Adicción al sexo
Hablamos de adicción al sexo cuando el deseo de mantener relaciones sexuales es demasiado frecuente y la búsqueda de satisfacción del mismo ocupa gran parte del día, o conlleva consecuencias negativas.

Qué es la adicción al sexo

Por: Dra. Vanesa Fernández López

Psicóloga, especialista en emociones

Actualizado: 25 de abril de 2025

Vivimos en una época donde el sexo está en todas partes: en nuestras pantallas, en la publicidad, en las redes sociales. Pero en medio de este bombardeo constante, pocas veces nos preguntamos: ¿cuándo deja el deseo de ser sano y se convierte en una adicción que destruye vidas? Más allá de los prejuicios y el sensacionalismo, la adicción al sexo es un problema real, profundo y doloroso, que afecta a personas de todas las edades y condiciones, y que a menudo se oculta tras una fachada de normalidad.

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Cada vez más reconocida en el ámbito clínico, la adicción al sexo plantea numerosos interrogantes sobre los límites del deseo humano, el autocontrol y el bienestar emocional. Aunque a menudo rodeada de mitos y estigmas, esta condición puede tener un impacto severo en la salud mental, las relaciones personales y la calidad de vida de quienes la padecen. Con un perfil de afectados que rompe estereotipos y cifras que invitan a la reflexión, comprender este fenómeno se vuelve más necesario que nunca.

A continuación nos sumergirnos en un tema incómodo pero urgente: quiénes son los adictos al sexo, cómo empieza esta espiral invisible, qué señales deberían ponernos en alerta y cuáles son las herramientas más eficaces para abordarla y prevenirla. Es importante cuestionarnos si, en un mundo que trivializa la intimidad y glorifica la satisfacción inmediata, estamos haciendo suficiente para proteger nuestra salud sexual y emocional.

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¿Qué es la adicción al sexo?

La adicción al sexo o sexo compulsivo, también conocida como trastorno hipersexual o trastorno de adicción sexual se refiere a un conjunto de conductas con formato repetido y de carácter compulsivo dirigidas a mantener relaciones sexuales, habitualmente con diferentes parejas, con el fin de satisfacer un intenso y frecuente deseo sexual, que puede tener consecuencias negativas en la vida personal, laboral y emocional de la persona afectada. Se calcula que entre un 3% y un un 6% de la población puede sufrir este trastorno.  

Pero, ¿te has preguntado alguna vez “cuánta cantidad de sexo” es normal tener al cabo de una semana? No existe ninguna cifra que pueda responder de forma certera a este interrogante, ya que la frecuencia adecuada de las relaciones sexuales no las marca nadie más que la pareja. Lo que sí está claro es que, cuando el deseo de mantener relaciones sexuales es demasiado frecuente y la búsqueda de satisfacción del mismo ocupa gran parte del día a día, o interfiere de forma significativa trayendo consigo consecuencias negativas, es muy probable que hablemos de adicción al sexo.

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Tradicionalmente, conceptos como el donjuanismo —la compulsión masculina por conquistar a múltiples parejas— o la ninfomanía —el término histórico y cargado de connotaciones machistas para describir a mujeres con deseo sexual considerado "excesivo"— han sido usados para etiquetar estos comportamientos. Hoy sabemos que ambos son manifestaciones, a menudo simplificadas o estigmatizadas, de un mismo núcleo: una dificultad profunda para regular el impulso sexual, que en algunos casos puede escalar hasta convertirse en una verdadera adicción.

Lejos de los clichés, la adicción al sexo puede adoptar múltiples formas: desde el consumo descontrolado de pornografía hasta la búsqueda compulsiva de relaciones sexuales, pasando por conductas de riesgo que ponen en peligro la salud propia y ajena. Reconocer estas formas diversas es el primer paso para entender un problema que, a menudo, permanece oculto tras el silencio y la vergüenza.

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Adicción al sexo: pornografía

Perfil de la persona adicta al sexo

Pero, ¿quiénes son las personas que más riesgo tienen de caer en esta espiral? ¿Existe un perfil claro del adicto al sexo o estamos ante un fenómeno mucho más diverso de lo que solemos imaginar? Lejos de los estereotipos clásicos, los datos recientes dibujan un retrato que sorprende: hombres y mujeres con vidas aparentemente estables, profesionales en activo, personas que, desde fuera, no muestran ninguna señal evidente de conflicto.

El adicto al sexo se define por su comportamiento, el cual es fruto de sus deseos. De forma general, la persona adicta al sexo mantiene una actividad sexual excesiva, habitualmente promiscua e incontrolada. Además, suele presentar las siguientes características:

  • Varón joven (en el caso de las mujeres recibe el nombre de ‘ninfomanía’).

  • Problemas de control de impulsos, falta de concentración, etcétera. La satisfacción sólo la obtienen en el momento, sintiéndose posteriormente culpables por haber mantenido la relación.

  • Persistente en su conducta a pesar de las consecuencias negativas, incluso a expensas de que le esté afectando en otras áreas de su vida, como el trabajo, la familia o la salud.

  • Tienen pensamientos sobre temas sexuales casi de forma constante, obsesiva y de manera intrusiva, llegando a tener fantasías sexuales recurrentes y sentir que su vida gira en torno a la actividad sexual.

  • No es capaz de controlar su impulso sexual.

  • Promiscuo, su conducta sexual es ocultada mediante engaños, mentiras.

  • Frecuentemente recurre a la masturbación, encuentros con desconocidos, cibersexo, pornografía, prostitución…

  • El tiempo dedicado a la búsqueda de sexo le puede llevar al aislamiento, además de traerle problemas económicos y familiares.

  • Baja autoestima.

  • Presenta malestar similar al síndrome de abstinencia cuando no consigue mantener relaciones sexuales.

  •  Tiene sentimientos de culpa, vergüenza o ansiedad después de las conductas sexuales compulsivas.

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Sin duda, se trata de un problema difícil de estimar. Como muestra, el Informe sobre adicciones comportamentales y otros trastornos adictivos 2024, publicado por el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, refleja que en 2022 se registraron en España 135 ingresos en tratamiento debido a una adicción al sexo, siendo en su mayoría hombres (93,3%), con una edad promedio de 40 años. El inicio de los problemas relacionados con el sexo se sitúa, de media, en torno a los 26,4 años. Estas personas suelen contar con estudios superiores a la educación obligatoria, se encuentran laboralmente activos y residen con su familia de origen o con su propia familia.

El 24,2% de los casos presenta además una patología dual, como trastornos de ansiedad, depresión o consumo de sustancias. Entre las principales consecuencias que mencionan como resultado de su adicción destacan los problemas de salud —como cefaleas, hipertensión, malestar general, nerviosismo, ansiedad e insomnio— (26,1%), así como los conflictos familiares (24,4%).

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Hay que destacar que la adicción al sexo es un trastorno complejo y multifacético, y que puede afectar a cualquier persona, independientemente de su género, orientación sexual o edad. Si crees que puedes tener adicción al sexo, es importante buscar ayuda profesional para evaluar tus síntomas y recibir el tratamiento adecuado.

Creado: 3 de mayo de 2012

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