Anticonceptivos durante la lactancia materna

Quedarte embarazada mientras amamantas a tu bebé es posible. Si quieres evitarlo, debes conocer qué métodos anticonceptivos son compatibles con la lactancia materna y cuáles no lo son, así como sus claves de uso.
Pareja se besa sosteniendo en brazos a su bebé

Es posible quedarse embarazada durante la lactancia, incluso sin haber tenido la regla, porque en ocasiones se produce ovulación.

Por: Amparo Luque

Periodista experta en embarazo e infancia

Actualizado: 21 de mayo de 2024

Ciclo menstrual y riesgo de embarazo en el puerperio

El proceso de menstruación y ovulación en el puerperio es un tanto complicado. La actividad hormonal condiciona el ciclo menstrual, y la fertilidad varía mucho según cada mujer, influyendo notablemente si se practica o no la lactancia materna. En madres que no amamantan, el tiempo medio hasta la primera menstruación es de entre 45-60 días posparto, pero muchos de los casos son anovulatorios. Así, la primera ovulación puede llegar entre los 45 y los 90 días tras dar a luz, aunque en ocasiones se produce mucho antes (a partir de la tercera semana posparto).

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En el caso de dar de mamar a nuestro bebé, el aumento de prolactina provoca que desciendan los estrógenos y la progesterona, responsables del ciclo menstrual. La succión del pequeño al pecho inhibe la ovulación y, por tanto, cuanto más dure la lactancia exclusiva, con una mayor frecuencia de tomas y más tiempo en cada toma, mayor será el tiempo de amenorrea (ausencia del período menstrual) y de anovulación. En este principio se basa el método MELA, que muchas mujeres usan como opción anticonceptiva; aunque se tienen que cumplir ciertos requisitos para que sea eficaz.

Consecuentemente, a las madres que lactan les volverá la regla conforme vayan abandonando el amamantamiento; normalmente allá por los seis meses posparto. Así, la fertilidad se irá reanudando cuando demos el paso de la leche materna a la artificial, o a la alimentación complementaria. Eso sí, estos primeros ciclos menstruales suelen ser muy irregulares, y su duración varía significativamente.

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Anticonceptivos

Desde que se produce un sangrado vaginal posterior a los 56 días tras el parto (y por supuesto desde que han pasado seis meses tras el nacimiento del bebé) ya hay riesgo de embarazo, por lo que se debe utilizar un método anticonceptivo complementario, como indican desde la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).

En definitiva, es posible que se produzca un embarazo durante la lactancia, incluso sin haber tenido una regla posparto, porque en ocasiones se produce ovulación. Y hay que tener en cuenta que esta nueva gestación tan seguida, independientemente de ser deseada o no, no sería muy recomendable médicamente hablando. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se aconseja esperar un mínimo de dos años (tanto en los casos de parto por vía vaginal, como en los de cesárea). Este intervalo de tiempo, denominado intergenésico, es recomendable para que el cuerpo de la madre vuelva a estar preparado para concebir a un bebé, y también para evitar posibles problemas como partos pretérmino, bajo peso al nacer, o incluso muertes neonatales.

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Por tanto, debemos conocer los métodos anticonceptivos a nuestra disposición, y elegir el que sea más compatible con la lactancia materna, siempre consultando con nuestro ginecólogo.

Métodos anticonceptivos de barrera durante la lactancia materna

Para evitar ese embarazo que se podría producir durante el período de amamantamiento tenemos que buscar un método anticonceptivo que no sea perjudicial ni para la madre, ni para el bebé, y que no interfiera en la lactancia. En primer lugar podemos recurrir a los denominados ‘métodos de barrera’, que son los más recomendables porque no tienen implicaciones hormonales. Además, son bastante sencillos de utilizar y presentan la ventaja de que no alteran la leche, aunque algunos de ellos tienen ciertas particularidades de uso en esta etapa.

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El preservativo parece ser la opción más adecuada, y se utiliza del mismo modo que antes de la gestación. Desde la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) indican que se trata de un método de elección, y que es posible mejorar su eficacia y utilidad si se asocia su uso con espermicidas locales, cremas u óvulos apropiados que, además, facilitan la penetración, evitando las molestias que con frecuencia siente la mujer al reiniciar las relaciones sexuales tras el parto.

El uso del preservativo femenino también sería adecuado en este período de lactancia, a pesar de que requiere de adiestramiento para su correcta y eficaz colocación.

Métodos anticonceptivos durante la lactancia materna

Hay que puntualizar que en el caso de combinar los preservativos con espermicidas (que se recomienda que vayan asociados a los métodos de barrera y no se usen de forma aislada), estos no suponen problemas para el bebé, porque aunque una parte se absorba a través de la leche materna, no se han demostrado efectos secundarios en los pequeños, tal y como tranquilizan desde el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

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En cuanto al diafragma, los profesionales ginecológicos de la SEGO advierten sobre su uso porque el cuello del útero sufre modificaciones posparto que deben ser consideradas, y además la situación hormonal asociada a la lactancia provoca sequedad en la vagina, por lo que es conveniente utilizar lubricantes espermicidas que faciliten su colocación y aumenten su seguridad”. Por ello, se han de usar con mucho cuidado, y preferiblemente sólo si ya había un hábito previo al embarazo. Eso sí, suele ser necesario revisar la talla, para elegir la más apropiada en este momento.

