María Dolores Pérez Sancho

Experta en micropigmentación paramédica y oncológica
Esta experta en micropigmentación paramédica explica en qué consiste esta técnica, que se emplea para corregir ciertas secuelas de la quimioterapia o reconstruir la areola tras una mastectomía.
María Dolores Pérez Sancho
"Tras una cirugía plástica el paciente mejora psicológicamente, pero la micropigmentación paramédica supone culminar esa reconstrucción"

Su convivencia diaria con mujeres enfermas de cáncer, que no conseguían olvidar su cáncer de mama al ver su pecho ‘incompleto’ tras una mastectomía, llevó a la enfermera María Dolores Pérez Sancho a especializarse en la micropigmentación paramédica y oncológica, una técnica que consiste en la aplicación de un pigmento de color en la epidermis para corregir y equilibrar rasgos faciales –en cejas y labios–, o corporales –sobre vitíligos, en la densificación capilar, o en las areolas mamarias–. Tras más de 25 años de trabajo, y éxitos como el conseguido con Ameneh Bahrami, –la joven iraní que sufrió una agresión con ácido sulfúrico en la cara y a la que devolvió la expresión facial gracias a la reconstrucción de cejas y labios–, hoy nos cuenta los beneficios de este tratamiento cada vez más avanzado.


¿Cuáles son las principales aplicaciones médicas de la micropigmentación?

La micropigmentación paramédica engloba varios campos, de los cuáles, el más demandado, sin duda, es el de la reconstrucción de areolas mamarias después de una mastectomía. También se utiliza mucho para conseguir el camuflaje de cicatrices periareolares, tras un aumento o disminución de pecho. En este caso, la micropigmentación consigue ocultar el característico color blanquecino que le queda a la paciente tras la intervención quirúrgica. También la empleamos en casos de vitíligo (enfermedad degenerativa en la que las células responsables de la pigmentación de la piel dejan de producir melanina), disimulando el contraste de color entre esta zona con déficit de pigmentación y el resto de la piel. Con esta técnica no se cura la enfermedad, pero mejora mucho la actitud psicológica de la persona, sobre todo cuando el vitíligo afecta a zonas visibles de la cara. He tratado a muchas mujeres con vitíligo en la zona peribucal que, por mucho que se ponían maquillaje para disimularlo, seguían obligadas a estar en todo momento pendientes de él en cuanto sudaban un poco o comían. Gracias a la micropigmentación conseguimos atajar de una forma considerable este problema. En los últimos años, también hemos tenido mucha demanda para realizar densificaciones capilares, especialmente por parte de hombres, que querían mejorar las cicatrices aparecidas tras un implante de cabello –en los que generalmente se practica un injerto en la zona alopécica a partir de folículos que se extraen de la zona occipital de la cabeza–. Una vez que esta cicatriz se ha curado y está estabilizada, simulamos pelo en esta zona gracias a la técnica ‘pelo a pelo’.

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¿En qué se diferencia la micropigmentación paramédica de la micropigmentación estética?

La micropigmentación paramédica se utiliza para mejorar todos los problemas que haya tenido el paciente después de una enfermedad. Por ejemplo, si una mujer ha sido operada de cáncer, la mastectomía tan sólo consigue la reconstrucción de la mama por parte del cirujano, es decir consigue volumen en el pecho, pero sigue sin existir la areola del pezón. Gracias a la micropigmentación paramédica reconstruimos una areola nueva. También se utiliza en casos en los que se ha sufrido una quemadura o un accidente con el objetivo de camuflar las cicatrices. Por otro lado, la micropigmentación estética se utiliza exclusivamente para realzar a nivel estético los ojos (dibujando un ‘eye-liner’), la perfilación con color de la boca, o creando y rellenando una ceja inexistente o despoblada a través de la técnica ‘pelo a pelo’.

La técnica de la micropigmentación se utiliza para la reconstrucción de la areola tras una mastectomía, densificaciones capilares o la pigmentación del vitíligo

Un fuerte componente psicológico

¿Cuál es el perfil del paciente que recurre a la micropigmentación paramédica?

