Tumores cerebrales
Un tratamiento adecuado permite que hasta uno de cada tres afectados por un tumor cerebral siga vivo a los cinco años del diagnóstico. Pero a veces se confunde con otras patologías. Conoce sus síntomas y tratamiento.

Diagnóstico de los tumores cerebrales

Por: Esther Martín

Estudiante de medicina de la Universidad de Alcalá de Henares

Actualizado: 16 de mayo de 2024

El diagnóstico de un tumor intracraneal es un proceso complejo que se establece con una combinación de evaluación del cuadro clínico junto a exploraciones complementarias mediante técnicas de imagen y pruebas de laboratorio que confirman la presencia del tumor, su localización, e incluso, a veces, ofrecen información específica sobre sus características.

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En primer lugar pues se realiza una historia clínica para evaluar los posibles síntomas: dolor de cabeza, convulsiones, alteraciones cognitivas, cambios en la personalidad, problemas de equilibrio y coordinación, alteraciones visuales o auditivas, debilidad o parálisis en partes del cuerpo. Junto a ello se lleva a cabo un examen neurológico, que permite evaluar la función cerebral, los nervios craneales, la fuerza muscular, los reflejos, coordinación, y otras sensaciones que puedan ser indicativas de padecer este problema.

La prueba más útil en el diagnóstico de un tumor cerebral es la resonancia magnética (RM), que define, al igual que la tomografía axial computarizada (TAC), el propio tumor y lo diferencia del edema circulante. Así, una RM convencional proporciona imágenes detalladas de la estructura del cerebro, una RM con contraste utiliza gadolinio para mejorar la visualización de los tumores y su vascularización, una RM funcional (fMRI) evalúa la actividad cerebral y puede ayudar a planificar la cirugía, mientras que una espectroscopía por RM (MRS) analiza los metabolitos cerebrales para caracterizar el tejido tumoral. Por su parte, la tomografía computarizada (TC) se utiliza especialmente cuando la RM no está disponible o es contraindicada.

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Puede solicitarse también un PET (Tomografía por Emisión de Positrones), en concreto un PET-FDG, para evaluar el metabolismo de la glucosa en los tumores, lo cual es útil para diferenciar tumores de lesiones benignas. Mientras que un PET con otros trazadores puede utilizarse para evaluar aspectos específicos del tumor, como el crecimiento celular y la proliferación.

Otras pruebas son la angiografía (examen diagnóstico por imagen que analiza los vasos sanguíneos), los potenciales evocados (prueba que consiste en registrar y procesar las respuestas del cerebro a diversos estímulos sensitivos), y los estudios de LCR (Análisis del Líquido Cefalorraquídeo, realizados estos últimos mediante punción lumbar, útil para detectar células tumorales o marcadores específicos.

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El diagnóstico definitivo se establece con una biopsia cerebral (toma de una muestra de tejido para su estudio) del tumor, que se debe realizar (salvo indicación médica en contra), incluso aunque el tumor no sea susceptible de cirugía.

La precisión en el diagnóstico del tumor cerebral permite planificar el tratamiento adecuado y mejorar los resultados para el paciente.

Diagnóstico diferencial

Los tumores intracraneales deben diferenciarse de otros procesos capaces de producir síntomas focales neurológicos. Por lo tanto, deben excluirse otros trastornos intracraneales expansivos no tumorales, como las hemorragias, los quistes, las malformaciones vasculares u otra condiciones con síntomas similares:

  • Accidente cerebrovascular (ACV): presenta síntomas neurológicos súbitos, como parálisis o pérdida del habla, que pueden confundirse con un tumor cerebral.
  • Infecciones del sistema nervioso central: como absceso cerebral, que puede presentar síntomas similares a un tumor pero suele tener una rápida progresión y signos de infección; o meningitis y encefalitis, que es la inflamación de las meninges o el cerebro que puede causar síntomas neurológicos.
  • Enfermedades desmielinizantes como esclerosis múltiple, ya que las lesiones desmielinizantes pueden imitar los tumores en las imágenes por RM.
  • Trastornos vasculares: malformaciones arteriovenosas (MAV) pueden causar síntomas neurológicos y aparecer en imágenes de forma similar a tumores.
  • Lesiones metastásicas: metástasis de cánceres de otros órganos pueden presentarse como masas en el cerebro.

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