Escleritis
La escleritis es la inflamación de la esclera o ‘blanco del ojo’, y se manifiesta con dolor y enrojecimiento ocular. Se asocia a varias patologías e infecciones, y si no se detecta y trata a tiempo puede causar ceguera.

Tratamiento y prevención de la escleritis

Tratamiento y prevención de la escleritis

El tratamiento de la escleritis se individualiza en función del tipo de escleritis y del grado de gravedad del paciente.

Por: Dra. Sari Arponen

Doctora en Medicina, especialista en Medicina Interna y experta en microbiota

Actualizado: 28 de julio de 2022

Aunque en la escleritis el órgano afectado sea el ojo, el tratamiento es sistémico y se realiza con antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), corticoides o inmunosupresores, solos o en combinación. El tratamiento debe ser realizado por un oftalmólogo experto en el manejo de este tipo de cuadros, en colaboración habitualmente con un reumatólogo o un internista, según la enfermedad de base asociada.

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El tratamiento se individualiza en función del tipo de escleritis y del grado de gravedad del paciente. Por ejemplo, la escleritis anterior difusa y nodular suele responder a AINEs como la indometacina, a una dosis de entre 25 y 75 mg, tres veces al día. La medicación se debe mantener mientras haya inflamación de la esclera, por lo que el oftalmólogo realizará evaluaciones periódicas de la situación.

Los corticoides se emplean en los casos de escleritis anterior nodular y difusa que no responden a los AINEs, y de forma inicial si la escleritis es anterior necrotizante, o posterior. Se suele administrar prednisona a una dosis de 1 mg por kg de peso del paciente, durante 4-6 semanas, antes de plantear una bajada de dosis. La dosis de corticoides hay que retirarla poco a poco bajo control médico.

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Si el cuadro es muy grave, con peligro para el ojo y la agudeza visual, se pueden usar dosis muy altas de corticoides en ‘pulsos’, a dosis de 1.000 mg intravenosos al día, durante tres días, y luego la dosis estándar. Los inmunosupresores se utilizan cuando no hay respuesta a los corticoides, o si hay progresión de la afectación a un tipo más grave de escleritis, por ejemplo, si pasa a ser necrotizante.

Los fármacos inmunosupresores que se utilizan son el rituximab, la ciclofosfamida, la ciclosporina, el micofenolato mofetilo, la azatioprina y el metotrexato. El infliximab puede ser eficaz en algunos casos. Estos fármacos son de uso hospitalario en su mayoría, y el médico debe tener experiencia en su uso y en el manejo de sus complicaciones.

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Si la escleritis es de causa infecciosa, se realizará tratamiento dirigido a la infección concreta que la produzca: tuberculostáticos en la tuberculosis, ceftriaxona intravenosa en la enfermedad de Lyme (o doxiciclina vía oral, pero habitualmente la afectación ocular se trata con ceftriaxona), penicilina en la sífilis y aciclovir en el herpes zóster. En los casos en que haya infección por VIH se requerirá tratamiento antirretroviral.

No se puede prevenir la escleritis. Si se padece una enfermedad sistémica de las que pueden asociarse a la escleritis, es importante saber que se puede producir afectación ocular y, en general, siempre que haya dolor ocular y ojo rojo, solicitar asistencia urgente por un oftalmólogo.

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