Faja posparto

Inconvenientes del uso de la faja posparto

Los detractores de la faja posparto, sin embargo, advierten de que utilizarla tiene estos inconvenientes:

  • Un uso prolongado impide que la musculatura de la zona abdominal trabaje por sí sola, lo que retrasa y perjudica la recuperación posparto.
  • Al no favorecer una recuperación fisiológica puede provocar incontinencia, prolapsos genitales o hemorroides.
  • El mero uso de esta prenda no estiliza la figura, sino que es necesario adoptar hábitos saludables como una dieta adecuada y la realización de ejercicio físico posparto, de acuerdo a las recomendaciones médicas, para perder peso, reducir volumen, y fortalecer los músculos abdominales.
  • Si es de una talla muy pequeña comprime demasiado, restringe los movimientos, y puede llegar a producir inflamación, por lo que es importante que te asegures de elegir la talla correcta.
  • Por último, hay que tener claro que no se ha demostrado que estas prendan ayuden realmente a recuperar antes la figura.

Creado: 10 de julio de 2017

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