“En la mayoría de los casos la enfermedad fue diagnosticada un año después de padecer los primeros síntomas”, según explica el Dr. José Ángel Obeso, del departamento de Neurología de la Clínica Universitaria de Navarra.

La enfermedad de Parkinson afecta al sistema nervioso, que se encarga de coordinar los movimientos, el tono muscular y la actividad. Es un proceso crónico que comienza con la degeneración y muerte de las neuronas.

En España existen 80.000 enfermos de párkinson

Las neuronas dopaminérgicas son las encargadas de la transmisión de información entre neuronas a través de mecanismos químicos y eléctricos, usando una sustancia química denominada Dopamina como intermediaria. Más del 70% de los daños que sufren estas neuronas comienzan años antes de la aparición de los primeros síntomas característicos de esta enfermedad. Por ello, sería beneficioso poder diagnosticar el párkinson en una fase temprana, pudiendo frenar el avance de la enfermedad.

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Los síntomas propios de la enfermedad (lentitud de movimientos, rigidez del cuerpo, temblor, problemas al andar, etc.) se exteriorizan a partir de una pérdida de neuronas localizadas en la zona de unión entre el cerebro, la médula espinal y el tronco del encéfalo. Estas neuronas tienen como función coordinar y controlar los movimientos y el tono muscular.

Aunque existen tratamientos que combaten los signos y síntomas típicos del párkinson, no constan novedosos avances en cuanto a su origen y progresión, por ello los científicos tienen varios objetivos: identificar el origen y el proceso neurodegenerativo de la enfermedad y encontrar fármacos que controlen síntomas como: la pérdida de olfato o los trastornos del sueño.

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Actualizado: 1 de agosto de 2017

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