Respecto al DIU, es un método útil y eficaz que no interfiere en la producción láctea, ni en la composición de la leche materna, pero también tiene unas indicaciones particulares en el caso del puerperio. No se debe colocar hasta que no haya transcurrido un tiempo prudencial, ya que existe un mayor riesgo de que se desplace de la cavidad uterina o se expulse, debido a las fuertes conracciones uterinas que se producen por efectos de la oxitocina generada durante el amamantamiento. Además, la menor consistencia de la pared del útero aumenta el riesgo de perforación al colocarlo. En este sentido, la SEGO aconseja esperar entre 6-8 semanas tras el parto, mientras que la Asociación Alba Lactancia Materna lo alarga hasta los tres meses después del alumbramiento, porque la matriz puede estar todavía muy aumentada de tamaño.

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Por su parte, desde el Instituto Chileno de Medicina Reproductiva resaltan como ventaja que es más fácil y menos doloroso insertarse y usar el DIU durante el amamantamiento, que en los casos de las mujeres que no practican lactancia materna.

Anticonceptivos hormonales de progestágeno durante la lactancia

La segunda opción anticonceptiva más indicada para evitar un embarazo durante la lactancia materna son los anticonceptivos hormonales sólo de progestágeno (ACP) porque, tal y como indican desde el Instituto Chileno de Medicina Reproductiva, la progesterona refuerza los mecanismos de infertilidad que van asociados de forma natural al amamantamiento. Este componente actúa prolongando el período de anovulación, y también la falta de menstruación tras el parto. Además, este componente hormonal no afecta al volumen y la composición de la leche.

Estos métodos hormonales se ofrecen en varias formas de presentación, siendo una de las más usadas la minipíldora, también denominada POP (Progesterone Only Pill). Su eficacia anticonceptiva, tal y como explican desde la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), se ejerce a través de varios mecanismos de acción: la inhibición de la ovulación, el aumento de la densidad del moco cervical, lo que dificulta el paso de los espermatozoides, o la anulación del efecto de los estrógenos sobre el endometrio, impidiendo su transformación.

Anticonceptivos hormonales de progestágeno en mujer lactante

Sin embargo, los anticonceptivos hormonales sólo de progestágeno no son recomendables en el posparto inmediato (para eso están más indicados los métodos de barrera) porque, al parecer, una pequeña cantidad de hormona pasa a la leche. Aunque los estudios clínicos demuestran que, en general, no tienen efectos perjudiciales sobre la salud de los bebés, es mejor evitar su uso al principio, cuando su sistema metabólico aún es muy inmaduro.

La Organización Mundial de la Salud establece unos criterios médicos precisos al respecto, y el pediatra y presidente de la Asociación para la Promoción e Investigación Científica y Cultural de la Lactancia Materna (APILAM), José María Paricio Talayero, basándose en estas indicaciones, los detalla según el formato de presentación: “conviene que las madres lactantes esperen para usar los anticonceptivos sólo con progestágeno en forma de DIU (de liberación hormonal), al menos un mes tras el parto, y que no usen los que se presentan en forma de píldoras, implantes, inyectables o anillos vaginales, antes de las seis semanas posparto”.

Consulta con tu ginecólogo para encontrar la vía de administración más adecuada, o la que mejor se adapte a tus circunstancias. 

Anticoncepción combinada durante la lactancia

Como otra opción anticonceptiva para evitar un embarazo durante la lactancia materna también existen los anticonceptivos combinados estrógeno-progestágeno (AC-EP). Sin embargo, estos métodos, que, como sucede con los de sólo progestágeno también se ofrecen con varias formas de presentación, son más problemáticos. Para empezar, desde la Organización Mundial de la Salud indican que no se deben utilizar en los 21 primeros días tras el parto por el riesgo de tromboembolismo que conllevan. Este período aumenta al doble, es decir, 42 días, si ya existían factores de riesgo previos de este tipo de coagulación.

Pero en el caso concreto de estar amamantando a nuestro bebé su uso está directamente contraindicado “antes de los seis meses tras el nacimiento, por el riesgo de disminución de la producción de leche que existe”, señala el pediatra y presidente de la Asociación para la Promoción e Investigación Científica y Cultural de la Lactancia Materna (APILAM), José María Paricio Talayero.

Profundizando más, desde la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) explican que estos métodos que combinan estrógenos sintéticos y gestágenos pueden afectar al bebé al llegarle mediante la leche materna ya que, tal y como alertan estos expertos, se han detectado varios “efectos adversos, e incluso alteraciones hematológicas y esqueléticas”.

Por tanto, una vez que finalice la lactancia ya sí que podemos recurrir a los AC-EP como método, con los que conseguiremos una mayor eficacia anticonceptiva, siempre consultando con nuestro ginecólogo para hacer el cambio adecuadamente. Ten en cuenta que si pasan varios días entre que dejas la lactancia y empiezas con un método anticonceptivo hormonal, siempre es aconsejable utilizar preservativos en ese intervalo de tiempo.

Píldora del día después

Por último, en cuanto a la anticoncepción de emergencia, la denominada ‘píldora del día después’, la OMS indica que “las madres lactantes pueden usar un anticonceptivo de emergencia poscoital sea AC-EP, pero de preferencia ACP (ulipristal, levonorgestrel)”. Sin embargo, el Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría puntualiza que hay que estar atentos a la acción de la anticoncepción con levonorgestrel, porque a pesar de ser segura durante el amamantamiento, va disminuyendo su eficacia a partir de las 72 horas. En cuanto al ulipristal, su eficacia es similar a la del levonorgestrel, pero podría durar más, aproximadamente hasta cinco días después de la relación sexual.

Según la Agencia Europea del Medicamento, los componentes de este tipo de anticoncepción sí que llegan a la leche materna, con el posible riesgo para el bebé. Por ello, lo que recomiendan estos expertos es interrumpir el amamantamiento, al menos una semana tras tomar la píldora, y seguir estimulando la lactancia extrayendo la leche, pero desechándola.

Creado: 12 de diciembre de 2016

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