Identifican las células responsables de que las alergias no se curen

Dos equipos de científicos descubren que la clave de que las alergias perduren puede estar en un conjunto de células responsables de la respuesta inmune exagerada del cuerpo, que podrían convertirse en dianas de futuros tratamientos.
Un brazo con marcas pintadas para hacer un test de alergias

08/02/2024

El sistema inmunitario nos defiende frente a todo tipo de patógenos y problemas de salud, sin embargo, se puede convertir en nuestro peor enemigo cuando desencadena una respuesta inmune innecesaria o excesiva, o cuando ataca a otros órganos y tejidos del cuerpo, como sucede en el caso de las enfermedades autoinmunes. Las alergias, por ejemplo, se deben a una reacción inmunológica frente a un alergeno (sustancia capaz de producir alergia) que no es tóxico, pero que nuestras defensas interpretan como un enemigo.

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Los científicos estudian desde hace décadas por qué se producen estas reacciones alérgicas frente a sustancias que no son perjudiciales y por qué en algunas personas revierten de forma espontánea, mientras que en otras se mantienen en el tiempo y no pueden exponerse al alérgeno sin sufrir sus consecuencias. Ahora, dos equipos de investigadores han identificado una población de células inmunes –linfocitos de memoria– que serían la clave para que las alergias no se curen.

Por qué las alergias se mantienen en el tiempo: la 'memoria alérgica'

Los resultados de ambos trabajos se han publicado en Science Translational Medicine y pueden ayudar a encontrar el origen de la ‘memoria alérgica’. En el primer estudio, Miyo Ota y su equipo de la Escuela de Medicina Icahn del Mount Sinai explican cómo han descubierto una población de células inmunes que sostienen la producción de IgE en niños con alergia al cacahuete.

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Las células B son un tipo de célula inmunitaria que produce anticuerpos. Estas células ayudan a combatir infecciones, pero también pueden provocar alergias. Los investigadores analizaron las células inmunitarias de 58 niños alérgicos a esta legumbre y 13 no alérgicos, y comprobaron que los niños alérgicos tenían cantidades elevadas de un tipo único de células B llamadas células B de memoria polarizadas tipo 2. Estas células B expresaban receptores de células B altamente mutados que reconocían el alérgeno del cacahuete Ara h 2 y podían producir IgE, lo que sugiere que su presencia en altas cantidades puede explicar por qué las alergias a los cacahuetes se mantienen en el tiempo.

En declaraciones a SMC España, África González-Fernández, catedrática de Inmunología e investigadora del Centro de Investigaciones Biomédicas (CINBIO) de la Universidad de Vigo, que no ha participado en el estudio, considera que “es muy completo y de buena calidad” y “aporta interesante información sobre los marcadores y tipo de células B de memoria IgG+, que serían las células previas a diferenciarse hacia células plasmáticas productoras de IgE altamente específicas frente a proteína de cacahuete”. Y añade: “Este estudio confirma en niños lo que ya se había visto previamente en adultos, por ejemplo, en dos artículos de 2016 y de 2020, uno con sangre periférica y otro con células de la mucosa. Por tanto, no es del todo novedoso, pero sí que confirma lo observado por otros autores”.

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Un nuevo objetivo en el tratamiento de las alergias

La otra investigación, liderada por Joshua Koenig desde la Universidad McMaster (Canadá) descubrió que la misma población de células B de memoria polarizadas tipo 2 también se encarga de mantener la memoria alérgica. Las conclusiones se basan en un estudio realizado con seis adultos con alergias al abedul, cuatro con alergias a los ácaros del polvo, cinco personas no alérgicas y datos de adultos con alergia al cacahuete.

También descubrieron que estas células generaban IgE contra antígenos específicos en algunos de los pacientes mientras recibían inmunoterapia sublingual para sus alergias, lo que demuestra que estas células actúan como un reservorio importante del anticuerpo. Estos hallazgos proporcionan a los científicos e investigadores un nuevo objetivo en el tratamiento de las alergias y podría conducir a nuevas terapias.

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“El descubrimiento realmente señala dos posibles enfoques terapéuticos que podríamos adoptar”, afirma Kelly Bruton, quien codirigió la investigación junto con Koenig cuando era estudiante de doctorado en McMaster. “El primero es atacar las células B de memoria polarizadas tipo 2 y eliminarlas de una persona alérgica. La otra opción podría implicar cambiar su función y hacer que hagan algo que, en última instancia, no sea dañino cuando el individuo esté expuesto al alérgeno”.

Los investigadores reconocen que es necesario seguir trabajando para comprender mejor y, en última instancia, desarrollar terapias eficaces, pero el descubrimiento de las células B de memoria polarizadas tipo 2 ofrece nuevas esperanzas a las personas que sufren alergias alimentarias. “Éstos son los tipos de descubrimientos que realmente es necesario hacer para desarrollar la terapia adecuada para bloquear las células adecuadas y detener la enfermedad”, concluye Koenig.

Actualizado: 8 de febrero de 2024

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