Trato muchísimos casos de mujeres que han sido sometidas a un tratamiento con quimioterapia y, a causa de ello, han sufrido una alopecia general que les hace perder todo el pelo de las cejas. Una vez que se han recuperado de las sesiones de quimioterapia y comienza a salir el pelo de nuevo, éste no suele salir con la intensidad del principio. Es en estos casos cuando empleamos la técnica ‘pelo a pelo’ que consiste en emular el volumen y textura de cada uno de los pelos que la conforman, para conseguir un resultado lo más parecido posible a la ceja que la paciente tenía antes de padecer el cáncer. Tras una mastectomía, la paciente mejora a nivel psicológico considerablemente porque no tiene el problema de la prótesis con el traje de baño cuando va a la playa o con un vestido escotado…, pero realmente, cuando muchas de estas mujeres se miran al espejo, sienten que sigue faltándoles algo: la areola del pezón. Muchas veces son los mismos cirujanos los que insisten en que las pacientes se sometan a un tratamiento de micropigmentación. En mi caso, colaboro con varios cirujanos plásticos de Barcelona que trabajan en diversos centros sanitarios de renombre, como el Hospital Clinic, Vall d´Hebron, o el Hospital Germans Trías i Pujol, y casi todos ellos recomiendan a sus pacientes la micropigmentación de la areola y consideran esta actuación como ‘la guinda del pastel’. El trabajo realizado durante la mastectomía no luce finalmente. Es emocionante cuando he terminado un tratamiento y la mujer se levanta de la camilla, se mira al espejo y no puede evitar soltar una lagrimita al verse ‘completa’ de nuevo. Para muchas de ellas es como decir ‘aquí he zanjado verdaderamente mi enfermedad’, y pueden empezar a olvidarse (ahora sí) de todo aquello por lo que han tenido que pasar. Psicológicamente supone un gran impacto, y no puedo evitar unirme a llorar con ellas. Es un trabajo con un componente emocional muy fuerte.

Verse ya con la areola, que es como la culminación del trabajo del cirujano en la mastectomía, es para ellas como volver a nacer otra vez

Nos hablas de la parte emotiva que tienen muchas de estas intervenciones para personas que han sufrido un tratamiento de cáncer, ¿cómo afecta a nivel psicológico de la paciente la aplicación de la técnica de la micropigmentación paramédica?

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A nivel psicólogico supone un cambio radical, especialmente en el caso de las mujeres que se someten a esta técnica para la creación de areola. En tratamientos para cubrir cicatrices tras un aumento o disminución de mama, casi siempre se miran al espejo y dicen: “ahora sí puedo volver a hacer top-less porque nadie se va a percatar de que he tenido una intervención quirúrgica”. La reacción cambia cuando nos encontramos ante personas que han pasado por una enfermedad, como es el cáncer, con todas sus complicaciones y efectos secundarios, como la caída del cabello, los vómitos, el adelgazamiento e, incluso a veces, la obesidad. Muchas de ellas se ven incapaces de trabajar, de relacionarse de una forma normal, y de retomar una calidad de vida similar a la que tenían anteriormente. Una vez que han superado ese difícil proceso, las pacientes suelen estar psicológicamente muy ‘tocadas’. Por eso, verse ya con la areola, que es como la culminación del trabajo realizado por el cirujano en la mastectomía, es para ellas como volver a nacer otra vez. A pesar de que nunca se olvidará lo vivido, es como pensar ‘aquí he puesto una barrera. Aquello pasó, pero se zanjó. Lo superé y vuelvo a retomar mi vida anterior a la enfermedad. Vuelvo a empezar’.

Gracias a las técnicas y a la enorme variedad de pigmentos que hoy en día tenemos a nuestra disposición, podemos consegir resultados impensables hace unos años

Dudas sobre la aplicación de la micropigmentación

Una vez que se pigmenta alguna zona del cuerpo, ¿el resultado es permanente, o es posible modificarlo posteriormente?

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La micropigmentación es un tratamiento semipermanente. Esto quiere decir que, una vez practicada y sin modificaciones posteriores, el cuerpo reabsorbe sin problemas el pigmento que hemos introducido justo debajo de la primera capa de la piel. Como la epidermis se va regenerando con el tiempo, llega un momento que se integrará completamente. Pero se puede modificar, aunque resulta mucho más fácil oscurecer posteriormente que aclarar en el caso que se produzca una alteración de color debido a una aplicación incorrecta, o simplemente debido a que la persona ha cambiado de gusto –en el caso de unas cejas, por ejemplo–. Aclarar el tono es posible, sin embargo, precisa de varias sesiones para utilizar un color complementario que neutralice el tono que hay debajo. Gracias a las técnicas y a la enorme variedad de pigmentos que hoy en día tenemos a nuestra disposición, podemos consegir resultados impensables hace unos años.

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¿Existen contraindicaciones para aplicar la micropigmentación?

