Doomscrolling, enganchados a las malas noticias
Actualizado: 5 de mayo de 2023
Te levantas por la mañana, empiezas a leer el periódico en el móvil o en las redes sociales y no haces más que ver malas noticias, pero, en vez de dejarlo, sigues haciendo clic y navegando entre titulares buscando temas catastróficos. Esta práctica es lo que se conoce como doomscrolling –doom en inglés es fatalidad y scrolling es la acción de deslizar la pantalla hacia abajo o hacia arriba– o doomsurfing, que no es más que la adicción a consumir información negativa una tras otra sobre numerosos asuntos a pesar de lo deprimentes que puedan ser.
Y es que, en los tiempos de pandemia de COVID-19 y en los años posteriores de crisis y guerras, las malas noticias sobre casos y muertes han aumentado drásticamente; tanto es así, que casi no se habla de otra cosa en los medios de comunicación. El desconcierto, el miedo colectivo y la crisis sanitaria han hecho que mucha gente experimente esa necesidad de leer cada día información negativa.
“El cerebro humano está programado para procesar con mayor atención las malas noticias que las buenas noticias, lo que está relacionado con el instinto de supervivencia”
Sin embargo, y como seguro que ya has pensado, esto no es sano, pues puede afectar a la salud mental, especialmente en la era de la desinformación y de las fake news (noticias falsas). Por eso, en este artículo analizamos sus causas y os damos las claves para acabar con esta práctica de una vez por todas y desengancharte de esta curiosidad que erosiona nuestro estado de ánimo.
¿Por qué caemos en el doomscrolling?
La psicóloga Alba Fernández Zamora, de Emotium, nos explica que el doomscroll ocurre porque “el cerebro humano está programado para procesar con mayor atención las malas noticias que las buenas noticias, lo que está relacionado con el instinto de supervivencia. Muchos estudios avalan que somos más sensibles a la información negativa, puesto que es la que nos pone en alerta con el fin de protegernos”.
Es normal querer estar informado de lo que acontece a tu alrededor para tener esa sensación de control y seguridad sabiendo qué precauciones debes tomar, especialmente ahora con el coronavirus, sin embargo, el problema aparece cuando esto se vuelve una obsesión y solo se buscan noticias pesimistas. Es cierto que las redes sociales cuentan con un algoritmo que detecta lo más visitado y tiende a mostrarte más de lo mismo al considerar que eso es lo que te interesa, por lo que si no frenas este hábito a tiempo la situación puede convertirse en un círculo vicioso que afecte a tu bienestar psicológico.
Las redes sociales cuentan con un algoritmo que detecta lo que más se visita y tiende a mostrarte más contenidos sobre esa temática
Las personas que padecen doomscrolling se sienten preocupadas por si hay alguna noticia o hecho que se les pase, y por eso están continuamente pendientes de la información en televisión, y sobre todo en sus teléfonos móviles. Esta incertidumbre es la que provoca la necesidad de conocer, y es que leer durante horas y horas noticias negativas puede generar una sensación aumentada de amenaza, peligro y vulnerabilidad.
Las consecuencias psicológicas de consumir malas noticias de forma compulsiva están asociadas a síntomas compatibles con ansiedad –pensamientos rumiativos y repetitivos, sensación de nerviosismo…–, depresión –sentimiento persistente de tristeza, apatía, pérdida de interés por las cosas placenteras, dificultades para dormir…–, e incluso estrés postraumático.
Personas propensas al doomscroll
En cuanto a los grupos de población más proclives a desarrollar este trastorno, la Dra. Alba Fernández nos aclara que son aquellas “personalidades que tienden más al control y a concebir la preocupación como algo positivo. Personas que tienen la falsa creencia de que preocuparse es sinónimo de que algo te importa, o que simplemente por el hecho de pensar en ello ya estamos ocupándonos de ese problema. Lejos de ello, el doomscroll nos atrapa y nos impide poner soluciones. Nos permite quizá conocer más el problema, pero no nos enfoca en las posibles soluciones o en qué cosas puedo hacer yo para manejar la situación de una forma adaptativa”.
La experta hace hincapié en la importancia de detectar este problema a tiempo, y fija como alertas del doomscrolling el consumo excesivo y la sobreinformación de malas noticias que atraviesan la barrera de lo normal y generan malestar en el día a día. “Es en este momento cuando hay que ser conscientes e identificar que mucha información no es sinónimo de estar bien informado”, afirma.
“Nos podemos dar cuenta de que llevamos a cabo el doomscroll cuando la información negativa o catastrofista sea frecuente en la mayoría de las conversaciones”
“Nos podemos dar cuenta de que llevamos a cabo el doomscroll cuando la información negativa o catastrofista sea frecuente en la mayoría de las conversaciones a consecuencia de la sobreinformación, o cuando el contenido de nuestras preocupaciones diarias esté asociado al tipo de noticias que hayamos visto”, señala la Dra. Fernández.
Cómo escapar de la tendencia al doomscrolling
Para salir de esta espiral de pesimismo lo primero y más necesario es darse cuenta de que existe un problema y que se ha cruzado el límite del consumo de información sano. A partir de ese momento la psicóloga Alba Fernández recomienda:
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Acabar con los mitos
Hay que eliminar la falsa creencia de que teniendo más información vamos a estar más tranquilos. Muchas veces pensamos que buscar información, aunque sepamos que es negativa como en el caso del COVID o los síntomas de enfermedades, que es una herramienta para mitigar la ansiedad que nos produce. Lejos de esto, es una herramienta que genera más ansiedad y malestar, puesto que dicha información, al ser negativa, es una fuente inagotable de pensamientos negativos.
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Restricción de noticias
Establecer cuándo vas a leer las noticias y durante cuánto tiempo es una buena manera de limitar el acceso a la información. Lo ideal es hacerlo una vez al día, pero esto es algo muy complicado para aquellos con doomscroll, por ello, también se puede empezar fijando una media hora por la mañana para leer el periódico matutino, y otros 30 minutos por la tarde para revisarlo y ver las novedades del día. Evita por todos los medios informarte después de esas horas; para ello lo mejor es que te mantengas ocupado con otras actividades. La mejor manera de contabilizar el tiempo es poniendo un despertador o una alarma.
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Apoyo social
Sustituye los ratos en los que miras el móvil en busca de información negativa con conversaciones con familiares o amigos sobre otros temas. Sentirse en conexión con los demás nos hace sentir bien. No te olvides de tener contacto –en persona o telefónico– con tus seres queridos, dedícales al menos unos 15 minutos al día.
Además de estos consejos, ciertas actitudes también pueden ayudarte a acabar con el atracón de información negativa, por ejemplo:
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No uses la información como entretenimiento en descansos
Es muy común que las personas en sus descansos del trabajo naveguen por las redes sociales o busquen información en periódicos digitales. Esto es una práctica que puede acrecentar los problemas en aquellos con doomscrolling, por lo que se deben utilizar este tipo de descansos para dar un paseo o hablar con algún compañero de trabajo.
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Practica la meditación
Este tipo de prácticas pueden ayudar en el proceso de ‘desintoxicación informativa’. Centrarse en los pensamientos y en la respiración puede infundirnos tranquilidad y nos dota de un mayor control de cara a otras acciones, como puede ser ver información pesimista. Dedícale un ratito diario y te sentirás mejor.
Creado: 5 de mayo de 2021