Niños alérgicos al polen: medidas en las aulas

Ventilar las aulas para prevenir el contagio del COVID-19 puede perjudicar a los niños alérgicos al polen. Expertos en asma y alergia respiratoria explican qué medidas tomar en la escuela para reducir la exposición a este alérgeno.
Niños alérgicos: prevención el aula
Eva Salabert

Por: Eva Salabert

Periodista experta en salud

Actualizado: 4 de mayo de 2023

Entre las medidas adoptadas para prevenir la infección por coronavirus está ventilar con frecuencia los espacios cerrados, algo especialmente indicado en el caso de las aulas escolares, así como realizar las actividades educativas al aire libre siempre que sea posible. El problema es que estas recomendaciones chocan con los consejos para prevenir la alergia al polen –que en esta época del año presenta niveles elevados en España–, como mantener las ventanas cerradas o permanecer en interiores a ciertas horas del día.

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La ventilación continuada de las aulas, aunque necesaria para evitar la propagación del SARS-CoV-2, puede perjudicar a los niños alérgicos al polen, y por ello los expertos del Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria y Asma de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) proponen una serie de medidas que permitan reducir al mínimo la exposición de los niños a este alérgeno a lo largo de la jornada escolar durante los meses de primavera, como:

  • Colocar a los niños con alergia al polen en los lugares más alejados de las ventanas, como los que estén más cerca de puertas o paredes y evitando las zonas con corrientes de aire.
  • Que estos menores usen mascarillas FFP2 en el interior del aula, ya que se ajustan mejor a la cara y pueden filtrar hasta el 95% de partículas, por lo que son más eficaces que las mascarillas quirúrgicas.
  • Mantener limpios los filtros y los conductos del aire acondicionado o de ventilación porque el polen se puede introducir en el interior de la escuela a través de ellos.
  • Valorar el uso de sistemas portátiles de limpieza de aire con filtros HEPA en cada aula.
  • Evitar las actividades al aire libre dentro de lo posible.
  • En los pacientes polínicos con alergia grave puede estar recomendado que acudan a colegios situados en zonas de costa porque allí los niveles de polen no son tan elevados.
Niños alérgicos al polen: medidas en las aulas

La Dra. Ana Martínez-Cañavate, pediatra experta en alergología y miembro de la SEICAP nos explica que mientras los niveles de polen se mantengan elevados los niños alérgicos deben llevar puesta la mascarilla FFP2 durante toda la jornada escolar, y que también es recomendable que usen gafas de sol en exteriores para aumentar la protección contra el alérgeno.

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Esta especialista advierte que debido al empleo de geles hidroalcohólicos están viendo que a los niños se les están poniendo los ojos fatal porque les pican y se los tocan, y que sería mejor que usaran agua y jabón en vez de estos productos, pero que esto también es contrario a las indicaciones para prevenir la infección por coronavirus. Por ello, recomienda que en cuanto lleguen a casa se laven las manos con agua y jabón, tantas veces como sea necesario y eviten los geles.

Los niños alérgicos deben llevar puesta la mascarilla FFP2 durante toda la jornada escolar, y también es recomendable que usen gafas de sol en exteriores

La pediatra aprovecha para aconsejar que los niños alérgicos continúen usando mascarillas durante la temporada de polinización cuando acabe la pandemia, una recomendación que han hecho siempre, a pesar de ser conscientes de que a los pequeños no les gusta sentirse diferentes de sus compañeros. “Lo único 'bueno' (entre comillas) que ha tenido el COVID para los niños alérgicos –dice– ha sido el uso de mascarillas, y que con esto y las distancias sociales se han evitado los procesos gripales y las infecciones típicas del invierno, pero en primavera las mascarillas deberían seguir siendo habituales en los pacientes alérgicos”.

Asma alérgico, cómo afecta al rendimiento escolar

Asma alérgico, cómo afecta al rendimiento escolar

El asma es una de las principales causas de absentismo escolar y aunque por lo general esta patología respiratoria suele estar bien controlada en el caso de los niños, cuando no se trata adecuadamente puede conllevar graves problemas de salud. Además, los escolares con alergia o asma tienen dificultades asociadas a su enfermedad, por ejemplo, la práctica de ejercicio físico puede causarles síntomas e impedir que sigan el mismo ritmo de sus compañeros en las clases de Educación Física.

Síntomas del asma de origen alérgico como la tos nocturna y las alteraciones del sueño pueden disminuir la capacidad de atención y concentración en la escuela

Otros síntomas que experimentan, como la tos nocturna y las alteraciones del sueño también afectan a la calidad de su descanso y pueden disminuir su capacidad de atención y concentración en la escuela. De hecho, un estudio multicéntrico realizado en España en el que participaron 125 niños y adolescentes con una media de edad de 9,97 años que padecían asma bronquial de origen alérgico, y se presentó en el XLIV Congreso de la SEICAP, mostró que esta patología afecta a su rendimiento escolar y también a sus otras actividades diarias.

Niños alérgicos al polen: medidas en las aulas

El 44% de los participantes presentaba asma intermitente, el 25% asma persistente leve y el 28% asma persistente moderada. Más de la mitad de los menores refirió algún tipo de alteración en sus actividades educativas o cotidianas. Y uno de cada cuatro afirmó que perdían tiempo en clase debido a la alergia, el 47% reportó menor rendimiento escolar, más de la mitad una alteración global y el 45% una alteración de las actividades habituales.

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Consejos para facilitar la escolarización del niño asmático

Los expertos de la SEICAP ofrecen también una serie de consejos para ayudar a los niños asmáticos en el ámbito escolar, como:

  • Los padres deben proporcionar al centro educativo un plan de actuación elaborado por el pediatra alergólogo que especifique los alérgenos a evitar, así como la medicación que toma el alumno y la información de contacto.
  • Que el profesor o monitor que se encuentre a cargo del niño haya sido formado poder identificar los síntomas de una crisis asmática y actuar correctamente si se produce.
  • Facilitar el acceso a los medicamentos o cualquier otra medida para prevenir o aliviar los síntomas.
  • Conocer también las limitaciones de cada alumno para evitar someterle a sobreesfuerzos que provoquen una exacerbación de la enfermedad.
  • Minimizar la exposición del menor a alérgenos que le puedan desencadenar una crisis –como inhalar aire frío durante el ejercicio, el polen o ciertos alimentos–, garantizando en general un ambiente seguro y saludable en las instalaciones de la escuela.
  • Evitar que el niño alérgico o con asma sea rechazado o estigmatizado por esta causa, facilitando su participación en todas las actividades escolares y recreativas con las mismas posibilidades que el resto de sus compañeros.

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Fuente: Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP)

Creado: 12 de mayo de 2021

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