Antes de realizar una micropigmentación, el paciente tiene que firmar su consentimiento informado, ya que hay una serie de complicaciones y de riesgos que debemos explicar muy bien antes de realizar cualquier actuación. A través de una anamnesis obtenemos información útil del paciente como, por ejemplo, enfermedades padecidas previamente. Sin embargo, hay casos en los que nunca se debe realizar una micropigmentación: la principal contraindicación se produce en el caso de que el paciente esté tomando algún medicamento anticoagulante. También hay que extremar las precacuciones si la persona padece una diabetes no controlada, o si tiene en ese momento alguna infección. En estos casos no significa que no pueda realizarse una micropigmentación, sino que debe haber superado esos procesos previamente. Como forma de garantía para el paciente, siempre se realizan en la consulta las preguntas preliminares y se realizan estudios previos, como un test de alergias. Hay que tener en cuenta que todos los pigmentos que se utilizan son hipoalergénicos y estériles, pero extremamos las precauciones si sabemos que la persona es, por ejemplo, alérgica a la piel del melocotón, al maquillaje… Siempre hacemos una prueba, introduciendo en el cuerpo de la persona una gota microscópica de pigmento en la zona situada detrás de la oreja y esperando su reacción, con una observación durante 48 horas. Si no ha habido ningún tipo de complicación, entonces comenzamos el tratamiento.

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¿Qué formación profesional requieren los profesionales que desarrollan esta técnica?

Los profesionales que practicamos esta técnica debemos tener una base en micropigmentación facial. Una normativa, que salió en vigor en España en abril de 2008, determina que no puede realizar la micropigmentación (ni paramédica, ni estética) ninguna persona que no tenga una mínima formación sanitaria. Para ello, es preciso ser médico, enfermero o, al menos, contar con un título específico como de ‘técnico higiénico-sanitario’, en el cual se estudian en profundidad las normas de desinfección, esterilización, anatomía de la piel, enfermedades de transmisión cutánea y hemática, así como primeros auxilios. También es precisa una formación práctica en la que se trabaja, en un primer momento, sobre piel artificial para conocer la técnica, y posteriormente, con prácticas sobre modelos reales.

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El caso de Ameneh Bahrami: un ejemplo de éxito

En el caso de Ameneh Bahrami, la mujer iraní que sufrió una agresión con ácido sulfúrico que la dejó ciega y le deformó el rostro, ¿Cómo se ha empleado la micropigmentación para disimular las lesiones?

Ameneh llegó hasta mi derivada por el jefe de Cirugía Plástica de la Unidad de Quemados del Hospital Vall d´Hebrón de Barcelona. Ella había tenido un total de veinticuatro intervenciones de cirugía plástica tras el ‘grave accidente’ que tuvo, –así es como ella misma llama a la agresión con ácido sulfúrico sobre el rostro sufrida a manos de un pretendiente–. Cuando llegó a mi consulta no tenía cejas y su boca estaba bastante deformada. Ameneh es totalmente ciega y para la intervención la acompañó su hermana, quien me trajo fotografías de ella previas a la agresión. Su mayor deseo era parecerse lo máximo a la mujer que era antes, a pesar de que ella misma no puede verse. Por ello, el primer paso consistió en realizar un diseño con lápiz de maquillaje para la recreación ‘pelo a pelo’ de sus cejas. Mientras le practicaba la micropigmentación, su hermana le iba explicando el proceso: ‘te las está dibujando más alzadas de esta o aquella parte, ahora son un poquito más estrechas…’ Fue muy curioso cómo entre Ameneh, su hermana y yo, decidimos conjuntamente el diseño basándonos en esa fotografía de su aspecto anterior.

Psicológicamente supone un gran impacto y no puedo evitar unirme a llorar con ellas. Es un trabajo con un componente emocional muy fuerte

¿De qué forma se consiguió devolverle una expresión facial similar a la que tenía antes de la agresión?

La segunda parte del tratamiento consistió en el arreglo de su boca durante dos sesiones: primero le dimos forma a la comisura de los labios con el denominado ‘arco de Cupido’. Esta parte de perfilado era muy importante debido a la irregularidad que tenía su forma causada por las cicatrices. Cuando acabamos, Ameneh me transmitió que ahora lo que quería era color en su rostro porque siempre se había maquillado muchísimo antes del incidente. ‘Como ahora no puedo verme a mí misma, quiero que los demás sí me vean bien, tener mucho color en la cara’, me dijo. Yo le advertí: ‘piensa que este color lo llevarás las 24 horas del día’. Como experta, era partidaria de elegir un color que no resaltase mucho, para que se adaptase a cualquier situación: de día, de noche, en el trabajo… Pero ella estaba convencida de que quería un color fuerte, porque de siempre le había gustado ir muy pintada a diario antes de la agresión, era su rasgo de distinción facial. Finalmente, le pusimos el color que ella quería. Hace poco vino a verme y me emocionó muchísimo cuando me contó muy ilusionada que había viajado a Irán, su país, y que cuando su madre la vió tras la micropigmentación le dijo que ya no era necesario que usase las gafas de sol oscuras con las que siempre ocultaba su rostro tras las operaciones. ‘Vuelves a tener tus cejas, tu color, la forma de tu boca… Vuelves a ser la que eras’, le dijo su madre. ‘A pesar de las marcas de la agresión, has conseguido tu expresión facial. Vuelves a ser tú’. 

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