Loro arcoíris
El loro arcoíris, caracterizada por sus plumas de vivos colores, es un ave muy sociable, cariñosa y juguetona, pero requiere cuidados permanentes y complejos, por lo que no es apta para personas con poco tiempo libre.

Salud y reproducción del loro arcoíris

Diana Oliver Ortiz

Por: Diana Oliver

Periodista especializada en vida sana, maternidad e infancia y mascotas

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

A lo largo de su vida, ¿qué problemas de salud puede presentar o qué enfermedades son habituales en un loro arcoíris? “Cuando son jóvenes recién adquiridos son más habituales los problemas infecciosos como Chlamydia y Circovirus, o si son papilleros fácilmente pueden tener candidiasis. También son habituales los problemas por parásitos flagelados y gastroenteritis por Clostridios u otras bacterias, asociados sobretodo a la contaminación de su comida. Al tener una dieta principalmente húmeda en forma de néctar y frutas esto hace que cuando las temperaturas son un poco altas se corrompa la comida con facilidad y ellos se enfermen al consumirla en mal estado”, explica el veterinario especializado en animales exóticos Roger Domingo.

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Puesto que se trata de animales muy activos y juguetones, es frecuente que los cuidadores acudan con estas aves al centro veterinario por problemas de tipo traumático. Las más habituales, según Roger Domingo, son “fracturas o lesiones en las alas y los dedos”, pero también pueden aparecer “problemas de picaje de las plumas asociados a problemas de conducta, así como otros patologías asociadas a la dieta en cautividad; que en ocasiones puede ser demasiado rica en grasas y carbohidratos haciendo que tengan predisposición a la obesidad, y secundariamente a ésta, problemas de lipidosis hepática”.

Añade el veterinario Miguel Suárez Corihuela que “antiguamente era más frecuente encontrar en este grupo de aves patologías como la hemocromatosis o ciertas hipovitaminosis, pero actualmente, desde la aparición de dietas comerciales específicas para ellos, la incidencia es mucho menor”.

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Para Miguel Suárez, al igual que cualquier ave (o animal en general) con el loro arcoíris “se debería acudir al veterinario periódicamente, especialmente una vez adquirido para poder ofrecer un buen asesoramiento en cuanto a su manejo y dieta, y para poder descartar y prevenir posibles patologías que pueda presentar el loro. Puesto que los loris presentan una dieta radicalmente diferente a la de la gran mayoría de las psitácidas es fundamental que un especialista enseñe al propietario unas pautas nutricionales adecuadas, para asegurar la salud del ave en el futuro”.

Reproducción del loro arcoíris

La reproducción del loro arcoíris es algo compleja y, al igual que la mayoría de las psitácidas, necesitan unas condiciones muy particulares de alojamiento y alimentación para poderse reproducir, lo que hace que no sea tarea habitual de aficionados a las aves, sino más bien de profesionales del sector que se dedican a la cría de aves o que trabajan en zoos o recintos de animales similares.

Reproducción del loro arcoíris

Se reproducen la mayor parte del año, a excepción del verano. Pasada una semana de la cópula, que tiene una duración de pocos minutos, hacen puestas de dos huevos y en la mayoría de ocasiones ambos están fecundados. Según Gonzalo Blanco puede ocurrir que la pareja no sea buena reproductora, pero “podría decirse que el loro arcoíris es el más fiable de los loris a la hora de criar”. Tras la puesta de los dos huevos empieza la incubación por parte de la hembra, que dura alrededor de 24-25 días, período tras el cual nacerán crías con un denso plumón blanco.

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Después, las crías permanecen dos meses en el nido siendo alimentados por los padres, y cuando abandonan el nido aún necesitan otros 20 días más para empezar ellos mismos a tomar el néctar y la fruta. “Posiblemente los padres, una vez estén las crías fuera del nido, quieran empezar con otra puesta (incluso se da el caso de que días antes de que las crías tengan esos dos meses, los padres ya han empezado la puesta). No hay problema puesto que mientras la hembra los incuba, el padre alimenta a las crías que ya salieron del nido”, afirma Gonzalo. Eso sí, si se les deja hacer una puesta más, es preferible que a los tres meses se coloque a las primeras crías en una jaula contigua. La razón es, según el experto, que “así evitaremos posibles ataques del padre intentando defender el nido donde tienen a las nuevas crías, y las crías separadas podrán seguir estando cerca de sus padres y se minimizará el estrés que podría producirse a las crías al ser separadas de ellos”.

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Por último, es importante saber que las crías de loro arcoíris quedan englobadas al nacer en el CITES II del Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (Convenio CITES), por lo que deberán ser marcadas con microchip o una anilla cerrada. Según la experiencia de Gonzalo, “lo ideal es hacerlo con una anilla de 7 milímetros de diámetro, puesta más o menos a los 10 días de nacer. La más fiable es la de acero, pues a veces se han dado casos que anillas de policarbonato o aluminio se rompen o desaparece la numeración”. 

Creado: 1 de septiembre de 2017

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